Tenis listas, ropa lista… ¿Ya tiene claro el propósito por el que quiere prepararse físicamente? Muchas veces realizamos ejercicio físico sin tener un objetivo claro. Por eso, antes de iniciar cualquier tipo de entrenamiento, tenga claro si desea hacerlo por salud, o para rendimiento deportivo.
No es lo mismo plantearse un programa de ejercicio físico para mejorar la salud, que para competir en una maratón. Cada actividad implica un tipo de entrenamiento diferente y por eso la recomendación es tratar de tener la guía de un persona especialista siempre que iniciemos un programa de ejercicio físico.
Esta persona nos ayudará a plantearnos objetivos a corto y a largo plazo que sean medibles y realizables de acuerdo con nuestra condición física y estilo de vida.
Según el docente de la Escuela de Educación Física y Deportes de la Universidad de Costa Rica, Marco Sánchez Araya, cuando hablamos de preparación física siempre deberíamos partir del objetivo del entrenamiento, luego ir a su planificación, realizar el entrenamiento y, luego de un tiempo, evaluar para definir cómo continuar.
“El que manda sí o sí va a ser el objetivo del entrenamiento” – Marco Sánchez Araya, Escuela de Educación Física y Deportes de la Universidad de Costa Rica.
Sánchez recomienda planificar esos objetivos desde un punto de vista “SMART”. Esta metodología proviene de un acrónimo del inglés a través del cuál se definen unas características básicas: específicos (Specific), medible (Measurable), alcanzables (Achievable), realistas (Realistic) y de duración limitada (Time-bound).
Esto nos permite construir una estructura de entrenamiento, tener una idea de a dónde queremos llegar, ver cómo hacerlo y luego de cierto tiempo, hacer pausas y modificaciones que nos permitan lograr lo que queremos.
Al final, explica Sánchez, lo que se trata de lograr con esto es tener mayor adherencia o compromiso con el entrenamiento. “La adherencia se ve como la base de todo plan exitoso de entrenamiento, un programa realista, flexible y que se adapte a los niveles de energía”, señala Sánchez.
CADA ENFOQUE ES DIFERENTE
Cuando nos movemos por salud su objetivo es la mejoría o mantenimiento de capacidades físicas: bajar grasa corporal, aumentar masa muscular, bajar de peso, disminuir el colesterol o la presión arterial.
Por otro lado, si nos movemos con el objetivo de mejorar nuestro rendimiento en un deporte, entran otros factores en el panorama. Esta es una preparación para mejorar fuerza, resistencia y velocidad, pensando en mejorar en el deporte que se practica. A nivel deportivo llevamos nuestro cuerpo al máximo y con el tiempo, debido a esto, podrían aparecer lesiones.
“El deporte es exigencia. De aquí la importancia de tener claro un objetivo: diversión, salud, pasar un rato, o para llevarme al límite y superar metas. Hay que ser conscientes de las implicaciones y consecuencias que tienen cada uno de estos aspectos”, enfatiza el docente de la Escuela de Educación Física y Deportes de la Universidad de Costa Rica, Gerardo Araya Vargas.
Conozca más sobre el tema en esta entrevista del programa Vamos a Movernos.