Según la mitología griega, Circe fue la hija del dios sol Helios y la ninfa Perse, hija de Océano. La historia indica que Circe fue desterrada en la isla Eea por sus malas decisiones y poderosas prácticas de hechicería.
Despreciada por siglos, después se convirtió en una poderosa hechicera a la que acudieron importantes dioses y mortales, a quienes ella gracias a sus dones, ayudaba o reprendía.
Observar esa extensa isla verde que es San Lucas, mientras el sonido del motor de la lancha y el agua del Golfo de Nicoya imitan la llegada de los dioses a la Isla Eea, es imaginar esa representación de Circe en la actualidad, ese destierro que la propia isla significó durante años.
Abandonada, maltratada, quemada por partes, pero siempre volviendo a renacer desde el poder que guarda su naturaleza, su esencia y las 462 hectáreas de historias que todavía vibran.
Como esta metáfora de Circe, San Lucas tiene ese espejo ante el mito. El mayor problema que experimentó la isla fue el deterioro por el abandono y el insuficiente apoyo institucional para darle un adecuado mantenimiento.
La isla perdió algunas especies de su biodiversidad; además, algunas edificaciones que son Patrimonio Histórico-Arquitectónico y otros edificios que son emblema del antiguo penitenciario y por el cual la isla es conocida en otras partes de Costa Rica, se encontraban en condiciones precarias.
Sin embargo, al ser un lugar tan importante para la comunidad costera de Puntarenas, su condición no podía pasar desapercibida, y el gran valor que también representa para la historia costarricense hizo que miradas se volvieran hacia esa hija menospreciada, la que ahora pareciera recuperar lentamente su brillo.
Este giro en la historia va de la mano con la declaratoria de la isla como Parque Nacional, dándole esa atención que clamaba desde hace siglos. Una Circe de Puntarenas, ahora Circe de Costa Rica.
Sin embargo, y contra cualquier pronóstico, la solución a aquel prolongado abandono se dió gracias a la modalidad colaborativa interinstitucional. Atendiendo el llamado de emergencia que representaba el descuido en el que se encontraba y tratando de devolver el valor que ha merecido.
El impacto de la declaratoria
El 24 de agosto de 2020, San Lucas cambió su categoría de Área Silvestre Protegida y Refugio Nacional de Vida Silvestre a Parque Nacional Isla San Lucas, mediante el Decreto Legislativo N° 9892, siendo el trigésimo parque nacional en Costa Rica.
Con la nueva declaratoria, también en el mes agosto del 2020, se reactivaron las visitas turísticas en Isla San Lucas aún con la presencia de un nuevo enemigo: las restricciones por el virus del COVID-19. Pese a la llegada de la pandemia, se activaron protocolos sanitarios para continuar con la reapertura.
Para el administrador de la Isla San Lucas, Olger Núñez, con esta reactivación se buscó evidenciar que el nuevo Parque Nacional es un lugar con una mezcla de elementos muy ricos, con una historia cultural y con un proceso de restauración del bosque natural, bosque tropical seco. “Esto hace muy agradable la visita”, apuntó el administrador de la Isla.
Pero ¿cuáles fueron las intenciones de esa declaratoria?
Olger explica la partitura en la que se ha convertido San Lucas al ser Parque Nacional, como quien ha escuchado varias veces las notas y el clamor en cada rincón de este lugar.
Explica que la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) generó seis categorías de manejo de áreas protegidas, siendo la primera la de Reserva Natural Estricta (la más rigurosa), y la siguiente la categoría de Parque Nacional, la que actualmente tiene la isla.
Convertirse en Parque Nacional es, por lo tanto, adquirir una categoría más estricta de conservación que garantiza más modelos de gestión. Además, se aplica a ciertos ecosistemas que pueden estar amenazados o en peligro de extinción, o con algún tipo de vulnerabilidad, Olger afirma.
“Tenemos que llevar de la mano que el renombre de Parque Nacional a nivel global es muy bien visto”, adiciona Olger mientras iniciamos nuestra la caminata en la boca abierta que es la entrada principal, bajo un sol brillante y fuerte.
El administrador de la isla también señala que si se vincula con el Plan Nacional de Desarrollo y de Inversión Pública del Bicentenario 2019 – 2022 de Costa Rica, existe un apartado que busca el impulso socioeconómico de estos sitios porque han carecido de oportunidades laborales o han sido vulnerables a flagelos sociales.
De esto se puede verificar que específicamente sobre San Lucas se menciona en el plan “Realizar la contratación de la etapa de diseño y reconstrucción de obras del proyecto: Reconstrucción del muelle de la Isla San Lucas”.
La Isla San Lucas también ha sido por años uno de los puntos más atractivos de Puntarenas por la historia que representa. Mientras la lancha surca la costa del Pacífico para visitar a la hija del puerto, Wilker Segura, del Tour Operador Osiris, confirma lo importante que es la isla para las personas del puerto.
“Para nosotros Isla San Lucas representa mucho porque ha sido la isla que sinceramente nos ha dado trabajo”, reflexiona Wilker. La gente la ha querido venir a conocer, ha querido conocer su historia pero con tantas restricciones que están poniendo en la isla todo viene siendo distinto”.
Otro de los cambios que experimentó la isla con la nueva declaratoria fue el acceso al parque, ya que solo se puede visitar con la compañía de guías certificados. Con respecto a este tema, Wilker expresó, mientras navegaba hacia la isla, que esto podía generar limitaciones para aquellas personas que quisieran trabajar en el sitio.
Cuando el tema de los guías llega a la conversación con Olger Núñez, este reflexiona que no es recomendado hacer caminata sin tener la compañía de un guía.
“El guía certificado tiene deberes y responsabilidades sobre la conservación de los elementos, tanto de los naturales como culturales, cuando tiene su licencia”, indica. “Esta persona tiene la ética para manejar el grupo. También garantiza que no se afecte ninguno de los sitios que se visita. Además, el grado de satisfacción [de las personas turistas] es alto porque tiene más información”.
Este punto también está relacionado con el pago de pólizas de responsabilidad civil que tiene el Sistema Nacional de Áreas de Conservación (SINAC) para sus áreas protegidas.
Si una persona turista no cumple con las reglas establecidas, como hacer el recorrido junto a un guía con certificación y sufriera algún accidente, aunque el SINAC cuente con dicho seguro si no se acatan esas directrices, la póliza no se aplicaría. “Hay elementos que se deben valorar para que la póliza cubra a una persona”, recordó el administrador.
Con respecto a lo que representa para Puntarenas la isla, Mario Zamora, empresario puntarenense y propietario del tour operador Cocos Tour, menciona que “la isla es uno de los tantos puntos que está beneficiando a Puntarenas. Cuando se inauguró [como parque nacional] fue un boom. Todos los fines de semana estaban saturadas las entradas y se notaba alrededor”.
“Ha venido a resaltar Puntarenas como un destino turístico”, dice Maribel Brenes, de la Cámara de Turismo de Puntarenas (CATUP). “Cada turista invierte en su visita a Isla San Lucas aproximadamente 35 mil colones…la visitación de Isla San Lucas representa más de 300 millones de colones para el sector turismo en este primer año [agosto del 2020- agosto del 2021] de reactivación del nuevo parque”.
La Vicealcaldesa de la Municipalidad de Puntarenas, Andrea Madrigal, dice que el cambio de categoría para la isla puede afectar a toda la región.
“Tener otro parque más viene a intensificar ese cluster [grupo de empresas que ofrecen servicios característicos del turismo] de industria turística que necesitamos fortalecer, no solamente como cantón sino como región», indica.
Con la reactivación y la declaratoria llegan nuevas directrices que son parte del cambio, y que potencian al lugar como área protegida porque le da seguridad al visitante. Ahora, la isla también cuenta con personal de la fuerza pública, guardacostas y el personal de la isla.
Tanto la Vicealcaldesa de Puntarenas como el administrador del parque dicen que al reactivar la isla como un parque nacional se maneja de mejor forma el concepto de turismo vinculado a prácticas ambientales, que a la larga también son pluses que se dan al Golfo de Nicoya y al cantón de Puntarenas.
Se genera un equilibrio entre turismo y medio ambiente y las personas experimentan un tipo de turismo integral. Genera trabajo y vínculos con la isla y sus servicios ecosistémicos, a la vez genera un turismo sostenible.
Esto pareciera ser una tarea pendiente para hacer efectivo el encadenamiento para que los visitantes consuman bienes y servicios en las zonas de influencia.
Para Olger Núñez, la zona de influencia más marcada está en Puntarenas, en las islas Caballo, Venado y la parte sur de la península, también otros puntos como Lepanto, Cóbano y Paquera, desde donde la gente puede visitar San Lucas.
“Tenemos una visitación cercana a las 13 mil personas desde el 22 de agosto (del 2020) hasta la fecha”, refuerza el administrador. Además, indicó que estas personas se trasladan en embarcación y consumen en sitios cercanos a la isla.
Otro dato que aporta el administrador es que el destino tiene la capacidad total de entradas vendidas los fines de semana, aproximadamente 150 personas por día.
Actualmente el parque también cuenta con modelos de innovación como la señalización de aquellos espacios donde los senderos tienen distintos grados de dificultad para informar mejor a las personas. También utiliza códigos QR para complementar la información, mediante dispositivos o experiencias tecnológicas.
Colaborar, o la retribución a la diosa
Según el artículo 8 del decreto n°9892, para el Parque Nacional Isla San Lucas se creó una Junta Directiva, órgano adscrito al Ministerio de Ambiente y Energía (Minae).
Dicha junta está integrada por la Ministra o Ministro de Ambiente y Energía, Ministra o Ministro del Ministerio de Cultura, presidencia del Instituto Costarricense de Turismo (ICT), una persona representante del Poder Ejecutivo, Alcaldesa o Alcalde de la Municipalidad de Puntarenas, y presidencia de la Cámara de Turismo de Puntarenas (CATUP).
Según los entrevistados, todos los esfuerzos colaborativos entre estas y otras instituciones, cámaras de turismo y gremios interesados, se dieron gracias al aprendizaje del trabajo en equipo. Estas nuevas decisiones se nutren de experiencias pasadas que evidenciaron que una sola institución no dio abasto para mantener la totalidad de la isla.
Para la Vicealcaldesa Andrea Madrigal, el cargo de la isla que tuvo la Municipalidad de Puntarenas por mucho tiempo significó un gran esfuerzo por el mantenimiento que requería: aunque se estuvo manteniendo la visitación para limpieza y el acarreo de trabajadores, se necesitaban más refuerzos de parte de otras instituciones para la protección que necesitaba la isla.
En el recorrido a través de los senderos de la isla, el administrador, Olger, también agrega que los cambios más grandes se comienzan a dar después de agosto del 2019, debido a unos actos vandálicos y a una contaminación en los pozos de la isla.
A raíz de esos acontecimientos y de que el lugar seguía siendo una fuente importante de recursos históricos y naturales para el país, el Consejo Municipal que tenía a cargo su cuidado, tuvo que tomar la decisión de ceder el patrimonio. Según expresa la vicealcaldesa, se ganaba tanto para los porteños como para la región Pacífico Central el tener un nuevo parque nacional dentro del espectro turístico.
Es por este último grito ahogado de San Lucas, que se comenzaron a vincular algunos proyectos para salvar y mejorar la isla. También el despacho de la Primera Dama de la República, Claudia Dobles, activó un apoyo indispensable desde el Gobierno.
Es en estas condiciones de emergencia, y debido a la declaratoria, dicha Junta tuvo el acierto de generar una especie de simbiosis con un refugio tan importante para el país. Aquella isla abandonada ahora contaba con criterios técnicos para mejorar la condición precaria en la que se encontraba. Con esto inician una serie de etapas en las que se comienzan a realizar restauraciones para preservar el patrimonio arquitectónico y mejorar la conservación del sitio.
Otras instituciones que han aportado insumos y que ya estaban vinculadas antes de la declaratoria son el Área de Conservación Pacífico Central (ACOPAC) del SINAC y el Instituto Costarricense de Puertos del Pacífico (INCOP).
ACOPAC ha venido trabajando en la mesa de seguimiento, colabora técnicamente con procesos asociados a la Junta Directiva y en la ejecución técnica de diferentes actividades desde la parte más operativa.
El director regional de ACOPAC, Luis Sánchez Argüedas, comenta que el personal destacado es personal del SINAC, y que entre los trabajos que hace la institución está apoyar con el combustible, viáticos e insumos de limpieza, sobre todo para mantener los protocolos contra el COVID-19 y así garantizar la seguridad tanto del personal como de las personas turistas.
Luis dice que “conforme se van mejorando las condiciones de infraestructura en San Lucas, con las inversiones estratégicas que se han venido haciendo, se puede aumentar el flujo de turistas y por supuesto que el flujo de beneficios económicos para ese sector del país, Golfo de Nicoya y alrededores”.
ACOPAC también generó un proyecto piloto para manejar la visitación durante Semana Santa. Gracias a un aporte de voluntariado pudieron desarrollar un manejo compartido de las actividades de atención de visitantes en temporadas altas.
Desde otro frente, el INCOP también ha estado involucrado mediante la construcción de diferentes obras para facilitar el acceso de turistas. El presidente del INCOP, Juan Ramón Rivera, indica que gracias a la Ley 8461 hay recursos destinados a San Lucas.
“Casi el 60 % del canón que se recibe de la concesión del Puerto de Caldera (se dedica) en forma prioritaria a obras de turismo. El INCOP ha considerado que un generador muy importante de turismo es la Isla de San Lucas”.
Juan Ramón ofrece otro dato interesante de esta hija porteña: señala que es importante que la gente conozca que no solamente fue un penal, también tiene historia desde tiempos precolombinos, cuando indígenas de los alrededores llegaban a comerciar y a tener intercambio cultural. Y acá profundizamos más hacia las entrañas de esta isla, ya que por casi setecientos años la isla tuvo ocupación de población indígena chorotega.
Después fue conocida más popularmente por la ocupación del penal que data de 1871 cercano a 1991, casi ciento treinta años.
Remodelación y expansión
El proyecto para la recuperación de la isla cuenta con algunas limitaciones. Muchas de sus edificaciones más emblemáticas se encuentran en remodelación, por lo que si el turista ingresa en este momento no podrá conocer en su totalidad el Parque Nacional. Estas reestructuraciones durarán aproximadamente cuatro meses más, menciona Olger.
Por otro lado, el administrador también es consciente que existe una carencia en cuanto a recurso humano calificable: “Podemos tener equipo pero el personal es reducido”. El personal actual es bastante comprometido pero se necesitan más personas, dice Olger.
Entre tantas voces, leyendas, mitos y verdades quizá la mayor limitación es la escucha activa con la comunidad. Acá la voces de Wilker, Mario y Erick tienen mucho qué decir.
Para Wilker, la isla necesita un mejor ingreso, trabajar en la posibilidad de un acceso más fácil. Manifiesta que no están regulando quiénes obtienen las entradas de la isla, o no se conoce bien esa información. Señaló que hay tour operadores que acaparan: “Existe competencia por acaparar entradas pero no hay gente” por la pandemia.
De regreso a tierra, don Erick Agüero, papá de Wilker, quien ha tenido el negocio del tour operador Osiris y se dedica al turismo desde hace 28 años, también manifiesta que la declaratoria de Parque Nacional ha impactado a los tour operadores en especial. Para don Erick, se debe dar prioridad a los tour operadores que estén en regla. Sin embargo, es común que compitan con lanchas artesanales, sin las reglas establecidas.
Para Mario Zamor,a a la isla lo que le hace falta es una mayor proyección, ya que para él San Lucas “es un diamante en bruto”. Otras ideas que proyecta es que hacen falta más servicios en la isla. Menciona opciones como espacios para alimentarse, por ejemplo una cafetería, venta de souvenires y generar algún material, como un libro, con la historia de la isla.
Aunque la isla ha recobrado una legendaria fuerza, la sanación total llevará su proceso. Las instituciones y los gremios no son ni serán islas; ellos sí pueden unir sus esfuerzos. En este caso el esfuerzo colaborativo institucional ha demostrado que abandonar un refugio, o dejarlo a la deriva, por mucho tiempo puede pasar una factura mayor al Estado.
Sin embargo, no todos los días las luchas de las instituciones del Estado son tan claras y acertadas como con este proyecto, que ha significado devolverle el brillo a ese pulmón del Golfo de Nicoya.
Una vez sanada y recuperada esta diosa isla: ¿cuáles procesos colaborativos se replicarán, de todo este proceso, para tejer vínculos aún más efectivos con sus aledaños?
Este reportaje es una colaboración entre el programa Comunidad 870 de la Radio 870 UCR y El Colectivo