En Artiquicia, casi sin falta, vacilábamos todos los miércoles diciendo que el año se nos estaba yendo rapidísimo. Una tradición no escrita. Un chistecito interno.
Artiquicia cumple 18 años este 2020. Gran año para alcanzar la mayoría de edad.
Su objetivo siempre ha sido sencillo: dar un espacio para que artistas nos cuenten sobre su arte. Así de fácil y así de complejo.
Ha tenido cambios de alineación, de productores y productoras, de horarios, de todo. Pero es lo que es: un espacio de una hora para hablar sobre cultura. Qué gran lujo, ahora que lo pienso.
Amanda y Vero son sus voces hoy.
Amanda llegó hace 13 años. Conocía Artiquicia desde sus tiempos colegiales en el Castella y cuando llegó a Radio U pidió ser controlista del programa. Se quedó.
Vero llegó hace 7 años. Entrevistó una vez a Amanda para un artículo sobre Artiquicia y le dijo que si no necesitaba ayuda. Se quedó.
Artiquicia ha sido para nosotras un refugio semanal. Sin importar que estuviese sucediendo, Artiquicia es (¿o era?) un espacio seguro para hablar de lo que nos apasiona: la cultura. Pero Artiquicia tiene 5 meses sin estar al aire…
La última vez que hicimos el programa fue el 4 de marzo. A la siguiente semana nos había atacado una pandemia, que no solo afectaba nuestra posibilidad inmediata de compartir un espacio físico, sino que, atacaba con violencia a nuestro insumo más importante: quienes hacen arte y quienes viven de la cultura.
Ambas estamos sobreviviendo una pandemia global. Artiquicia nos esperará mientras lo hacemos. Volveremos. De una forma u otra. Sin importar si la radio, el arte, el consumo o las posibilidades cambian. Volveremos para contar nuestros chistes internos. Porque este año, de verdad, se nos está yendo rapidísimo.