Llegar al Chirripó fue la meta cumplida para el grupo de senderistas del PIAM-UCR. La subida al cerro les dio salud, amistades, confianza y les permitió dejar atrás los paradigmas de la edad.
“El primer día se asciende al albergue, son 14,5 kilómetros. Luego hacemos cima 5 kilómetros hasta el Chirripó. Es un paisaje muy diferente, la vegetación va cambiando, hay más sol pero hace más frío”. Esta es parte de la narración que don Roberto Vargas hace de su experiencia subiendo el Cerro Chirripó. Vargas formó parte del grupo de senderistas del Programa Institucional para la Persona Adulta y Adulta Mayor de la Universidad de Costa Rica (PIAM-UCR) que subieron el cerro en abril de este año.
“Nos hemos hecho muy amigos, creo que esa es la fuerza que permite que el grupo continúe. No es que no hemos tenido inconvenientes pero todos los hemos resuelto de la mejor manera” – Roberto Vargas, senderistas del PIAM.
El grupo se compuso de 20 personas que tenían entre 60 y 73 años. La subida al Chirripó formó parte de la culminación de un proceso que inició año y medio atrás, en donde estuvieron preparándose en senderismo y entrenando física y mentalmente para lograr su meta.
“Lo hemos visto como un proceso en el que hay que tener compromiso y aprendizaje. Hay que dedicarle tiempo, no solamente agarrar el palito y empezar a caminar”, cuenta Vargas.
3821 METROS DE APRENDIZAJE
En el Parque Nacional Chirripó se encuentra el punto más alto de Costa Rica, el cerro Chirripó, a una altura de 3.821,25 metros sobre el nivel del mar. La satisfacción de alcanzar el punto más alto del país es uno de los motivos que atrae a los visitantes a este lugar.
“Cada uno sube a su ritmo, no es una competencia. Cada uno vive una experiencia diferente” – Elena Soto, senderistas del PIAM.
Según la integrante del grupo de senderismo del PIAM, Elena Soto, para el grupo subir ese cerro significó aprendizaje, crecimiento personal, amistad y ruptura de estereotipos. “Teníamos un calendario ya planeado de todas las salidas de todo el semestre. Ha sido un proceso de cambio de paradigmas. Lo que he estado haciendo este año y medio ha sido totalmente diferente a lo que había venido haciendo en mi vida”.
Soto explica que antes del Chirripó conocieron muchos lugares que les permitió prepararse para su meta en común y crear amistades en el camino. “Además del reto físico ha sido un espacio de socialización muy importante”.
Por su parte, Vargas enfatiza que ha sido una actividad de gran aprendizaje. “Hemos recibido charlas, ahora dominamos el tema de la hidratación, controles médicos, aprendimos y no solamente empezamos cada uno a investigar, a la hora de compartir llegamos incluso a ser como expertos en el tema”.
ROMPIENDO CON EL ESTEREOTIPO DE LA EDAD
El grupo de senderismo avanzado es producto de los cursos que imparte cada semestre el PIAM- UCR. A través de estos, se impulsa el aprendizaje, análisis y desarrollo de habilidades para personas mayores de 50 años, rompiendo estereotipos y demostrando que no hay límites de edad para realizar cualquier actividad.
“La edad no es ningún límite para poder realizar nuestros sueños y metas” – Cinthya Granados, senderista del PIAM.
“Ha sido bien interesante porque caminar no había sido un interés particular en mi vida, pero cuando salió la oferta decidimos matricularnos. Ha sido un proceso de a poquitos , empezamos desde la milla, luego 3 kilómetros y hemos ido aumentando el nivel de dificultad, hasta llegar a subir el Chirripó”, indica Soto.
Si usted desea formar parte de cualquiera de los cursos del PIAM, esté atento al proceso de matrícula que inicia cada semestre en la UCR.
Encuentre más temas de este tipo en La Rocola, un programa que se transmite cada martes a las 11 am en la Radio 870 UCR.
