Memorias de un cuerpo que arde, el nuevo filme de Antonella Sudasassi ya está en cines

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Jimena Rojas Rojas
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La escena del cine costarricense se vio recientemente sorprendida por “Memorias de un cuerpo que arde”, un cortometraje de la directora Antonella Sudasassi que logra adentrarse  en la experiencia de vida de las mujeres mayores. Esta producción es una narrativa original que toma vivencias reales para contar una historia muy cercana a la de muchas y permite la reflexión sobre la libertad, sexualidad, memoria y amor.  

Según Sudasassi, el filme “cuenta la historia de una mujer que está en la mejor etapa de su vida. Tiene más de 70 años y busca novio, no esposo, en una casa tan infinita como su memoria. Vamos recorriendo los sueños y pesadillas del pasado para encontrarnos con un futuro lleno de libertad, amor y placer”. 

Memorias de un cuerpo que arde entrelaza historias reales

Estas perspectivas vienen de mujeres mayores que relatan sus experiencias, recuerdos y deseos. Para lograr esto, la directora realizó un proceso investigativo y construyó su película a partir de conversaciones profundas con mujeres de 65 a 90 años, explorando sus vivencias en una sociedad conservadora y represiva.

El proceso creativo de Sudasassi inició en 2019, cuando empezó a esbozar la idea a partir de una conversación inicial con su abuela. Después, la directora decidió buscar más voces de mujeres mayores las cuales le dieron vida al guión. 

“Es una recolección de voces de mujeres reales que nos cuentan su pasado y su presente”, Antonella Sudasassi, directora cinematográfica.

Memorias de un cuerpo quer arde es una secuencia de imágenes narradas por el personaje principal

Para retratar las voces de estas mujeres en la pantalla, la directora optó por no solo hacer un documental, sino trabajar con actrices para personificar estas voces. Lo anterior, fue enriquecedor, pues la industria no suele prestar su foco a historias de mujeres en las etapas más maduras de sus vidas. Por lo tanto, la dinámica en pantalla trató de contar la historia en una secuencia de imágenes narrada por el personaje principal. 

La película a su vez ha demostrado la importancia del arte cinematográfico costarricense, de manera que ha logrado conseguir llenar las salas de cine en Costa Rica. Se ha demostrado una vez más que las personas quieren ver y escuchar historias creadas por otros costarricenses. Además, ha creado conversaciones sobre dos temáticas y experiencias universales: envejecer y la sexualidad.

Algunas fotos del making of de la película #MemoriasDeUnCuerpoQueArde.
Detrás de cámaras de la película Memorias de un cuerpo que arde.

Gracias a la película que aborda el pasado y el presente de una mujer, esto permite a muchas comprender que esa etapa que nos espera a futuro, el envejecimiento, puede ser hermosa y que aún en ese momento, se puede seguir descubriendo y comprendiendo nuevas cosas de sí mismas. Además, el filme demuestra que esa etapa puede consistir en la mejor etapa de la vida de una mujer, dónde se hallan nuevas formas de liberación. 

Premios internacionales del filme Memorias de un cuerpo que arde

A nivel internacional también ha logrado posicionar al país, al estrenarse en la sección Panorama del Festival Internacional de Cine de Berlín, y ser la representante de Costa Rica para los premios Goya y Óscar. Lo anterior, junto con la crítica positiva que ha recibido, refuerza la importancia de seguir creando historias que generen diálogo sobre una realidad tan cotidiana como la de vivir y crecer en este mundo.

La historia de una mujer, pasado, presente y futuro.
La historia de una mujer, pasado, presente y futuro. Memorias de un cuerpo que arde.

Fueron cinco años los necesarios para crear el filme, que incluyó tres años de investigación y entrevistas con mujeres mayores. Seguido de un año completo de trabajo en el guión, donde se tuvieron que tomar las entrevistas para entender cómo hilvanar esas historias de manera que se contaran un relato colectivo coherente. Al momento de rodar, el equipo de producción tuvo 25 días para grabar, lo cual, en pantalla se demuestra un trabajo cuidado y auténtico. Finalmente, se concluyó con el proceso de postproducción

Memorias de un cuerpo que arde enriquece el cine costarricense, pero también la reflexión, al traer una historia tan real como cercana, que aborda la experiencia femenina, el envejecimiento, el amor, la búsqueda de placer, la libertad, la sexualidad, la memoria y la vida en cada etapa, puesto que demuestra que este autodescubrimiento nunca termina y es tan diverso como los colores.

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