Inicia el ciclo escolar y con este la necesidad de alistar meriendas y almuerzos para los niños y niñas que van a los centros educativos. ¿Cómo preparar meriendas saludables, variadas, atrayentes y promover hábitos que permanezcan por toda la vida?
Este 8 de febrero será el inicio de las clases en Costa Rica. Cambiamos rutinas y algunas de estas tienen que ver con la alimentación. Según la nutricionista, Eva Steinkoler Sabah, para fomentar hábitos saludables para la vida, es importante tener en cuenta la variedad y la practicidad a la hora de preparar los alimentos que se trasladan a los centros educativos.
En niños y niñas, las necesidades de alimentación van cambiando a medida que aumenta o disminuye su ritmo de crecimiento. A partir de la etapa preescolar, cuando ya estos niños y niñas tienen más conciencia de lo que quieren y lo que no, es donde normalmente aparecen conflictos en las familias en torno a su alimentación.
“Es una etapa bien interesante, ellos no pueden controlar las rutinas diarias, pero ¿Qué sí pueden controlar? Decir que no a la hora de comer. Es una forma que tienen de probar límites. Hay que estar tranquilos, tenemos un montón de oportunidades en el día para que coman”, explica Steinkoler.
“Hay que ofrecerles todos los grupos de alimentos, el proceso de alimentación es aprendizaje, ofrecer la variedad de alimentos es el punto clave en la alimentación de niños y niñas” – Eva Steinkoler Sabah, nutricionista.
Entonces, ¿Qué tomar en cuenta para preparar los alimentos que van para las escuelas? La nutricionista explica que hay que tratar de que los platillos que se envían ya se hayan consumido alguna vez en el hogar. También es importante buscar soluciones prácticas y variadas.
Comparta experiencias a la vez que alista los alimentos para la escuela. Enseñe con el ejemplo e involucre a los niños y niñas en el proceso. “Mucha paciencia en la etapa de transición, es un proceso de adaptación. Hablar con ellos, comunicarse con ellos, dejarlos tomar decisiones ayuda un poco en el proceso. Cuando el niño toma la decisión, el acercamiento ya es diferente”, resalta Steinkoler.
MERIENDAS
Hay que tratar de que las meriendas contengan 3 componentes básicos: un alimento que aporte energía, otro que aporte proteína, y vitaminas y minerales. Si no podemos garantizar la presencia de estos 3 componentes, al menos tratar de que sean 2 de 3. En relación con esto, la construcción podría ser:
- Energía: pan, galleta (preferiblemente sin relleno), un gallito, sandwich.
- Proteína: Ponerle queso o atún al sandwich. Huevo, cuadritos de queso. Aquí también podría funcionar un lácteo (una cajita de leche o un yogurt).
- Vitaminas y minerales: pueden ser frutas o también incluir vegetales en el sandwich. Steinkoler recomienda aprovechar las frutas que prefieren los niños y niñas y enviarlas a la escuela, así nos aseguramos de que las van a consumir.
ALMUERZOS
En algunos centros educativos se debe llevar almuerzo por las características de su jornada. A la hora de alistar estos alimentos tomemos en consideración si el niño o niña puede calentar o no con facilidad. “Si se puede calentar, puede ser similar a los que se consumen en la casa. Si no, entramos en el mundo de los almuerzos fríos”, explica Steinkoler.
Al igual que con la merienda, el almuerzo debería tener el alimento que brinde energía, proteína y vegetal o fruta, eso sí, en una porción un poco más grande que permita tener mayor grado de saciedad.
Algunas opciones podrían ser arroz con pollo, frijol molido y ensalada. También podrían ser preparaciones con atún, ensaladas frías de pasta y vegetales, entre otros.
La nutricionista enfatiza que debemos ofrecer primero el alimento en casa para ver si lo consumen completamente, y luego valorarlo como una opción para enviarlo a la escuela. Siempre apostar por enviar aquellos alimentos que sabemos que los niños y niñas van a disfrutar, que han comido antes y que no traerán de vuelta al hogar.
Además de los alimentos hay que tener presente la hidratación. Para Steinkoler el líquido por excelencia para esto es el agua. La especialista no recomienda los refrescos, ya que algunas veces están muy cargados de azúcar o edulcorantes que tienen un sabor muy dulce. “Qué mejor hábito podemos enseñar que tomar agua”, asegura.
Escuche más sobre este tema en esta entrevista del programa de Consúltenos sobre Nutrición.