En resumen: La ahora exministra de Educación, Anna Katharina Müller, afirmó que “solo tres de cada diez familias enviaban a los hijos” a las clases de Afectividad y Sexualidad, y que eso demostraba que el programa prácticamente no se impartía. Los datos oficiales del Ministerio de Educación Pública (MEP) la contradicen.
El año pasado, 127.594 estudiantes recibieron la asignatura, que representan 51,45% de la matrícula en Tercer Ciclo y Educación Diversificada, los niveles en los que se impartía el programa. Así lo muestran los registros del Departamento de Análisis Estadístico del MEP.
Si se excluyen los colegios privados —que no estaban obligados a implementar las guías—, el porcentaje de asistencia sube a 57,34% para el año anterior. Alrededor de 29% del estudiantado acude a una de las 170 instituciones donde ni siquiera se impartió la materia en 2024.
La exministra Müller justificó la eliminación de los programas alegando que solo tres de cada diez familias autorizaron la participación de sus hijos en las clases de Afectividad y Sexualidad, dado que el programa requería un permiso parental. Esta aseveración carece de sustento porque el MEP no lleva un registro formal del número de familias que rechazan la asignatura, confirmó la Defensoría de los Habitantes en 2024.
Las estadísticas muestran una disminución significativa en la cobertura del programa desde 2022, durante la gestión de la ministra Müller. En Educación Diversificada (décimo y undécimo años), la cobertura pasó de 89,1% en 2021 a 68,8% en 2022. La cobertura continuó descendiendo a 65,5% en 2023, y cayó a 62% en 2024.
El MEP no respondió oportunamente las consultas de Doble Check sobre las razones de la cobertura de los programas y la fuente del dato que mencionó la exministra.
Los números de Müller
En la conferencia de prensa del 29 de enero, Casa Presidencial dio excusas sobre la eliminación del programa de afectividad y sexualidad para educación secundaria, que el Consejo Superior de Educación aprobó por solicitud de la ahora exministra, Anna Katharina Müller.
La ahora exministra de Educación se refirió a la supuesta cobertura de esa materia: “Muchas familias y muchos docentes ya nos habían dicho del problema que tenían para poder estar enviando los chicos [a las clases del Programa de Afectividad y Sexualidad Integral]. Pero vea qué interesante, señor presidente: es un hecho que solo tres de cada diez familias enviaban a los hijos a esta asignatura. Prácticamente no se estaba dando”, dijo Müller.
El presidente de la República, Rodrigo Chaves, replicó la afirmación de su entonces ministra: “Siete familias votaron con sus pies para que sus hijos no fueran a oír esas sinvergüenzadas”.
El Gobierno justificó la eliminación de los programas con afirmaciones distorsionadas y fuera de contexto sobre su contenido. El Ejecutivo sostuvo que los temas abordados “inducían a involucrarse en asuntos que son responsabilidad del hogar” y que la medida protegería a los docentes de posibles denuncias penales por su enseñanza.
El Programa de Educación para la Afectividad y la Sexualidad Integral fue aprobado por primera vez en 2012 y actualizado en 2017. El programa tenía dos planes de estudio: uno para Tercer Ciclo (séptimo, octavo y noveno años) y otro para Educación Diversificada (décimo año).
Desde su aplicación en 2018, el programa abordaba temas como la afectividad, el consentimiento, los cambios físicos y emocionales en la adolescencia, la prevención del abuso sexual y la toma de decisiones responsables en la vida afectiva. Doble Check guardó copias de los programas luego de que el MEP los eliminara de su plataforma en Internet.
Datos del MEP desmienten a la exministra del MEP
Los registros del Departamento de Análisis Estadístico del MEP refutan a la exministra Müller y al presidente Chaves.
Un total de 127.594 estudiantes de colegio recibieron clases del Programa de Afectividad y Sexualidad Integral el año pasado, que representan 51,45% de la población de Tercer Ciclo y Educación Diversificada. El porcentaje aumenta a 57,34% al excluir a los colegios privados, que no tenían la obligación de recibir la materia.
La cobertura de los programas fue considerablemente menor en el Tercer Ciclo, donde solo 48,7% de los estudiantes recibió la asignatura. En el caso de Educación Diversificada, 61,5% del estudiantado recibió los contenidos del programa.
La cobertura de los programas variaba por región. Por ejemplo, la Dirección Regional de Heredia fue la que más impartía los programas, con 81,63% de cobertura. En contraste, la Dirección Regional de Limón tuvo la menor cobertura, con 20,59%.
Los datos oficiales reflejan una fuerte caída en la cobertura del programa desde 2022, durante la gestión de Müller. En Educación Diversificada, la asignatura alcanzaba a 89,1% de los estudiantes en 2021, pero el alcance se redujo a 68.8% el año siguiente, y siguió bajando hasta llegar a 62% en 2024.
Doble Check también analizó una base de datos del MEP que detalla cuántos estudiantes reciben cada materia en los colegios públicos, privados y subvencionados del país: 170 colegios, de un total de 893, no reportaron un solo estudiante inscrito en las clases de Afectividad y Sexualidad Integral el año anterior.
Ese dato sugiere que dichas instituciones no impartieron la materia en absoluto. En total, esos colegios suman alrededor de 73.000 alumnos, que representan 29% del total de jóvenes de secundaria que deberían haber recibido la asignatura pero que, aparentemente, asistieron a instituciones que no la ofrecieron.
¿Votaron con los pies?
La afirmación del presidente Chaves de que “siete familias votaron con sus pies para que sus hijos no fueran a oír esas sinvergüenzadas” tampoco tiene sustento en los registros del MEP. A pesar de que los padres o cuidadores podían solicitar la exclusión de alumnos en esa materia, el MEP no mantiene registros de eso.
El 30 de julio de 2024, Müller respondió por escrito a una consulta de la Defensora de los Habitantes, Angie Cruickshank, sobre cuántos padres o cuidadores habían optado por excluir a sus hijos del programa de afectividad y sexualidad. La entonces jerarca reconoció que el MEP no llevaba un registro de esas solicitudes y que únicamente contaba con datos de estudiantes que recibían la asignatura y el porcentaje de cobertura.
“El instrumento no recopila si las personas solicitaron no recibir dicho programa”, admitió Müller en el documento.
Doble Check conversó con Ivannia Solano, investigadora del Instituto de Investigaciones en Educación (IIE) de la Universidad de Costa Rica (UCR), quien ha aplicado el programa en su práctica docente y capacitado a futuros orientadores en su implementación. Solano dijo que, en su experiencia en la Dirección Regional de Turrialba, solo un 5% de las familias negaban el permiso para que sus hijos recibieran la asignatura. Ante estas objeciones, Solano optaba por dialogar directamente con los padres, escuchar sus inquietudes y explicarles en detalle el contenido del programa. La investigadora afirmó que, en la mayoría de los casos, lograba disipar sus dudas y obtener la autorización.
Nota del editor: Doble Check realizó esta verificación como parte del proyecto #CRíticaMente, con el apoyo de la Asociación de Periodismo Colaborativo Punto y Aparte y la fundación People In Need Costa Rica.