El cambio climático y la contaminación están poniendo en riesgo la salud de los océanos, con impactos que van mucho más allá del ambiente. ¿Por qué su deterioro debe preocuparnos a todos y qué acciones urgen para revertir la crisis?
El océano es un recurso que, a lo largo de los años, se ha venido deteriorando poco a poco, lo que ha implicado la pérdida de biodiversidad, alteraciones en el clima y afectaciones a los sectores productivos que dependen de este recurso. Los investigadores Álvaro Morales Ramírez, director del Centro de Investigación en Ciencias del Mar y Limnología (CIMAR) de la Universidad de Costa Rica, y Eric J. Alfaro, investigador del Centro de Investigaciones Geofísicas (CIGEFI) de la misma universidad, compartieron su conocimiento sobre este tema en el programa Semillas y Saberes de la Radio 870 UCR.
¿POR QUÉ EL OCÉANO ES TAN IMPORTANTE?
Más del 70% del planeta está cubierto por agua, y la mayor parte de esta se concentra en los océanos. Además, esta inmensa masa de agua actúa como “la memoria del clima”, ya que es responsable de absorber la mayor parte de la radiación solar que llega a la Tierra. A través de este intercambio de calor entre la atmósfera y el océano, se controla el ciclo del agua y se regulan las temperaturas globales. Por otro lado, las corrientes oceánicas desempeñan un papel fundamental en la distribución del calor, lo que ayuda a mantener el equilibrio climático del planeta.
Por otra parte, los océanos producen más de la mitad del oxígeno que respiramos, gracias al fitoplancton, pequeños organismos que permiten la generación de oxígeno a partir de la fotosíntesis. Sin embargo, el océano también actúa como una fuente de absorción del dióxido de carbono que emitimos a la atmósfera.
Por si fuera poco, el océano regula fenómenos climáticos extremos como El Niño y La Niña, que pueden provocar desde sequías hasta lluvias torrenciales en distintas partes del mundo.
“El océano es el recurso que permite todos los demás recursos.” Dr. Álvaro Morales Ramírez, director del CIMAR
¿QUÉ PASARÍA CON LOS OCÉANOS SI LA TEMPERATURA DEL PLANETA SIGUE AUMENTANDO?
El aumento de la temperatura global trae consecuencias profundas para los océanos y para la vida que depende de ellos. Morales Ramírez advierte que, de continuar este calentamiento, podríamos enfrentar una serie de problemas.
Uno de ellos es la disminución del oxígeno disponible para las especies marinas. Al subir la temperatura, el agua contiene menos oxígeno, lo cual representa un peligro para muchas especies que pueden desaparecer o verse obligadas a migrar en busca de mejores condiciones.
Además, fenómenos como El Niño se volverían más recurrentes, alterando los patrones de lluvia y sequía a nivel mundial, lo que impacta tanto a los ecosistemas marinos como a las actividades humanas, como la agricultura y la pesca.
Por otro lado, el calentamiento de los océanos provoca que el agua caliente se expanda y, junto con el derretimiento de los glaciares, favorece el aumento del nivel del mar. Esto contribuye a la aparición de fenómenos como inundaciones y la erosión de zonas costeras, poniendo en riesgo a comunidades enteras y a los ecosistemas que habitan en esas áreas.
Morales, además, destaca que el calentamiento global también puede favorecer la creación de las famosas mareas rojas. Esto ocurre cuando se proliferan microalgas que tiñen el agua de color rojo, verde o café, y que producen toxinas que pueden ser nocivas para peces, moluscos e incluso para los humanos que consumen estos productos.
Todo esto no solo pone en riesgo a los ecosistemas marinos y costeros, sino que también impacta directamente a los sectores productivos. Actividades como la pesca y la acuicultura sufren por la disminución de especies y la aparición de mareas rojas, lo que puede reducir el rendimiento y amenazar la seguridad alimentaria de millones de personas.
El turismo costero también se ve afectado por la erosión de playas, la pérdida de arrecifes de coral y la proliferación de algas nocivas. Además, la agricultura enfrenta desafíos debido a los cambios en los patrones de lluvias y sequías asociados a fenómenos como El Niño, lo que repercute en las cosechas y el acceso al agua.
¿QUÉ DEBERÍAMOS HACER AHORA?
Frente a estos desafíos, los especialistas coinciden en que la adaptación y la educación son las claves para enfrentar el futuro.
El Dr. Eric J. Alfaro subraya la importancia de actuar desde ya. “Va a ser muy difícil que no se experimenten los impactos del cambio climático, […] pero si nos adaptamos incorporándolo en las políticas públicas y los planes reguladores de las municipalidades, eso sería un gran avance”, enfatiza.
Esto implica que los gobiernos y las comunidades deben prepararse y tomar en cuenta la variabilidad climática y los fenómenos extremos en su planificación y gestión del territorio.
Por su parte, el Dr. Álvaro Morales Ramírez resalta que la educación es fundamental para la adaptación a largo plazo. “El proceso de adaptación debería empezar en las escuelas, con niños y niñas, para que les sea más fácil comprender y adaptarse en el futuro.” El investigador habla de la necesidad de promover la alfabetización marina y oceánica, para que las nuevas generaciones comprendan la importancia de los océanos y aprendan a cuidarlos desde temprana edad.
Cuidar el océano no es una tarea exclusiva de gobiernos o científicos, sino una responsabilidad compartida que comienza con el conocimiento y la empatía. Los desafíos que enfrenta el mar son problemas que tendremos que afrontar durante toda nuestra vida y que tendrán un impacto aún mayor en las generaciones futuras. Por lo tanto, la responsabilidad de actuar recae en nuestras manos, y el momento de hacerlo es ahora.



