Más de 400 composiciones musicales forman parte del repertorio musical de Chabuca Granda. Una artista que permanece vigente a través de sus canciones.
Chabuca Granda tenía una gran sensibilidad artística. Su música traspasó las fronteras de su país y su gusto por rescatar lo tradicional la llevo a componer más de un centenar de canciones.
Esta cantante y compositora peruana nació en el año 1920. Granda inició su relación con la música desde que tenía 12 años, pero fue hasta que formó el dúo “Luz y Sombra”, junto a Pilar Mujica, que se dio a conocer en emisoras de radio.
Sus presentaciones como solista iniciaron en el año 1957. Su fuente de inspiración siempre fue la vida, la crítica social y su país. Chabuca Granda trabajó varios ritmos, entre ellos el vals criollo.
Su primera composición fue “Fina Estampa”, un tema musical que esta artista le dedicó a su padre, el ingeniero de minas, Eduardo Antonio Granda, y que relata la elegancia de la vestimenta de la burguesía de finales del siglo 19.
“Fina estampa, caballero
Caballero de fina estampa
Un lucero
Que sonriera bajo un sombrero
No sonriera
Más hermoso, ni más luciera
Caballero
Y en tu andar, andar reluce
La acera al andar, andar”
Luego de Fina Estampa, le dio vida a otros temas musicales que describían tradiciones del país, de la sociedad, retrataba la ciudad a través de la música. Así aparecieron composiciones como “La Flor de la Canela”, en honor a una lavandera afroperuana y que se ha convertido en uno de los valses más representativos en Perú.
“La Flor de la Canela” lanzó a Granda a la fama. Esta canción ha sido traducida a varios idiomas y cantantes como Pedro Vargas, María Dolores Pradera, Lola Flores y Caetano Veloso la han interpretado. Granda la incluyó en su álbum del año 1963, “Dialogando”.
Buscando su esencia
A medida que Chabuca Granda seguía avanzando en su carrera, fue formando su estilo propio, por el que le reconocemos.
En los sesenta, Granda se inspiró en los cambios sociales y las luchas juveniles. Esta cantautora compuso un ciclo de canciones dedicadas a jóvenes revolucionarios. Entre estos temas está “Si fuera cierto” en donde recuerda a la cantante chilena, Violeta Parra; y “El fusil del poeta es una rosa”, en memoria del poeta revolucionario, Javier Heraud.
“Simplemente sucede y como dijo
Ese día el fusil era una rosa
Rastrillada en el aire, peligrosa
Ese día era el sol más sol al río
Más río al río y más la guerra era
Y más la muerte desde la rivera”
Con cada tema musical iba construyendo su estilo y acercándose a lo que quería expresar a su público. Así pasó del vals peruano al jazz, a la bossa nova y redescubriendo ritmos como la marinera y la zamacueca, de la mano de su guitarra, una compañera inseparable.
Chabuca Granda recorrió el mundo con su música y sus obras fueron nombradas Patrimonio Cultural del Perú. Además, desde el año 2015 es parte del Salón de la Fama de Compositores Latinos.
Una plaza en Madrid y otra en Chile, un paseo en Buenos Aires y una alameda en Lima fueron bautizados con su nombre.
Chabuca Granda falleció en 1983 pero dejó más de 400 composiciones que han seguido interpretándose en muchos lugares, cuyos temas mantienen su vigencia como el primer día.
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