Iniciada la campaña y confirmadas las postulaciones presidenciales, la competencia entre partidos apenas se mueve ante la mayoría indecisa, pero aumenta la preocupación de las personas conforme baja la motivación.
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Leves cambios en la intención de voto registró la encuesta del Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP) de la Universidad de Costa Rica (UCR) casi un mes después del inicio de la campaña electoral y la confirmación de las candidaturas presidenciales, mientras que sí crecieron las emociones negativas del electorado: la preocupación, la desmotivación y la escaso sentimiento de representatividad a pesar de la mayor oferta partidaria de la historia del país.
La población indecisa sigue siendo el grupo más numeroso entre los decididos a votar, y solo se redujo cinco puntos en relación con el estudio de opinión de agosto del CIEP-UCR. Es un 48% y más que duplica al candidato que obtiene el mayor respaldo, José María Figueres (Partido Liberación Nacional, PLN), que recibe un 19% tras escalar dos puntos en los últimos tres meses.
Solo él y tres candidaturas más superan el margen de error de la encuesta (3 puntos porcentuales: Lineth Saborío (Partido Unidad Social Cristiana, PUSC) con 8%, Fabricio Alvarado (Nueva República) con 5%, y José María Villalta (Frente Amplio) con 4%, según los resultados de la encuesta basada en 940 entrevistas hechas por teléfono entre el 24 y este 2 de noviembre.
A unos 100 días de los comicios de febrero de 2022, Saborío, Alvarado y Villalta aparecen empatados técnicamente si se considera el margen de error de la encuesta, 3 puntos, pero al menos superan este rubro, a diferencia de Rodrigo Chaves (Progreso Social Democrático), Wélmer Ramos (Acción Ciudadana, PAC), Rolando Araya (Costa Rica Justa) y otras 10 candidaturas presidenciales mencionadas, de un total de 26.
Malas parecen las noticias para el oficialista Ramos, pues recibe solo un 2% a pesar de que en agosto un 4% decía inclinarse por la candidatura del PAC, que no estaba definida en ese momento. Es decir, ese grupo se redujo a la mitad al conocerse el ganador de la convención rojiamarilla.
La competencia por la Presidencia se presenta sin claridad sobre el eventual ganador si alguien superara el 40% de los votos válidos o sobre los participantes de una probable segunda ronda, ante la dificultad de que alguno supere ese umbral.
“El panorama no ha cambiado significativamente luego de la apertura oficial de la campaña electoral, pues, luego de las primeras semanas de carrera, el voto de los costarricenses se diluye entre múltiples alternativas, y la gran mayoría muestra un débil respaldo, de menos de dos dígitos. A estas alturas de la competición, la meta de alcanzar el 40% de los votos en febrero de 2022, y con ello evitar una segunda ronda, se torna lejana y poco probable”, concluyen los investigadores del CIEP.
Más incierta aún y difícil de medir se ofrece la carrera por los 57 escaños legislativos que también se elegirán el 6 de febrero sin posibilidad de prórrogas, con la posibilidad de que muchos se definan por pequeñas diferencias de votos.
Preocupación, desinterés, desagrado…
Ante una competencia que apenas se mueve, sí se deterioraron en los últimos tres meses los sentimientos predominantes de la ciudadanía ante ese escenario, según proyecta la encuesta.
El sentimiento más fuerte es el de preocupación por lo que deparen las elecciones, pues lo registra el 71% de los encuestados (eran 64% en agosto), y solo el 18% actualmente dice estar tranquilo.
En interés por el proceso electoral, el 42% que en agosto reportaba una cuota alta en esta ocasión se redujo hasta llegar a 34%; ahora son más los desinteresados con un 42%.
Los que decían tener niveles altos de motivación pasaron en tres meses de ser la mitad a un tercio actualmente. Son superados por los que contestan que están poco motivados, el 44%, seis puntos más que en agosto.
El otro sentimiento es el de insatisfacción por la escasa representatividad que proporcionan las figuras que asumen cargos políticos. Dos tercios de la muestra contestaron que no se sienten representados, a pesar de la multiplicación de partidos políticos, con casi 40 participando por la Presidencia de la República o por curules de la Asamblea Legislativa.
Es más, al mayor grupo de la población no le gusta que haya tantas candidaturas; el 44%, frente a un 33% que contesta que sí le gusta tener de dónde escoger con esta multiplicidad de opciones.
“Tomando en cuenta que los discursos de las candidaturas partidarias suelen apelar a pasiones y aspectos emocionales, la abstención de voto o la preferencia partidaria puede evidenciarse en las emociones que se van cultivando a lo largo de la campaña”, explica el informe.
Pese a ello, 80% del total de los encuestados dijo que tiene alguna intención de votar, y de este grupo dos de cada tres dicen estar decididos a hacerlo, aunque puede que no necesariamente se han inclinado ya por un candidato o candidata. Uno de cada tres podría votar dependiendo del desarrollo de la campaña y la consolidaciones de las opciones partidarias que vea en el panorama.
Perfiles preferidos de la candidatura y características de los indecisos
Independientemente del nombre de la candidatura o del partido, la población prefieren a los mayores que a jóvenes, con experiencia en empresa privada y en la política, con disposición al diálogo y, sobre todo, que marquen un cambio, sin importar si es hombre o mujer.
Así se deduce de las respuestas sobre las preferencias de los entrevistados al consultársele el criterio sobre la edad, las experiencias, el tipo de liderazgo o el sexo.
El 92% se inclina por una candidatura que represente un cambio, el cual puede significar cambio de partido en el gobierno, cambio con lo que ofrece o cambio con lo que representa en lo ideológico, estilo o grupos de apoyo.
Además, el 89% valora bien la experiencia en el sector privado y el 87% también concede valor a la trayectoria en política. Menos contundente, aunque clara, es la inclinación por el estilo negociador frente a la mano dura, 63% ante 29%, y de la edad avanzada frente a la juventud: 53% versus 28%, respectivamente.
En cuanto a sexo, al 51% le viene indiferente, 26% dice que debería ser un hombre el Presidente y 21%, que una mujer.
Al poner el foco en el electorado y sus perfiles, en el grupo de los indecisos que aseguran votarán, sobresalen las mujeres (las indecisas son el 48%) y jóvenes (seis de cada 10 carecen de favorito aún), mientras que en los que manifiestan una preferencia pesan más los varones y las personas mayores de 55 años, sin que sea un criterio relevante la opción que tengan sobre las vacunación contra la COVID-19.
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