En resumen: Aunque se desconoce específicamente su dimensión exacta, el turismo sí tiene un impacto en el contagio de la COVID-19 en Costa Rica.
El pasado 3 de noviembre, el presidente de la Cámara Nacional de Turismo (Canatur), Rubén Acón, afirmó que el sector turístico no es fuente de contagio de esa enfermedad en el país. Eso es incorrecto.
Existe evidencia de que las actividades turísticas generan un aumento en la propagación de la COVID-19. Así lo señalaron a Doble Check especialistas en epidemiología y bioinformática.
Doble Check contactó a Canatur para conocer la fuente del cálculo que presentaron como evidencia para su afirmación. La cámara, atribuyó el dato al ahora exministro de Turismo, Gustavo Segura.
El departamento de prensa del Instituto Costarricense de Turismo (ICT) explicó que Segura obtuvo dichas cifras al consultar a laboratorios privados que hacen pruebas rápidas dentro de los dos principales aeropuertos del país (Juan Santamaría y Daniel Oduber). Sin embargo, el ICT reconoció que desconoce detalles básicos para comprender los datos, como el lapso en que se registraron o las características de las personas que se hicieron las pruebas.
¿Qué dijo Canatur?
El presidente de Canatur, Rubén Acón, aseguró que “nuestro sector (turismo) no es fuente de contagio. De cada 1000 turistas internacionales que nos visitan, únicamente seis han tenido alguna afectación, el 0,06%. Son datos oficiales del Instituto Costarricense de Turismo”.
Esta afirmación la realizó en una conferencia de prensa el pasado 3 de noviembre, donde Canatur solicitó al Poder Ejecutivo retrasar la implementación del comprobante de vacunación contra la COVID-19 con código QR en distintas actividades y establecimientos que son parte del sector turístico.
El turismo como fuente de contagio
El investigador del Centro de Investigación en Enfermedades Tropicales (CIET) de la UCR, José Arturo Molina, explicó a Doble Check que no se puede afirmar que el turismo tiene un efecto nulo sobre la tasa de contagios de la enfermedad. Sin embargo, tampoco se puede atribuir como la única fuente de propagación.
El especialista en bioinformática se basó en dos estudios de la revista Journal of Travel Research que hallaron una correlación positiva entre las actividades turísticas y la propagación de la COVID-19. Esas investigaciones pueden consultarse aquí y aquí.
En ese punto coincidió el docente del posgrado de Epidemiología de la Universidad Nacional (UNA), Juan José Romero. El epidemiólogo advirtió que no se puede decir que el turismo no es una fuente de contagio, ya que ha sido fuente de llegada del virus y de sus variantes a distintos países.
Romero explicó que el coronavirus viaja por las rutas comerciales, y que así se han propagado varias pandemias a lo largo de la historia.
“El coronavirus viaja en avión y así se ha distribuido por todo el mundo. Los turistas y la gente de negocios que viaja son la fuente de contagio natural para este virus. ¿Puedo decir yo que los turistas no contagian? No, no puedo. Yo nada más podría decir que no tenemos el número exacto de la gente que contagia o que no contagia”, afirmó Romero.
¿Sólo seis turistas de cada 1.000 se contagian?
El presidente de Canatur mencionó una tasa de afectación de COVID-19 de seis turistas por cada millar que visita Costa Rica, afirmando que es solo un 0,06%. Acón erró con esa cifra, pues el porcentaje para esos datos sería 0,6%.
Canatur atribuyó las cifras al Instituto Costarricense de Turismo (ICT). Por su parte, esa institución pública mencionó que el ahora exministro de Turismo, Gustavo Segura, obtuvo los datos de laboratorios privados que aplican las pruebas rápidas de antígenos a los turistas que así lo necesitan en los aeropuertos Juan Santamaría (Alajuela) y Daniel Oduber (Liberia).
“El Sr. Ministro ha consultado en distintas ocasiones a los dos principales laboratorios que realizan pruebas en los aeropuertos. Los datos que le han brindado arrojan una tasa de 0.6% de contagio en SJO y 0.35% en LIR, entre turistas que se hacen la prueba para poder regresar a sus países”, contestó el área de comunicación del ICT.
El ICT admitió desconocer aspectos esenciales para entender las cifras, como el lapso en que se registraron o la cantidad de personas consideradas. La institución solo precisó que hay sucursales del Laboratorio Echandi en ambos aeropuertos, así como un Laboratorio LABIN frente a la terminal de Liberia.
Doble Check contactó al Laboratorio Echandi por sus canales oficiales de comunicación, dado que es la entidad que está dentro de las terminales aéreas. Sin embargo, no se obtuvo respuesta.
Juan José Romero destacó que no se puede afirmar con total certeza que solo seis turistas de cada mil contrajeron el virus, debido a la proporción de casos contagiosos que son asintomáticos o sintomáticos muy leves, y que no llegan a ser diagnosticados.
Romero también advirtió la probabilidad de que las pruebas de antígenos arrojen un diagnóstico erróneo, lo cual puede depender de cuántos días lleva contagiada cada persona al hacerse la prueba rápida.
El epidemiólogo también señaló la posibilidad de que los turistas puedan ingresar al país estando infectados y que nadie lo sepa. Actualmente, a los turistas no se les solicita prueba de COVID-19 negativa para ingresar al país.
“Hay muchas razones para pensar que la afirmación de seis de cada 1.000 personas son los seis de cada 1.000 que se pescaron. ¿Pero significa que eran solo seis afectados de 1.000 [turistas]? En realidad, no. Hay muchas probabilidades de que, por muchas otras causas, sean más que eso”, dijo Romero.
“No exclusivamente se hacen pruebas en ese laboratorio dentro de los aeropuertos. Si yo fuera turista, probablemente no quisiera esperar a último momento, a dos horas del vuelo, para hacerme la prueba. Es probable que también existan muchos otros resultados de laboratorio en otro sitio”, agregó Molina.