En resumen: Casa Presidencial justificó la eliminación de los programas de afectividad y sexualidad del Ministerio de Educación Pública (MEP) recurriendo a la distorsión de sus textos. En una conferencia de prensa con la ahora exministra de Educación, Anna Katharina Müller, el Ejecutivo presentó acusaciones que parten de lecturas distorsionadas de fragmentos aislados de los programas, sacando de contexto documentos más amplios.
El Gobierno citó cuatro fragmentos específicos de las guías y el pasaje de un material de apoyo. Por ejemplo, las guías pretenden que los estudiantes conozcan sobre el concepto de “placer” en un sentido amplio, más allá del placer genital, pero el Ejecutivo afirmó que instan a los alumnos a “preguntarle sobre sexo a un completo desconocido”.
Además, un material diseñado para ayudar a familias de menores con discapacidades a hablar sobre la curiosidad corporal fue presentado por el Gobierno como “enseñarle a los niños cómo masturbarse”.
Las guías también atienden los mitos sobre las relaciones íntimas que perpetúan los medios de comunicación, el cine y la pornografía. El Gobierno describió eso como una promoción de la pornografía.
El Gobierno se refirió a un ejercicio para concientizar sobre la prevalencia de diversas formas de violencia; el Ejecutivo lo presentó como una exposición riesgosa de experiencias personales de los estudiantes. Mientras las guías proponen identificar los elementos clave para una relación sexual segura y placentera, el Gobierno distorsionó el contenido al afirmar que promueven el uso de cámaras, lencería y juguetes sexuales.
El Gobierno siguió un patrón de desinformación que exagera, descontextualiza y omite detalles clave en los programas de Afectividad y Sexualidad Integral para secundaria. Para llegar a esta conclusión, Doble Check consultó el texto de los programas y entrevistó a uno de sus creadores, así como a una investigadora encargada de capacitar a otros docentes sobre su uso.
Doble Check trató de obtener mayor información por parte del Ministerio de Educación (MEP) y de Casa Presidencial, pero no se obtuvo respuesta.
Eliminación de programas
Durante la conferencia de prensa en Casa Presidencial del 29 de enero, el presidente Rodrigo Chaves y la exministra de Educación, Anna Katharina Müller, anunciaron la eliminación de los Programas de Afectividad y Sexualidad Integral del currículo educativo, argumentando que son “manuales de erotismo” y que contenían elementos inapropiados para los estudiantes.
Casa Presidencial expuso un video con ejemplos de algunos pasajes de las guías; esta fue la única evidencia literal presentada por el Gobierno para argumentar su eliminación. El texto de los programas dejó de estar disponible en el sitio del MEP después del anuncio oficial.
El Programa de Educación para la Afectividad y la Sexualidad Integral fue aprobado por primera vez en 2012. Educación actualizó los planes de estudio en 2017 y los dividió en dos programas: uno para tercer ciclo (séptimo, octavo y noveno años) y otro para educación diversificada (décimo año). Estos programas se aplicaron entre 2018 y 2022.
Una copia del programa de tercer ciclo está disponible aquí, así como la versión de educación diversificada. Al momento de la redacción de este chequeo, permanecía activa una sección informativa del MEP que aclara dudas sobre los contenidos del programa.
Exministra Müller subvaloró la asistencia a clases de Afectividad y Sexualidad para excusar su eliminación

El Gobierno justifica la eliminación de los programas alegando que los “contenidos no se alineaban con la temprana edad de los estudiantes y, más bien, los inducían a involucrarse en temas que son responsabilidad del hogar”. En su lugar, el MEP anunció que implementará un nuevo plan enfocado en prevención y consentimiento, aunque no precisó cuándo. El Gobierno también sostiene que la medida protege a los docentes de posibles acusaciones penales.
El Gobierno dice y los textos contradicen
Las afirmaciones que revisó Doble Check pertenecen a un video presentado durante la conferencia del 29 de enero, donde el Ejecutivo mostró pasajes que cuestionó de los programas educativos, y los describió como “papelitos hablan”. La última afirmación verificada la dijo el presidente Chaves, la cual fue atribuida al libro Es parte de la vida.
Afirmación del Gobierno: “¿Mandaría usted a su hijo a preguntarle sobre sexo a un completo desconocido? Bueno, eso era lo que estaba pasando con los programas de afectividad y sexualidad que había implementado el MEP y que ahora estamos eliminando. Muchos ni siquiera se lo imaginaban”.
Chequeo: La afirmación carece de sustento. En un módulo de octavo año, la página 44 plantea una actividad en la que los estudiantes deben entrevistar a una persona “cercana y de mayor edad” sobre cómo ha manejado “relaciones que no aportaban a su desarrollo”. Esta actividad se propone para “establecer estrategias para el mantenimiento de relaciones de amistad, de pareja, intergeneracionales y comunitarias que aporten al desarrollo personal y social”. El texto no menciona ninguna consulta de índole sexual.
En noveno año, la página 59 incluye otro ejercicio de entrevista enfocado en cómo una decisión en materia de sexualidad impactó la vida y los proyectos de una persona de su entorno. El ejercicio no menciona que deban abordarse detalles explícitos ni obliga a los estudiantes a interactuar con desconocidos. Más bien, se enmarca en un módulo que promueve la reflexión para “valorar la importancia de tomar decisiones para la vivencia de la sexualidad en congruencia con los derechos sexuales, derechos reproductivos y proyectos de vida”.
De manera similar, en la página 55 de otro módulo para noveno año, se invita al estudiantado a dialogar con miembros de su comunidad sobre experiencias placenteras en la vida cotidiana, abarcando actividades, comidas, sensaciones, etc. La actividad está diseñada para “identificar diversas experiencias de placer que forman parte de la existencia humana y que aportan al bienestar y desarrollo personal”. La recopilación no incluye testimonios íntimos o explícitos sobre sexualidad.

Afirmación del Gobierno: “La página 56 dice: ‘Se discute acerca de cuáles mitos sobre el placer sexual se reproducen en medios de comunicación, películas, pornografía, entre otros’. Compatriotas, le están pidiendo a sus hijos que vean pornografía para discutirla en clases”.
Chequeo: La cita que usó el Gobierno está en la página 56 del programa de tercer ciclo, y se refiere a un análisis crítico sobre los mitos en torno al placer sexual que circulan en distintos medios, incluyendo el cine, la publicidad y la pornografía. El texo no instruye a los estudiantes a consumir material pornográfico; en realidad, la dinámica busca cuestionar las representaciones distorsionadas de la sexualidad que se transmiten en ese y otros medios. El ejercicio se enmarca en una reflexión mediada por otros recursos audiovisuales o personas expertas en salud sexual y reproductiva para informarse sobre las “representaciones sociales sobre el placer, las diferencias que existen en la vivencia del placer, según las construcciones sociales y culturales de género”.
Doble Check no halló estudios sobre el consumo de pornografía entre niños y jóvenes en Costa Rica. No obstante, varios estudios citados en un artículo de la revista de la Sociedad Española de Pediatría indican que el primer contacto con este tipo de materiales suele estar alrededor de los 10 años de edad. “Este consumo se hace más regular y frecuente a los 14 años en chicos y a los 16 en chicas”, indica el artículo al citar un estudio del 2022.
El psicólogo Óscar Valverde, uno de los diseñadores de las actividades del programa de afectividad y sexualidad del MEP, advirtió que muchos adolescentes están expuestos a material de contenido sexual en Internet, más allá de la pornografía explícita. Según Valverde, tal exposición incluye representaciones que distorsionan la vivencia de la sexualidad, refuerzan estereotipos dañinos y establecen estándares irreales sobre los cuerpos y las relaciones sexuales. El experto señaló que esa influencia puede generar expectativas poco saludables, fomentar una visión morbosa del sexo e incluso propiciar comportamientos violentos: “El esfuerzo educativo tiene que orientarse precisamente que ellos puedan ser críticos con esos materiales a los que están siendo expuestos”, indicó Valverde.
Doble Check solicitó al MEP referir aquellas instancias en que hubiera documentado la exposición de pornografía a personas menores de edad con motivo del Programa de Afectividad y Sexualidad Integral. No se obtuvo respuesta.

Afirmación del Gobierno: “No solo los temas preocupan, sino la manera de abordarlo. En la página 33 se les habla sobre juguetes sexuales, cámara de video y lencería. Se imagina la difícil tarea de un profesor de pedirle a los estudiantes organizar una fiesta en honor a las relaciones sexuales o, peor aún, explicarle a un padre por qué le habla de lencería y cámaras de video a sus hijos, exponiéndolos a una denuncia penal”.
Chequeo: En la página 33 de la guía para décimo año, la actividad de la “fiesta” no se trata de una celebración literal, sino de una dinámica imaginada. El programa describe un ejercicio pedagógico para que los estudiantes identifiquen “las condiciones necesarias para el establecimiento de relaciones sexuales corporales, genitales y coitales placenteras y orientadas al bienestar propio y de la otra persona”. Los “invitados” a la fiesta son objetos y conceptos, como consentimiento, violencia, condones, música, seguridad, consumo de drogas y respeto recíproco, y los estudiantes analizan cuáles “invitados” son más convenientes. El Gobierno sacó de contexto las palabras “ropa interior sexy”, “cámara” y “juguetes sexuales” sin explicar el sentido de la metáfora.
Doble Check conversó con Ivannia Solano, investigadora del Instituto de Investigaciones en Educación (IIE) de la Universidad de Costa Rica (UCR), quien ha aplicado el programa en su práctica docente y capacitado a estudiantes de Orientación sobre su implementación. Solano indicó que su experiencia con la dinámica de la fiesta imaginada es hacerla con las palabras escritas en pequeños papeles, en donde los estudiantes escogen y descartan cuáles conceptos u objetos serían invitados.
La docente también aclaró que estos programas no son impartidos por un único profesor en el aula. En el tercer ciclo (séptimo, octavo y noveno año), la enseñanza estaba a cargo del docente de Ciencias, mientras que era dirigida por un psicólogo en décimo año. Además, en todos los niveles, el personal docente contaba con el apoyo de un orientador u orientadora, lo que aseguraba la presencia de al menos dos adultos en cada sesión.

Afirmación del Gobierno: “En décimo se violenta la intimidad del estudiante y este corre el riesgo de que otras personas utilicen la información que se le solicita por parte del docente. En la página 44 dice muy claro: ‘La persona docente les indica que todas las personas deben hacer silencio total y deben estar sentadas y con los ojos cerrados mientras se gira la instrucción y si alguien ha sido tocado, abusado o violado, que se ponga de pie’”.
Chequeo: El Gobierno se refiere a un módulo para décimo año que aparece en la página 43. La actividad pretende crear un compromiso entre el estudiantado “con el no ejercicio de las distintas formas de abuso y violencia sexual, así como con su prevención, denuncia y erradicación”. La afirmación del Gobierno omite un aspecto clave del ejercicio: las instrucciones indican claramente que deben ponerse de pie tanto quienes hayan vivido una situación de violencia como quienes conozcan a alguien que la haya experimentado. Esto significa que nadie está obligado a revelar su propia experiencia, ya que el acto de levantarse no distingue entre quienes han sido víctimas directas y quienes simplemente tienen conocimiento de un caso cercano.
Además, el ejercicio plantea una variedad de situaciones de distinta gravedad, desde el acoso callejero y los comentarios lascivos hasta el abuso sexual y la difusión de imágenes sin consentimiento, lo que hace que la mayoría de los estudiantes puedan identificarse con al menos una de las preguntas, sin que esto implique necesariamente haber sido víctimas directas. El objetivo de la dinámica es visibilizar la magnitud del problema y generar una reflexión colectiva sobre la persistencia de la violencia sexual en la sociedad, en lugar de forzar testimonios personales.
El módulo en cuestión propone que los estudiantes conozcan las distintas formas de abuso y violencia sexual, así como las estrategias para prevenirlas, denunciarlas y erradicarlas. Según Ivannia Solano, en su experiencia, abordar temas como el acoso callejero ayuda a los estudiantes a identificar el problema en sus comunidades, generar redes de apoyo y desarrollar estrategias de protección mutua.
Afirmación del Gobierno: El presidente hizo referencias recurrentes de que las guías implicaban enseñarle a los niños a masturbarse: “Cuando la ministra de Educación a mí me dijo que las guías de educación sexual ya hace mucho tiempo requieren que a los niños de entre 2 y 9 años se les enseñe la autoestimulación y el autoerotismo en las escuelas, eso que en mi época llamábamos masturbación, de parte de un funcionario del MEP, a mí —como a usted, como a todas las personas decentes— a mí me ardió la sangre”. La exministra Müller dijo que el presidente se refería al libro Es parte de la vida.
Chequeo: El libro Es parte de la vida no forma parte del Programa de Afectividad y Sexualidad y tampoco instruye a funcionarios del MEP a enseñar masturbación a los niños. En realidad, la guía está dirigida a familias de niños, niñas y adolescentes con discapacidades, con el propósito de brindar herramientas para acompañar su desarrollo. El texto no está dirigido al estudiantado en general ni es un material didáctico para los profesores en sus aulas.
El documento menciona la autoestimulación en el contexto del desarrollo infantil, como parte de un grupo de temas que pueden abordarse en el hogar, junto con la enseñanza sobre el cuerpo, la privacidad y la prevención del abuso. Su objetivo es ayudar a las familias a hablar con naturalidad sobre la autoexploración corporal, enseñando a los niños a conocer su cuerpo y a diferenciar los espacios adecuados para ello.
En la página 43, el documento de apoyo indica que, con niños de entre 2 y 9 años, se puede hablar de la “auto-estimulación o auto-erotismo”. También, insta a hablar sobre la diferencia entre niños y niñas, de cómo nacen los bebés y cómo reconocer y rechazar contactos inadecuados. La guía pretende dar información accesible para que los cuidadores puedan responder de manera apropiada a las dudas de sus hijos con discapacidades.