El gobierno del presidente Rodrigo Chaves está siendo caracterizado por ser controversial, con una relación complicada con múltiples sectores del país. En estas últimas semanas, se ha visto un incremento en las protestas cuestionando y denunciando ciertas decisiones dentro de su gabinete. Desde las protestas del sector estudiantil de secundaria en San José y Sarapiquí, colectivos feministas, el sector en situación de discapacidad, el sector agroproductor. Lo anterior podría ser un ejemplo de cómo el país expresa su descontento con el presidente y su gabinete.
Dentro de Costa Rica, el derecho a ejercer la protesta es un principio filosófico y ha sido una tradición política que ha marcado la historia del país desde las huelgas obreras del siglo XIX. No obstante, lo ocurrido previo y durante el discurso de Rodrigo Cháves el pasado 25 de julio en la conmemoración de la Anexión del Partido de Nicoya en Guanacaste, muestra una clara disociación con esta forma de reclamo social y político.
Un grupo de estudiantes universitarios de la FEUCR y la FEUNA coordinaron e hicieron pública mediante un comunicado la intención de ir a realizar una movilización con los diferentes sectores interesados en la zona de Nicoya, enfocados principalmente en la problemática de la región. Desde su salida, el Gobierno los ha perfilado como un riesgo, violentando sus derechos a la libre expresión y el libre tránsito.
Previo a su llegada al Parque de Nicoya, al grupo de protestantes se les negó la entrada. Como menciona Miguel Vindas, representante de la FEUCR: “nos dicen que no podemos ingresar, que tenemos que esperar hasta las órdenes de Casa Presidencial y que venga a atendernos una persona de Casa Presidencial(…) Nos pidieron a todos que nos bajáramos de la busetas para revisar nuestras pancartas. Estuvimos casi que negociando con personas de la Fuerza Pública alrededor de cuarenta minutos que nos dejaran ingresar al Parque Nicoya, porque nosotros no nos llevábamos ninguna acción violenta”. Según la fuerza pública se estaban afectando el orden público.
Este trato continuó una vez que los manifestantes lograron acceder al Parque de Nicoya, donde policías generaron una barrera para separar a los manifestantes del grupo del Gobierno.
Según cuentan los estudiantes presentes las personas que apoyan al Gobierno estaban con una actitud más violenta y generando comentarios burlistas. El sentir ha sido que dicha actitud es un reflejo de la percepción y trato que el mismo presidente le da a los movimientos estudiantiles, con comentarios insultantes e infundamentados hacia los estudiantes protestantes, llamándolos “Esbirros de los rectores”.
La presidenta del FEUCR, Karen Marín mencionó que han analizado que hay “una estrategia de desmovilización por parte del gobierno(…) Recientemente este es el acto más evidente de querer desmovilizar a estudiantes que históricamente es por donde empiezan a debilitar al país”.
Para los movimientos estudiantiles estas actitudes del Gobierno y el suceso en Nicoya, demuestran el estilo de administración política actual donde se ignoran los movimientos sociales y derechos fundamentales como la libertad de expresión y el tránsito, mediante la desacreditación.
Como mencionó Augusto Guerreo, representante de la FEUNA: “Eso es solamente una falta de respeto, porque eso es desconocer que como personas jóvenes tenemos nuestro propio criterio, que estudiamos lo que pasa en las universidades, lo que pasa en la educación pública, eso y que somos conscientes de las situaciones que se presentan a nivel nacional y al nuestras propias universidades”.
Dichas acciones se han tomado como un irrespeto a la autonomía de las Federaciones y un ataque a la capacidad de pensamiento crítico (por parte del presidente) de la población joven para minimizar sus voces.
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