Guanacaste requiere un modelo de desarrollo que sí genere riqueza para las comunidades y solucionar la problemática con la gestión del agua.
Impulsar otras formas de desarrollo que no se encuentren tan relacionadas al turismo y al desarrollo inmobiliario surge como uno de los principales retos en Guanacaste, de cara al próximo cambio de gobiernos locales en los cantones de esa provincia.
En entrevista con Interferencia de Radios UCR, como parte del especial A las Urnas por su Cantón, Esteban Barboza Zúñiga, director del Observatorio de Turismo, Migraciones y Desarrollo Sostenible de la Universidad Nacional (UNA), cuestionó el modelo de desarrollo que se le ha impuesto a Guanacaste.
Según Barboza, Costa Rica es un país “centralista”, en el cual la riqueza y oferta de servicios se concentra en el Valle Central “y desde el Estado costarricense se le da una receta a cada región para que se la juegue”.
“En Guanacaste esa receta ha sido el turismo. Yo creo que es responsabilidad de los gobiernos locales y también del Estado costarricense de descentralizar más, proveer otro tipo de oportunidades y posibilidades a las poblaciones fuera del Valle Central. Uno eso lo ve aquí en Guanacaste a nivel institucional, público, a nivel privado en cuanto a que hay una receta que hay que seguir: en el caso de Guanacaste el desarrollo turístico de sol y playa y listo”, puntualizó Barboza.
El experto consideró necesario generar no solo una nueva forma de desarrollo para los cantones guanacastecos, sino también un turismo alternativo. Según explicó, en Costa Rica el 85% de los turistas son extranjeros, lo cual no es común internacionalmente. En su criterio, se debe apostar por un turismo de proximidad, que involucre a los pobladores de la zona y a los habitantes del país.
Barboza también cuestionó que se apueste por la inversión inmobiliaria como forma de desarrollo, pues lo describió como una visión simplista y neoliberal, que ignora los problemas que acarrea ese modelo. Además, señaló que esa “receta” no ha solucionado los problemas de Guanacaste, ya que las personas relacionadas a la prestación de servicios y alojamiento son quienes más están en pobreza o pobreza extrema, según afirmó.
Desposesión, desplazamiento de las poblaciones y disputas por acceso al agua o playas son solo algunos de los problemas que genera este llamado “boom inmobiliario”, de acuerdo con el investigador.
“Hay una gran disputa entre diferentes partes interesadas, porque tenemos que entender que este tipo de desarrollo, la creación de este tipo de espacios, también implica disputas de poder: de poder habitar, poder tener acceso a la tierra y al agua. Estas disputas se resuelven en favor de quienes tienen mejores mecanismos de representatividad, de quienes tienen mejor acceso a este tipo de esferas en las que se resuelven estas situaciones y a pesar de la retórica simplista decir que esto es desarrollo así porque así, sí hay muchas cosas detrás”, explicó Barboza.
El investigador detalló que en los últimos tres o cuatro años, este tipo de desarrollo se ha visto en lugares como Nosara, Tamarindo, Cabo Velas, Sámara y Carrillo.
“Ha habido una valoración (de las tierras) de hasta cuatro o cinco veces o un 300, 400 o hasta 500 por ciento de las propiedades; eso significa que queda muy claro quiénes son los que tienen acceso a ese tipo de desarrollo y también quienes quedan fuera”, agregó el director del Observatorio de Turismo, Migraciones y Desarrollo Sostenible de la UNA.
Por su parte, el investigador del Observatorio de Política Nacional (OPNA) de la Universidad de Costa Rica (UCR), Alejandro Molina Ramírez, también consideró que como parte de los retos para las próximas autoridades de los gobiernos locales se encuentra lograr empatar el crecimiento económico con el desarrollo social. Según explicó, el modelo actual de acumulación ha sido incapaz de lograr ese objetivo.
Molina señaló además que los partidos deben volver a ser el vehículo que canaliza los intereses plurales de las personas, ya que desde su perspectiva, estos se han convertido en una maquinaria electoral que no democratiza.
Agua: el problema que persiste en Guanacaste
En el mismo programa, el ambientalista Gadi Amit señaló la necesidad de solucionar la problemática de las aguas residuales en Guanacaste. Según dijo, si bien es un tema que no solo atañe a los gobiernos locales, las municipalidades deben velar por la disponibilidad de agua potable cuando otorgan permisos para construcciones.
“En toda Costa Rica, el agua que usan las comunidades es el 10%, un poquito más, el 5% lo usa el turismo. En Guanacaste el 80% del agua se va en riego de caña de azúcar y arroz, ahí está el problema y eso es un problema político de gobernanza, de manejo del agua y de modelo de desarrollo”, cuestionó Amit.
El ambientalista señaló que el artículo 137 de la Ley de Aguas dice que en caso de que le falte agua a las comunidades, “el MINAE bajará el consumo de cualquier concesión que haya para otros usos, sin pago de costas, daños y perjuicios de ningún tipo”.
“Entonces, sencillamente nosotros le escribimos a la Dirección de Agua y le dijimos ‘mire dele agua a las comunidades’, nos dijeron que eso lo tiene que pedir AyA. Le escribimos al AyA y no responden, no les interesa solucionar el problema, pero la ley es clara: las soluciones están, las comunidades no deben pasar ningún tipo de racionamiento”, concluyó.
Repase la entrevista completa en el siguiente video: