Los secretos de las Zonas Azules

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Josué Lobo Sandí
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Imagínese superar los 90 años de edad y andar en bicicleta, poder seguir realizando su rutina diaria, mantener una buena memoria o incluso no necesitar medicación para hacer frente a su día a día. Así es como viven las personas adultas mayores en la Zonas Azules del planeta. 

En 2004 la revista “Experimental Gerontology” publicó el primer artículo que señala todas las zonas geográficas con la población de edades más avanzadas. El mapa resaltaba en azul 5 zonas geográficas únicas en todo el mundo.  El investigador Michel Poulain señaló en este mapa a los países de Japón, Italia, Estados Unidos, Grecia y Costa Rica como los lugares con un registro fidedigno de la población más longeva del mundo. ¿Qué aspectos de la cotidianeidad colaboran para que estas personas vivan más años?

zonas azules en el planeta

La vida en la zona azul de la Península de Nicoya está asociada con la actividad física, la dieta saludable y un estilo de vida resiliente. La investigadora de la Escuela de Educación Física y deportes de la UCR, Ligia Salazar, analizó los resultados de múltiples estudios con las personas adultas mayores de todas las zonas azules del mundo.

De acuerdo con los estudios, estas poblaciones tuvieron estilos de vida muy activos desde pequeños, esto porque realizaron desde edades tempranas labores propias del campesinado. Caminar o montar en bicicleta para transportarse, atender los cultivos y labores físicas son algunas de las actividades que han cambiado drásticamente con el pasar de los años y que podrían contribuir a que las personas se mantengan más saludables por más años.

Asimismo, Salazar explica que la dieta de las personas adultas mayores de la zona azul de Nicoya está principalmente basada en alimentos poco procesados como plantas y legumbres, además de comer carne en periodos breves y de forma esporádica para que no se echara a perder por la falta de refrigeración.

Muchas sopas, alimentos con poca grasa y poca azúcar añadidos son algunos de los cambios más contrastantes con la actualidad. Con cada tiempo de alimentación, este grupo poblacional buscaba no quedar completamente saciado.

“Había poca azúcar, o sea, el azúcar era la tapa de dulce, era cara y generalmente había un momento en que se hacía y eso tenía que durar todo el año. Y también pues era procesada de una manera muy artesanal”. – Ligia Salazar, Investigadora y educadora del movimiento humano de la UCR.

APOYO SOCIAL Y UN CORRECTO DESCANSO

Las personas adultas mayores de estas zonas presentan un fuerte sentido de religiosidad y apoyo de amigos y familiares. Socializar en la comunidad, a nivel familiar o dentro del centro religioso, son algunos de los preferidos para mantener el contacto.

La investigadora explica que el descansar y dormir juega también a favor del envejecimiento saludable, siendo importante dormir entre 8 a 10 horas de manera diaria. La rutina diaria juega un rol importante, comer siempre a las mismas horas todos los días también es una característica común.

Salazar comenta que fumar no es uno de los hábitos practicados observados en los estudios en las zonas azules.

El investigador de campo de la zona azul de Nicoya, Jorge Vindas López comenta que este estilo de vida que incluye el movimiento, alimentación poco procesada y un gran apoyo social influye en la disminución de enfermedades crónicas.  Según Vindas, 12 de las de las 59 personas adultas mayores estudiadas, no necesitan tomar medicamentos para atender su estado de salud.  

“Me preocupan las nuevas generaciones. Cuando a veces ves jóvenes de menos de 30 años con muchos problemas crónicos, esa parte sí me preocupa bastante”. – Jorge Vindas López, investigador de campo de la zona azul en Nicoya.

Puede conocer más sobre los hallazgos de los estudios en las zonas azules en el programa completo de Vamos a Movernos.

 

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