Tengo sueños eléctricos: la vida desde una mirada adolescente

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Lander Arias Obregón
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Con tres semanas de encontrarse en las salas de cine nacionales, este largometraje ha impregnado de esa electricidad por el viaje que nos lleva a través de la historia.

El nuevo hito del cine costarricense “Tengo sueños eléctricos”, el primer cortometraje de Valentina Maurel,  ha llegado a las salas del país este 23 de marzo del 2023. La película narra la historia de una chica viviendo intensamente la adolescencia entre la desintegración de su entorno, el amor, la sexualidad, la violencia, la rabia y la poesía. Esta propuesta audiovisual realiza una exploración sensorial de la adolescencia y las relaciones familiares, enfocada principalmente en el padre. En dicha relación la joven intenta descubrir ese mundo de adultos, profundizar en su relación con el deseo y los hombres; realizando esta transición de niña a mujer.

Tengo sueños eléctricos” aborda estas temáticas desde el mundo de la acción; enfocándose en la violencia desde una perspectiva realista, no moralista, es decir, busca exponer la violencia de forma compleja desde sus diferentes capas, desde la intimidad, evitando ser diseñada como únicamente unidireccional y más bien semejando como son las relaciones humanas.

“Lo único que propongo es autorizarse a mirar la humanidad desnuda, de estos personajes y de nosotros mismo con respecto a esto”, justifica Maurel refiriéndose a lo que busca con su abordaje.

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Cartel de la película

Este proyecto surge como una continuación de temáticas previamente exploradas por la cineasta, influenciada por muchos medios, pero principalmente la poesía. En este sentido, Maurel menciona: “Yo leí mucha poesía escribiendo teatro y otras casas, pensando en que tenía que alimentarme de otras cosas y me alimenté de este texto…”

Dentro de la propuesta narrativa, la cineasta utiliza la poesía -específicamente en un poema predecesor al guión- como un leitmotiv que simboliza el entendimiento y la forma de comunicarse de los personajes. Además, Valentina cita como inspiración la ciudad de San José, desde una perspectiva más banal en el mundo de los personajes, por lo que influye en su decisión de impulsar a que esta película se pudiera registrar como una producción cinematográfica tica.

Esta galardonada película surge en un momento, generación o corriente de la producción cinematográfica costarricense liderada por mujeres que exponen la voz femenina de estas temáticas como la violencia, el deseo, la sexualidad y la agencia de la mujer; explorando desde una narrativa sensorial, atmosférica y metafórica.

Se podría asumir que esta generación de artistas mujeres surgen de forma espontánea, ya que comparten vivencias similares que están trayendo luz al cine costarricense.

“Tengo sueños eléctricos” se ha vuelto uno de los ejemplares de este tipo de cine, siendo galardonado internacionalmente en múltiples festivales . Además, siendo la película ganadora de mejor dirección y producción en los Premios Nacional de Artes Audiovisuales Amando Céspedes Marín. Durante dicha premiación, la directora Valentina Maurel rescató el rol del apoyo estatal mediante el Fondo del Fauno y la importancia de salvaguardar mediante la aprobación de la Ley de Cine en Costa Rica para seguir fomentando estas producciones y permitiendo que estas historias de gran importancia lleguen a nuestras salas.

 

Conozca más sobre el tema en este programa de Desayunos de Radio Universidad.

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