La crisis democrática en Costa Rica se relaciona estrechamente con la influencia del neoliberalismo que ha permeado a Costa Rica y el resto de América Latina. El neoliberalismo, con su énfasis en la competencia individual, la desregulación económica y la privatización, ha sido causa de desigualdades económicas significativas en la región. Desigualdad que ha afectado la confianza en las instituciones, facilitando la aparición de posiciones extremas y así como el desgaste de valores democráticos.
Laura Álvarez Garro, psicoanalista y profesora de filosofía, aborda como actualmente hay una situación alarmante caracterizada por el evidente avance de posiciones conservadoras, cercanas a la extrema derecha, y un notorio incremento en la desigualdad económica que ha desencadenado un aumento en la inseguridad ciudadana y una escasa presencia de oportunidades sociales y políticas. Donde se están presenciando las consecuencias más evidentes de la implementación de medidas de corte neoliberal que se han aplicado durante las últimas tres o cuatro décadas.
Para entender los efectos del neoliberalismo en la actualidad se puede hacer un llamado al concepto de subjetividad fascista, el cual es un fenómeno que surge como respuesta a este descontento y según Ignacio dobles Oropeza, psicólogo social, se introduce como una forma de entender el agravamiento de ciertas tendencias subjetivas en este contexto, influenciadas por el sistema económico neoliberal.
La subjetividad fascista se puede entender en relación con la neoliberal, de forma que en la subjetividad neoliberal hay una posición individualista y egoísta, pero en la fascista hay una implicación de la deshumanización, y entra también la necropolítica, la violencia y la agresividad a los otros. Y de esta forma, en la subjetividad fascista se acentúa el odio.
Este odio es alimentado por algoritmos en redes sociales que polarizan afectivamente las ideas de las personas, al solo exponer aquel contenido con el que se tuvo sintonía. Es limitar el mundo a lo que muestra el muro de Facebook u otras redes sociales. La influencia de estas plataformas y los algoritmos en la conformación de la percepción política ha aumentado la polarización y la fragmentación social, lo que a su vez ha debilitado la cohesión democrática.
En la misma línea, el neoliberalismo tiende a fomentar un enfoque individualista y egoísta en la sociedad. Esto se traduce en la idea de que cada individuo es responsable de su propio éxito o fracaso, lo que puede debilitar los lazos sociales. Y a pesar de que esta idea de meritocracia se sigue profundizando, también se sigue profundizando la desigualdad. Surge entonces una cuestión de por qué algunos países latinoamericanos siguen votando por aquellos que van en contra de sus intereses.
Con esto, Alvarez menciona una identificación con aquellos candidatos que mantienen discursos de pasados similares con los votantes, votan por los que se presentan a sí mismos con una imagen de no haber tenido mucho, pero que ahora tienen éxito. Votan porque entonces hay una idea de que si se suman a ese grupo también van a tener éxito de alguna manera. Alvarez ejemplifica este fenómeno con la cantidad de jóvenes que ingresan al narcotráfico, puesto que hay una idea de inmediata recompensa de estatus social, dinero y placeres.
En este contexto, es fundamental no buscar soluciones en un pasado lineal, puesto que no van a responder a las necesidades actuales. Se debe analizar críticamente la relación entre el neoliberalismo y la crisis democrática en Costa Rica, así como en toda América Latina, y considerar cómo abordar estos desafíos para fortalecer la democracia en la región.
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