Los medicamentos son sustancias que nos permiten mejorar nuestra salud y calidad de vida. En muchos casos dependemos de ellos para llevar a cabo las funciones y actividades del día a día. Por esto, la forma de almacenarlos no es algo que se deba tomar a la ligera.
Siempre recuerdo que cuando era pequeña y tenía alguna dolencia, le decía a mi abuelita y sacaba un bolso café grande lleno de pastillas y empezaba a recetarme. Esas prácticas son muy comunes en nuestros hogares, sin embargo, hay que tener cuidado. Primero, solo una persona especialista en salud puede recetar medicinas y segundo, los medicamentos no se almacenan en cualquier lugar porque pueden perder parte de sus propiedades.
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La doctora Viviana Calderón Molina, médico de la Oficina de Bienestar y Salud de la Universidad de Costa Rica conversó con Radio 870 UCR y comenta que “cualquier medicamento debe estar resguardado de factores ambientales que puedan alterar la apariencia física y la composición de ese medicamento, como son el calor, el exceso de humedad, los insectos y los roedores”.
El mantener los medicamentos protegidos de factores adversos es necesario para que se conserve la actividad farmacológica para la que fueron creados. Un fármaco contaminado puede sufrir alteraciones químicas que provoquen que no tenga el efecto esperado en el cuerpo, que su potencia disminuya e incluso que la persona experimente una intoxicación al ingerirlo.
Los medicamentos siempre se deben almacenar en su empaque primario, ya sea en la botella del jarabe o en el blíster de las pastillas y hay que conocer muy bien la dosis, el horario, la cantidad de días que se debe tomar el medicamento y la fecha de vencimiento y desecharlo cuando haya vencido.
Es muy importante mantener los medicamentos fuera del alcance de niñas y niños para evitar accidentes.
Según el Centro Nacional de Control de Intoxicaciones de Costa Rica, los menores de 0-6 años representan uno de los grupos más afectados por intoxicaciones, principalmente por medicamentos.
Botiquín: el lugar ideal para almacenar medicamentos
Cuando pensamos en un botiquín, imaginamos aquella caja blanca con varios compartimentos, que normalmente se ubica en el baño. En realidad, un botiquín puede ser cualquier espacio (una gaveta, una caja, un estante o un armario) donde se guarden fármacos, que cumpla con los cuidados básicos necesarios. Al ser el baño un lugar húmedo, no siempre es recomendable ubicar el botiquín en este espacio.
La Dra. Calderón menciona algunas reglas básicas para almacenar los medicamentos dentro del botiquín: que sea un lugar seco, limpio y fresco; que se halle lejos de la humedad, de la luz directa del sol y de altas temperaturas. Es importante concentrar todos los medicamentos de la casa en este lugar, para que siempre sepamos dónde se encuentran.
Medicamentos que deben refrigerarse
Existen medicamentos, llamados termolábiles, que funcionan solamente si se almacenan a bajas temperaturas, como en el refrigerador.
Para estos medicamentos, es necesario tomar en cuenta que nunca deben colocarse en el congelador (por su temperatura demasiado baja) ni en la puerta del refrigerador, porque constantemente debemos abrirla y el movimiento puede alterar las propiedades del medicamento. También es importante mantener estos fármacos aislados de los alimentos del refrigerador, idealmente en una caja de plástico y debidamente rotulados.
Si la persona debe realizar un viaje, este tipo de medicamentos puede transportarlos en una hielera.
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Es importante recordar que un medicamento que le sirve a una persona no necesariamente le va a servir a otra, a pesar de presentar síntomas similares. Por esta razón, no se automedique y siempre consulte a su médico.
Les compartimos la entrevista completa que se realizó para el programa Saber Vivir.