«Con nosotros, no por nosotros», ese es el lema del Día Mundial del Síndrome de Down este 21 de marzo, y justamente este aspecto es de relevancia cuando hablamos de la alimentación de niños, niñas, adolescentes y personas adultas que viven con esta condición.
La alimentación es muy importante para el desarrollo de las personas. El momento de sentarse a comer puede ser un espacio de disfrute y también de aprendizaje. En el caso de las personas con Síndrome de Down la situación es igual, desde niños y niñas se pueden incentivar prácticas que, con el paso de los años, les permitan ser autónomos y tomar las mejores decisiones para su vida.
El lema del Día Mundial del Síndrome de Down, «Con nosotros, no por nosotros», considera que las personas con discapacidad tienen derecho a ser tratadas con justicia y a tener las mismas oportunidades que todos lo demás para mejorar sus vidas – Naciones Unidas.
La nutricionista y madre de una niña con Síndrome de Down, Magaly Fernández explica que los niños y niñas con Síndrome de Down necesitan más estimulación en algunos aspectos y que de este proceso depende en gran medida el desarrollo de una alimentación variada y saludable.
“Es muy importante ver a nuestros hijos con Síndrome de Down como cualquier otro niño, su aprendizaje es quizás a otro ritmo o en circunstancias diferentes, pero siempre va a cumplir con este”, indica.
Fernández pone énfasis en el desarrollo de la autonomía y la independencia individual. Que poco a poco con nuestras enseñanzas, tengan las herramientas para empezar a tomar sus propias decisiones, y que estas sean en beneficio de su salud.
Desde los primeros días
La información es la clave. En la medida en que nos informemos sobre las situaciones que van surgiendo, podremos ir trabajando para superarlas.
En el caso del desarrollo de la lactancia materna, Fernández explica que el inicio puede ser un poco complicado debido a la hipotonía o bajo tono muscular que presenta esta población. Eso les dificulta el desarrollo motor y también a la hora de alimentarse.
Para solventar esta situación, se recomienda el uso de masajes suaves que movilicen la lengua en distintas direcciones alrededor de la boca. Incluyendo mejillas y labios en este proceso diario.
“Es importantísimo que el niño con Síndrome de Down aproveche la etapa de lactancia. La leche materna favorece la absorción de esa leche en el intestino del niño y es beneficiosa para su desarrollo” – Magaly Fernández, nutricionista.
Cuando la o el bebé se mantiene erguido, alrededor de los 6 meses o más, será el momento del inicio de la alimentación complementaria. Según Fernández, las recomendaciones son las mismas que se le darían a otros niños y niñas que no tengan esta condición.
No hay ninguna contra indicación en la comida a partir de los 6 meses. Estimúlelos con nuevas texturas y nutrientes y si se le presenta alguna dificultad, consulte con profesionales en nutrición.
“En la mayoría de los casos, los chicos con Síndrome de Down tienen la capacidad de comer lo mismo que comemos los adultos a partir del año de edad” – Magaly Fernández, nutricionista.
Además preste atención a las broncoaspiraciones, brinde espacios agradables y acompañados por otros familiares para el aprendizaje positivo de la masticación.
Aprendizajes para la vida
“Lo que trabajamos desde niños, no lo van a olvidar”. Ese aprendizaje constante, ver los procesos como algo natural y fomentar su autonomía y capacidad de elegir son los aspectos claves en la alimentación de niños y niñas con Síndrome de Down. Aprender “con nosotros, no por nosotros”.
Según Fernández todo hay que hacerlo como un juego. Si ya camina y tiene la motora gruesa desarrollada, podemos introducirlos en la cocina y preparar alimentos como si fuera un juego.
Si les vamos a dar una fruta, explicarles sus características y cómo la vamos a preparar. Aprovechar el momento para brindarles datos sencillos de por qué hay que tener una alimentación saludable.
“Algo que yo aplico en mi casa es que las ensaladas y las sopas nos ponen fuertes. Hasta la fecha mi hija con 14 años todavía tiene eso implementado en su mente”, cuenta Fernández.
Algunas otras recomendaciones son:
- Pensar en meriendas saludables: Las meriendas instauran hábitos alimenticios desde las primeras etapas de la niñez y hacia el futuro.Introducir frutas frescas, tortillas y vegetales. Es importante trabajarlo desde la casa para que cuando sean adultos tengan un conocimiento de lo que es una alimentación saludable.
- Utilizar recetas en forma de pictogramas: Los pictogramas son excelentes formas de aprendizaje para las personas con síndrome de Down en tareas complejas. Involucrar a esta población desde niños a preparar recetas saludables favorece su relación con la comida.
“Desde pequeños educar en conceptos básicos de alimentación balanceada, para que cuando ya estén solos, tengan la conciencia de lo que pueden y no pueden comer”- Magaly Fernández, nutricionista.
La crianza de niñas o niños con síndrome de Down resulta desafiante en múltiples aspectos, por eso la profesional recomienda buscar redes de apoyo que nos enseñen a formar adultos saludables y autosuficientes cada día.
Puede escuchar más consejos sobre alimentación y consejos de crianza para la población con síndrome de Down en el programa completo de Consúltenos sobre Nutrición.