Tras la pista del manatí antillano para su conservación

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Guiselle Mora Noguera
- gmoranoguera@gmail.com

La Fundación Costa Rica Wild Life en coordinación con la comunidad de Barra del Colorado y otras instituciones, trabajan por la conservación del manatí. Esto ha permitido tener más datos sobre su comportamiento y trabajar en crear conciencia entre quienes visitan su hábitat. 

Los manatíes no se observan a simple vista. Son pocas las personas que han tenido el privilegio de ver uno de estos mamíferos. No se sabe a ciencia cierta cuántos hay en Costa Rica pero lo que sí se conoce es la necesidad de conservar la especie, ya que están en peligro de extinción a nivel mundial a pesar de que su único depredador somos los seres humanos.

Por esa inquietud es que nació el programa de conservación Seacow, liderado por la Fundación Costa Rica Wild Life en colaboración con la comunidad de Barra del Colorado, el Sistema Nacional de Áreas de Conservación, el Área de Conservación Tortuguero, el Parque Nacional Tortuguero, y el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales, entre otras instituciones. Su objetivo es investigar los manatíes, empoderar a las comunidades en las que vive la especie y trabajar por su conservación. 

El 30 de julio del 2014, el manatí (Trichechus manatus) fue declarado en la Asamblea Legislativa como “símbolo nacional de la fauna de Costa Rica”. La propuesta fue hecha por dos estudiantes de la Escuela Barrio Limoncito de Limón.

El programa inició hace aproximadamente 3 años. Según la bióloga de la Fundación Costa Rica Wild Life, Sofía Pastor Parajeles, al principio no se conocía mucho sobre la especie. “No había mucha investigación, no se conocía el tamaño poblacional, sitios de mayor uso. Nosotros agarramos la base y la adaptamos al contexto actual. Los conocimientos de la comunidad nos permitieron dar los primeros pasos para priorizar y saber a dónde iniciar”. 

En la primera fase del proyecto colocaron hidrófonos marinos (micrófonos en el agua) para obtener audios que les permitiera identificar si en los espacios en los que estaban habían poblaciones de manatíes y cuántos aproximadamente.  “De esta forma al menos tenemos cierta certeza de cuántos hay, dónde están, cada cuánto están y los espacios que prioritariamente utilizan y así logramos empezar a hacer labores de conservación“, explica Pastor

Colisiones con botes de motor, posible causa de muerte

Las personas pobladoras de la zona de Barra del Colorado y los canales de Tortuguero tienen conciencia de que los manatíes viven en estas zonas pero no exactamente en qué lugares.

Con estas investigaciones lograron determinar los sitios en donde podría haber tránsito de manatíes y colocaron una serie de rótulos que le permite a las personas saber en dónde deben tener precaución con sus botes para evitar golpearlos.

manatí rótulo
Fotografía: Fundación Costa Rica Wild Life.

“En general está reportado que una de las principales causas de muerte del manatí es la colisión con botes de motor. Tenemos la información que respalda que esos sitios son, por ahí pasa la especie. Eso hace que la gente sepa que ahí están y que sean más conscientes”, comenta Pastor.

Además de las colisiones con los botes de motor, otras de las razones por las que los manatíes están en peligro de extinción son la erosión del suelo a causa de la tala de los bosques a las orillas de los ríos que afecta su hábitat, y la muerte de manatíes juveniles en redes de trasmallo.

La investigación que se ha ido realizando permite tener más herramientas para ir atendiendo aquellos aspectos que son importantes de trabajar para proteger la especie. Según Pastor, “la falta de información dificulta el proceso de conservación”, de ahí la importancia de seguir estudiando sus rutinas y comportamiento.

Las sirenas tímidas del Caribe Costarricense

Los manatíes pertenecen al orden Sirenia, por eso se le consideran las verdaderas sirenas de los océanos. Se dividen en tres especies que se distribuyen en América y África. Los que viven en el Caribe Costarricense pertenecen a la especie Trichechus manatus o manatí antillano.

Además de pertenecer al grupo de los únicos mamíferos marinos herbívoros, son de tamaño grande: pueden llegar a medir los 4 metros y pesar entre 200 y 600 kilogramos. Su reproducción es lenta y son excelentes madres y muy comunicativos.

Los manatíes cumplen un rol muy importante en el ecosistema: la dinamización de los sistemas de plantas que existen, pastos marinos. Hacen los ecosistemas más dinámicos y productivos y hacen que las costas estén más sanas y balanceadas” –  Sofía Pastor Parajeles, bióloga de la Fundación Costa Rica Wild Life.

Los manatíes son animales que han sido muy poco estudiados a nivel general, ya que son difíciles de detectar a simple vista. Además, los estudios acuáticos costeros son muy caros.

Pastor dice que son tímidos y eso también limita la investigación. “Son muy difíciles de ver, son rápidos en el agua. Su tonalidad de piel es gris marrón oscuro y eso hace que sea muy difícil su visualización”. 

En la actualidad gracias al desarrollo de los estudios de vocalización, a través de sus cantos, se ha logrado contar con más datos sobre su vida y esto es un gran aporte para la conservación de la especie.

Hay muchísimo por hacer desde el tema de la visibilización de la especie. Conocerlo hace que tengamos mejores acciones y más empatía a la hora de conservar”, enfatiza Pastor.

Conozca más sobre el tema en la entrevista que se realizó para el programa Comunidad 870.

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