Guarumo: Restauración de ecosistemas desde el feminismo y la participación comunitaria

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María Laura Molina Cordero
- maria.molinacordero@ucr.ac.cr

El colectivo Guarumo Restauración Ecológica busca rescatar los ecosistemas que han sido dañados y destruidos, con el fin de recuperar su papel biológico en el medio ambiente. Todo esto desde una perspectiva feminista y procurando el involucramiento de las comunidades.


Con la intención de trasladar lo que habían aprendido en las aulas hacia las comunidades, en el 2019, cuando Fiorella R. Durán y Alejandra Pérez estaban en la Universidad Nacional (UNA), crearon un proyecto que busca recuperar los ecosistemas degradados y dañados, así como capacitar a otras personas para que se involucren en estos procesos.

Así nació Guarumo Restauración Ecológica, un colectivo de restauración de ecosistemas con enfoque feminista, ecologista y participativo.

Guarumo está conformado en su mayoría por mujeres profesionales en Biología, Turismo, Historia, Ciencias Naturales e Ingeniería Química y Forestal que, a través de enfoques feministas y ecologistas, abren las puertas de la ciencia a las comunidades para que estas se apropien y lideren los procesos de restauración realizados en las zonas en las que viven.

La restauración de los ecosistemas implica revertir la degradación de los mismos, ya sean bosques, ríos, océanos, lagos, entre otros. El fin es recuperar estos hábitats que han sido dañados o destruidos y así, rescatar su productividad y capacidad de satisfacer las necesidades de la sociedad, según lo establece el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente.

De hecho, en el 2019 se declaró el Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de los Ecosistemas con el fin de  incrementar a escala mundial la restauración de estos sistemas degradados y destruidos para enfrentar el cambio climático y sus consecuencias.

Para Guarumo la restauración tiene que ser participativa e integrar en sus procesos a todas las personas que se relacionen con esos ecosistemas. Por eso, el colectivo realiza espacios de divulgación, capacitaciones y talleres a colegios, universidades y comunidades alrededor de todo el país.

El colectivo lo forman nueve personas: Alejandra Pérez Enríquez, Fiorella R. Durán, Brincy Madrigal Uecker, Sharon Hernández Salazar, Raquel Alfaro Martínez, Monserrat Porras Cascante, Nicole Espinoza Espinoza, Margarita Quesada Webb  y Jeffrey Hernández Sánchez.

El nombre Guarumo hace referencia al árbol nativo que, según explica Durán, es de las primeras especies que llegan a sitios perturbados y dañados, dando el primer paso para la regeneración  y restauración de los bosques. Además, esta especie es sumamente atractiva para otros organismos como hormigas, aves, perezosos y gavilanes.

Si bien, en el pasado el colectivo ha recibido financiamiento de la UNA y de una Cooperativa, las integrantes indican que se mantiene gracias a un proceso de autogestión.

De la academia a las comunidades

La cofundadora de Guarumo, Fiorella R. Durán, relató que cuando estudiaba Biología en la UNA estuvo involucrada en procesos del movimiento estudiantil y protección del medio ambiente, sin embargo, en un momento se sintió “atada de manos” porque tenía una sensación de que lo que hacía “no tenía mucho sentido ni contexto”.

“Nos movió mucho todos los problemas que hubo con la expansión piñera y en su momento llegamos a comunidades donde todo el mundo sabía que lo que pasaba estaba mal, pero nadie podía hacer nada porque el problema era más económico  y estructural. Entonces, surge Guarumo como un proyecto de extensión estudiantil que sentó sus bases en enfrentar la expansión piñera”, agregó Durán.

De esta forma, Guarumo empezó a transformarse y enfocarse cada vez más en la restauración de ecosistemas con una visión social, ambiental e histórica. Así, empezaron a acercarse a las comunidades con reflexiones sobre temas relacionados con el medio ambiente y restauración. Primero lo hicieron con estudiantes de colegio y con el tiempo, distintas organizaciones y colectivos ambientales las buscaban para solicitar formación en el tema.

Uno de los proyectos estrellas de Guarumo es el Vivero de la Cultura en Sarapiquí de Heredia, donde se plantan diferentes especies de árboles nativos de la zona que han funcionado para los procesos de restauración que el colectivo ha impulsado.

Además, en este espacio Guarumo da capacitación sobre restauración ecológica y temas relacionados a personas que tienen proyectos en la zona.

Pero el colectivo no se ha quedado solo en Sarapiquí, sino que ha llevado sus capacitaciones a otras zonas del país como comunidades indígenas, entre ellas comunidades, recuperadores de tierra de China Kichá, así como a universidades, colegios y distintas organizaciones.

Guarumo  trabaja también de la mano con otras organizaciones, por ejemplo, con el Refugio Lapa Verde, donde Nicole Espinoza, integrante del colectivo, lidera un proyecto con mujeres de la Asociación de Mujeres Proactivas de Sarapiquí, el cual consiste en la restauración ecológica participativa de lo que antes era una plantación forestal, donde las mujeres involucradas trabajan en la producción de huevos.

La divulgación es otro de los grandes enfoques de Guarumo. En sus redes sociales comparten información sobre restauración ecológica y tiene un espacio llamado Guarumeando, en un canal de Youtube donde publican distintos contenidos sobre restauración ecológica.

El colectivo forma parte también de otras iniciativas ambientales como la Red de Juventudes y Cambio Climático de Costa Rica, la Red de Restauradores de la Zona Norte y fueron coordinadoras del  Primer Encuentro Interinstitucional de Restauración Ecológica.

Enfoque ecologista y feminista

Durán explicó que cuando se realizan procesos de protección del medio ambiente, las desigualdades de género también están presentes. Además, agregó que parte de implementar el proyecto de forma integral, es entender las vivencias de las comunidades y las exclusiones que viven.

“El enfoque feminista es necesario hacerlo notar en el medio ambiente y en las intervenciones que hagamos en él porque si no van a ser menos duraderas y menos eficientes. Es como atender un problema sin tomar en cuenta un contexto súper importante que es la desigualdad de género y todos esos problemas que genera el patriarcado”, señala la cofundadora.

Además, las integrantes destacaron que, históricamente, las labores que han tenido las mujeres se trasladan también al cuidado del medio ambiente y “en los procesos comunales muchas veces son ellas quienes sostienen la logística, pero quienes están ahí hablando y liderando generalmente son hombres”, agregó la cofundadora, Alejandra Pérez.

Por esta razón, Pérez consideró que la representatividad de las mujeres en estos espacios debe potenciarse porque “siempre hemos hecho un montón de cosas, pero nunca han estado muy visibilizadas”.

Además, manifestó que desde el colectivo se busca visibilizar ese trabajo y fortalecerlo. “Desde Guarumo hemos querido pensar que podemos transmitirles a otras mujeres de comunidades rurales que ellas pueden tener el acceso a educación y a las ciencias, si así lo quieren, que no es que todo el mundo tiene que hacerlo, pero que si lo desean, es una opción”, agregó.

Por su parte, Nicole Espinoza destacó al ecologismo como otro de los principios de Guarumo. De igual forma, la historiadora e integrante de Guarumo, Raquel Alfaro, indicó que al trabajar en comunidades  buscan “quitarse esa visión vallecentralista” y que sean las comunidades quienes lideren los procesos.

 

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