Carlos Guillén Mejía, conocido artísticamente como “Frijol”, es el vocalista de la banda La Cuneta Son Machín, grupo musical que lleva 15 años impregnando al mundo de sabor, cultura y ritmo nicaragüense.
De la arquitectura a la música: el gran salto de Frijol
El músico llegó a la banda cuando ya transportaba en su maleta el apodo “Frijol”, por lo que decidió adoptarlo como nombre artístico. Su familia siempre ha sido numerosa y él era el más pequeño de todos los primos: “me decían Frijolín. Yo era Frijolín porque era el más chiquito de esta época”—comenta.
Años más tarde, cuando decidió darle una oportunidad a la música, se dio cuenta de que la gente lo recordaba más como Frijol que como Carlos. En relación con ello, su sobrenombre es distintivo y “representa mucho nuestra comida (…), nuestra cultura y es un nombre también que llama mucho la atención”—destaca el vocalista.
Pese a que Frijol provenía de una familia de artistas, admite que “en la escuela no tenía ningún llamado hacia la música. (…) Era una persona muy tímida en el colegio”. Entonces, en esa búsqueda por encontrar su vocación, decidió estudiar arquitectura como su padre debido a que le gustaba dibujar, pero en la universidad su vida dio un giro de 180 grados: la música se asomaba como una posibilidad.
La Cuneta desde el origen: el llamado musical de Frijol
La Cuneta Son Machín es una banda de música que inició como un ejercicio de exploración. Los integrantes, excepto Frijol, estaban en otro proyecto cuando, en medio de los descansos, se les ocurrió fundar un nuevo grupo, cuya base sería la música popular y sus ritmos bailables y “pegajosos”.
En ese momento, el bajista, Augusto; el guitarrista, Omar; Fabio, el baterista y Carlos Luis, el marimbero tocaban juntos con otra cantante muy famosa en Nicaragua que se llama Katia Cardenal del dúo Guardabarranco (…) mientras hacían los descansos, entre una canción y otra, ellos se ponían como a matizar, como decimos nosotros, a empezar a tocar otras canciones que no tuvieran nada que ver con eso, como para relajarse (…) y dijeron, ve, «¿por qué no montamos una banda con este tipo de música? De seguro a la gente le va a encantar»”—relata Frijol.
De este modo, Frijol no se cataloga a sí mismo como fundador porque él no estaba presente cuando surgió la idea. Así fue como Carlos dejó la arquitectura para embarcarse en un proyecto relacionado con la música, pasión que, sin haberlo comprobado de manera empírica, ya traía tatuada en la sangre.
Al ritmo de La Cuneta y una fritanga llena de sabor
En principio, La Cuneta Son Machín se dedicó a hacer covers, pero luego se atrevieron a sacar sus propias canciones y discos, tales como El Zafarrancho y Amor Fritanguero. Cabe señalar que al inicio lograban conectar más que todo con personas mayores, por lo que pensaron en la necesidad de añadirle un ingrediente distinto. En función de dicha inquietud, Frijol afirma que “la idea de nosotros, a medida que fuimos haciendo más ensayos, de meterle rock, de meterle ska, de meterle sintetizadores o este tipo de cosas, era un poco eso, que de repente los jóvenes disfrutaran también de la música popular”.
La primera composición musical El Zafarrancho marca un antes y un después debido a que “definió un poco la identidad”, según lo expresa frijol. Desde esta perspectiva, el grupo se inclinó por conservar la base de música popular, pero incluyendo otros géneros y retomando “muchas palabras y muchas jergas de Nicaragua”, tal y como apunta Frijol.
Mondongo: un disco que abrió las puertas al mundo
Mondongo es el disco que marcó un punto de inflexión en el recorrido musical de La Cuneta. El nombre surgió en honor a un platillo típico de Nicaragua que se hace con panza de vaca. Frijol recuerda con orgullo que el disco Mondongo “fue nominado a los Grammys, (..) fue también una locura para nosotros y para la gente de Nicaragua, pues el hecho de que una banda nicaragüense fuera nominada a los Grammys (…) nos abrió las puertas”. En este sentido, Mondongo les permitió realizar giras internacionales, llevar la música a otros territorios y compartir ritmos populares y novedosos con otras culturas.
15 años de ritmo e identidad nicaragüense
Tras 15 años de trayectoria, la música de La Cuneta Son Machín se ha transformado en un vehículo de identidad nicaragüense. Frijol, por su parte, entró en cada uno de los corazones de las personas a través de su rol como vocalista de la banda. Además, debido a que su apodo se relaciona con la comida y las canciones del grupo, el público asocia a La Cuneta Son Machín y a su vocalista con referentes de la música nicaragüense.
Durante esta travesía musical enfrentaron el exilio, pero se reinventaron para seguir fieles al compromiso de llevar música fuera de las fronteras. La banda continúa dejando huella al fusionar el ritmo tradicional nicaragüense con la jerga, nuevos sonidos y con mensajes que buscan conectar con la comunidad nicaragüense en el extranjero.
Podés saber más accediendo a la entrevista completa. También te invitamos a visitar el perfil de Instagram del grupo musical La Cuneta Son Machín y su canal de Youtube. Anímate, además, a seguir a Frijol en Instagram para enterarte de sus proyectos.