En algunas comunidades de Guanacaste no se obtiene agua de calidad al abrir el tubo o el líquido que sale no es apto para el consumo humano. Un proyecto universitario empodera y educa a las comunidades para que se movilicen y accedan a este recurso.
El agua es muy importante. Está presente en nuestros tejidos corporales, es crucial para la vida. Este líquido permite el correcto funcionamiento de los procesos biológicos de los ecosistemas y garantiza la supervivencia de todas las especies animales y vegetales que habitan la Tierra. La usamos para hidratarnos, preparar alimentos y una gran variedad de actividades diarias. Muchas personas obtienen gran parte de sus beneficios al abrir el grifo, sin embargo, no siempre es así.
Aunque en Costa Rica el agua potable es un derecho humano, en muchas comunidades aún no se tiene garantizado un acceso a este líquido vital o, si la reciben, viene contaminada.
Según datos del 2020, en Costa Rica más del 90% de la población tiene acceso a agua potable. El sociólogo y docente universitario, José Luis Fournier explica que aunque son de los datos más altos de la región, en el país hay vacíos en torno al control de la calidad del agua que se recibe y es por eso que este líquido vital se ha vuelto un elemento movilizador en las comunidades.
Fournier expresa que en Costa Rica el marco jurídico sobre el agua es anticuado y que en la actual Ley de Aguas “hay una falta de rectoría clara y adecuada de la planificación del servicio del agua o recurso hídrico para el país”.
Ante esta problemática es que se desarrolla en la sede de Guanacaste de la UCR el proyecto “Lo que cuenta el agua en la Región Chorotega”. La iniciativa fortalece la participación comunitaria y los procesos educativos. De esta manera han logrado que las personas se involucren en las luchas por el agua.
Además de esto Fournier dice que han visitado las comunidades con el fin de producir materiales que den a conocer cada situación específica en cada comunidad. “Se hizo un proceso de selección de casos en la región. Se eligieron 5 casos. Se hizo una grabación con estudiantes de diferentes carreras y con el apoyo de producción de acción social”, indica.
¿QUÉ NOS CUENTA EL AGUA?
Acceder a agua con buena cantidad y calidad es un factor que también garantiza la salud integral de las personas que viven en las comunidades.
En Guanacaste, la problemática del agua es generalizada debido a factores ambientales, de gestión y de gobernanza. Y aunque, según Fournier, el clima es un factor esencial, muchas veces solo a este se le culpa. Eso invisibiliza problemas como la mala gestión y la mala gobernanza.
Fournier enfatiza que si se fortalecieran estos últimos dos factores, la historia en cada una de las comunidades en las que trabajan sería diferente ya que la evidencia demuestra que “los lugares en donde hay un mejor manejo de los recursos naturales es porque hay un mejor manejo de la gobernanza”.
En cada una de las comunidades que abarca el proyecto hay diferentes particularidades así como sus propios retos. Hay críticas en la región dirigidas a que la distribución de este líquido vital no es equitativa y en algunas ocasiones, se priman otros usos al consumo humano.
Además, no existen mecanismos de financiamiento para que los acueductos comunitarios, especialmente los más pequeños, puedan enfrentar las compras de insumos, equipos y tecnologías, así como tampoco cuentan con acompañamiento técnico en cuanto a cuáles son las tecnologías adecuadas para distribuir agua.
Sin embargo a partir del proyecto se ha logrado la movilización social. Un ejemplo de esto fue el caso de la comunidad de “Hotel de Cañas” en el que según Fournier las que más se movieron fueron las mujeres. “Un dato relevante ahí es el caso del tema de género, el agua está vinculada al tema de salud, cocina, y normalmente ¿quien es la persona encargada?, las mujeres. Las mujeres son más conscientes con el tema del agua y son las que muchas veces están en la mayor lucha”.
Conozca más sobre el tema en esta entrevista del programa Consúltenos sobre Nutrición.
