Guanacaste: una región de contraste que sostiene economía y cultura en Costa Rica

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Ariana Rauda Campos
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200 años después de su incorporación, ¿qué ha pasado con la Anexión del Partido de Nicoya?

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Hace 200 años se celebró la Asamblea que decidió la anexión de una de las regiones que más impacto cultural, económico y político ha generado en nuestro país: la provincia de Guanacaste.

El 25 de julio de 1824 el Partido de Nicoya decidió unirse a Costa Rica, hoy conocido como Guanacaste, una zona que ha sido la cara turística y generadora de energía sostenible dentro del país, y a la vez una provincia que enfrenta grandes índices de pobreza y exclusión social.

“Guanacaste a partir de la década de 1930 se va a convertir en la cuna del folclor costarricense. Costa Rica no tenía folclor, entonces el folclor se lo va a dar Guanacaste”, así comentó a Radios UCR el Doctor en Historia, Victor Hugo Acuña.

No obstante, pese a ser una de las provincias que sientan la base de la música, la danza y la comida típica, Guanacaste es una zona marginada y que representa altos índices de pobreza dentro del país. De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, 1 de cada 4 personas en la provincia viven en estado de pobreza total y alrededor de 1 de cada 10 personas están en pobreza extrema.

“Una región más o menos marginal y periférica es la fuente del folclor nacional. Fue también un mecanismo para integrar la provincia de Guanacaste a la República de Costa Rica”, declaró Acuña.

El historiador explica que la integración cultural del Partido fue también un intento de integración social. Al igual que lo fue la declaración de la efeméride por la anexión al país, evento que no se celebró hasta 100 años después de la incorporación.

La región a lo largo del tiempo se ha convertido también en la sede energética y turística del país. La provincia genera energía geotérmica a las faldas de los volcanes Miravalles, Tenorio y Rincón de la Vieja; energía solar con al menos cinco proyectos adjudicados por el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE); energía eólica con las seis plantas que posee Tilarán; e hidroeléctrica con las plantas Arenal, Dengo y Sandillal (ArDeSa).

“Guanacaste es el polo energético de Costa Rica”, explicó el historiador.

Como zona turística de impacto global, para Acuña, Guanacaste se divide en tres caras:

  1. El de la costa: la zona emblematicamente expresada. Esta representa la transnacionalización, el turismo global y el capitalismo centrado en la economía turística. El que se vende a las personas extranjeras.
  2. El de la Carretera Interamericana: representa al desarrollismo costarricense de la época entre 1950-1960. Es un símbolo emblemático de Daniel Oduber. Está conformado por el aeropuerto con el nombre del ex-presidente. El que facilita el turismo.
  3. El antiguo Guanacaste ganadero: formado por las grandes haciendas azucareras y grandes proyectos agroindustriales donde se posiciona el capital nacional. El que está oculto pero representa el espíritu ganadero y agrícola de la zona.

La efeméride

Además de los conflictos asociados a la pobreza, la región enfrenta una problemática territorial. Para el historiador la celebración del 25 de julio es un uso político del pasado.

Acuña también explica, a modo de reflexión, otra cara de la moneda que se ha usado muchas veces mediante esta efeméride, según el historiador, ya que “Costa Rica hace un uso del pasado para recordarle a Nicaragua(…)que lo que ellos consideran Guanacaste, que no se llama solo el Partido de Nicoya, es Costa Rica y es de Costa Rica». También ese sentimiento de superioridad que muchas veces tiene la población y que sale a relucir en temas como la libertad y el vivir en paz, expresiones «horrorosas» para mirar también esta efeméride, pero que son parte de ese impacto político y social que también han estado presentes en estos 200 años de anexión.

 

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