Planificar un menú, hacer compras con listas, consumir local y productos de temporada, aprovechar todo tipo de preparaciones y almacenar correctamente, son acciones que podrían ayudarle a ahorrar ante el aumento en el costo de la vida.
Este ha sido un año de alzas. El precio de algunos alimentos se ha disparado. Si usted antes gastaba unos 10 mil colones haciendo compras, ahora debe aumentar alrededor de 2 mil colones más. Ante el alza de precios, muchas familias toman decisiones y dejan de comprar artículos. En el caso de los alimentos, la mayoría tiende a buscar opciones más baratas, aunque no sean las más saludables.
La nutricionista y encargada de la sección de alimentos y servicios de alimentación de la Escuela de Nutrición de la UCR, Cindy Hidalgo Víquez dice que estas decisiones deben analizarse muy bien porque si no comemos alimentos nutritivos, podemos perjudicar nuestra salud. Pero entonces ¿Cómo hacemos para poder comprar alimentos variados y ahorrar a la vez?
La clave está en planificar. No podemos disminuir los precios de los alimentos, pero sí podemos hacer un consumo más organizado, eficiente y solidario.
Planificación antes y durante la compra, cuando almacenamos los alimentos, cuando los preparamos y, si nos sobró algo, planificación para reutilizarlos. El objetivo es adquirir sólo lo necesario y aprovecharlo lo más que se pueda.
¿Qué es indispensable? La importancia de planificar
Antes de planificar la lista de compras, elabore un presupuesto que le permita destinar una cantidad de dinero para alimentación. Esto le permitirá irse acomodando a medida que los precios suban o bajen.
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Hidalgo recomienda darle prioridad a los alimentos e ir jugando con el presupuesto para que si los precios suben, podamos tomar dinero de otros rubros de gastos menos necesarios para incluirlos en el de la compra de comida. “La recomendación es que la calidad de los alimentos no se sacrifiquen por consumir otras cosas no tan necesarias”, indica.
Una vez que tengamos el presupuesto definido para los alimentos, hagamos una lista. Para esto, tomemos en cuenta la frecuencia con la que vamos a hacer las compras e incluso es importante tener el menú de comidas definido. Así compraremos solo lo que necesitamos. “Hay aplicaciones en las que puedo hacer listas de compras organizadas y llevar el control de las variaciones de precios”, dice Hidalgo.
La frecuencia de las compras tiene que ver con la disciplina de cada persona compradora. Eso sí, tome en cuenta que si se aumenta la frecuencia de la compra, se podrían aumentar la cantidad de productos que compramos. Pero también, las compras más frecuentes permiten planificar mejor que las que son a largo plazo.
Camine y compare. Haga compras más locales. Según la encargada de seguridad alimentaria y nutricional de la Municipalidad de Santa Ana, Raquel Hernández Cordero, las familias no conocen a los productores de su comunidad. La especialista recomienda aprovechar estos espacios porque las cadenas cortas de producción disminuyen el precio, y le brindan mayor frescura y calidad en los productos.
Prefiera productos de temporada. Las frutas y vegetales de temporada son más baratos y más ricos. Adecue el menú familiar para darle prioridad a esos alimentos. Y si tiene duda de cómo preparar algo, pregunte. En las ferias del agricultor o los mercaditos locales siempre hay personas dispuestas a colaborar. “No hay que tener miedo de innovar, probar y hasta de preguntar”, enfatiza Hidalgo.
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En el almacenamiento ahorramos
Cuando ya volvemos a casa con los alimentos que necesitamos, debemos sacar el tiempo necesario para hacer un correcto almacenamiento. De esto dependerá el tiempo que nos dure esa comida y el aprovechamiento que podamos darle.
El etileno es un compuesto químico orgánico. Algunas frutas como manzana, pera o banano lo producen. Si estas se almacenan cerca de otras frutas sensibles a este gas, como sandía o nectarinas, estas también se echan a perder más rápido.
Acomode estratégicamente los productos. Por ejemplo hay algunas frutas que junto a otras tienden a madurar más rápido. Saber esto le permitirá acomodar las compras para que nada se desperdicie.
“Busque estrategias de dónde almacenar. Ponga atención cuando algunos productos se maduran muy rápido”. Según Hidalgo esto le permitirá ver si el lugar en el que los estamos colocando es el correcto o también, si es necesario comprar ese producto más verde y así nos durará más.
Hidalgo también recalca que “si uno ve que no va a gastar alguna fruta o verdura rápidamente, se puede procesar y congelar. Esos alimentos se pueden utilizar más adelante sin desperdicio”.
Además hay algunos productos que se pueden lavar, desinfectar y secar antes de guardar, por ejemplo las legumbres. Algunos vegetales y frutas o alimentos preparados se deben almacenar en el congelador.
Ponga especial atención a los alimentos de origen animal. Hay que almacenarlos inmediatamente en las porciones en las que los utilizaremos. Recordemos que estos requieren estar a temperaturas muy bajas.
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Dele oportunidad a nuevas preparaciones
Preparar los alimentos en casa abarata costos. Ya sea que tengamos una familia grande o seamos una sola persona, podemos planificar los menús para que de una sola preparación podamos cubrir varios tiempos de comida.
Hidalgo recomienda hacer una preparación que permita versatilidad en la forma de consumo. Por ejemplo, si cocinamos una carne mechada y la dividimos en porciones podemos hacer burritos al mediodía, carne con verduras en la noche y picadillo al día siguiente.
Otro consejo es preparar arroz y frijoles para varios días, dividirlo en porciones y estar utilizando a diferentes horas. Esta mezcla tiene un gran valor nutricional y acompañada con un picadillo y una ensalada, puede convertirse en un tiempo de alimentación completo y nutritivo.
Eso sí, recuerde siempre dividir en las porciones en las que va a consumir, en tarros separados y rotulados.
Y otro punto muy importante para ahorrar es saber reutilizar. Si le sobró carne de la mañana, puede convertirla en tacos en la noche. Si sobraron verduras, se pueden procesar y volverlas una sopa o crema en la noche. Utilice eficientemente todo y evite el desperdicio.
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Al final del mes, todas estas acciones le permitirán alimentarse bien y gastar menos. “Aprovechemos lo que tenemos en el patio, en la comunidad, en la feria del agricultor, en los mercados, probemos cosas nuevas. Solidaricémonos, organicémonos para poder salir adelante en esta crisis en que estamos. Eso hace una gran diferencia”, enfatiza Hidalgo.
Escuche más sobre el tema en el programa Semillas y Saberes.