El Gobierno de Rodrigo Chaves ha sido caracterizado por la movilidad y el constante cambio de jerarcas en su gabinete. Recientemente, se destaca la destitución de Luis Amador como jerarca del Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT). Este exministro, desde la perspectiva pública, se presentaba como una de las figuras más cercanas al presidente Chaves y quien demostraba aspiraciones presidenciales bajo la misma línea del gobierno actual.
Recordar que el presidente Chaves destituyó al ex ministro Amador y presentó una denuncia contra él como supuesto responsable de condiciones favorables en temas de contratación a la constructora MECO en la adjudicación del contrato. Esto resultó en un sobrecosto de 1.000 millones de colones.
Estos escándalos sobre temas de contratación durante este gobierno (con un aproximado de 12 hasta la fecha) están afectando la opinión del pueblo con relación a los jerarcas. El actual acontecimiento ha ensombrecido el accionar de esta administración, además las menciones sobre la corrupción cada vez se vuelven más grandes.
Esta última destitución también ha traído a la conversación el tema del autoexilio político, decisión que tomó Amador tras baja en su cargo. Esto refleja posibles casos de persecución política, de temores por parte de los jerarcas y choques fuertes.
Durante el tiempo de Chaves como presidente, se ha estado construyendo la narrativa de ser un jerarca fuerte, con mano dura y anticorrupción. Sin embargo, se cuestiona si esta es la verdadera intención, o existe un trasfondo más personal en la destitución.
Como mencionó el politólogo y analista Daniel Calvo para el programa Desayunos de Radio Universidad: “ hay un mensaje de por medio a toda figura del gabinete. A que el presidente no está de acuerdo, al menos a esta altura del partido, a compartir reflectores con ninguna otra figura”.
Para Calvo, este accionar también promueve esa narrativa de que los sistemas de pesos y contrapesos son obstáculos para la labor del presidente. Esto, en combinación con los comentarios que Chaves ha dado sobre la Contraloría, la Asamblea Legislativa y los diputados, reflejan un manifiesto sobre el deseo de contención del poder o de devolver la jerarquía a algunas figuras del Gobierno.
Los constantes movimientos y escándalos parecen ser señales de inestabilidad en el gobierno actual y detonan interrogantes sobre las implicaciones de estos cambios dentro del gabinete, sobre el espectro político del país y las consecuencias en la opinión pública. Especialmente, considerando la narrativa que el gobierno de Chaves ha construido sobre su omnipresencia en todos los aspectos del Estado.
Además, estos escándalos relacionados con la corrupción, influyen de manera negativa en la opinión pública sobre el presidente y sobre el sistema gubernamental del país.
Calvo mencionó que más allá de que existan razones de peso o no, todo esto genera un “ruido innecesario”, perjudica la actividad política y a los partidos políticos. Unido a lo anterior, indicó, que también aumenta aún más la “desazón con la clase política”, lo que puede provocar repercusiones no sólo para este sector, sino para la democracia misma.
Conozca más sobre el tema en este programa de Desayunos Radio Universidad
