Bukele en Costa Rica: el mensaje detrás de su visita

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Jimena Rojas Rojas
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La reciente visita de Nayib Bukele a Costa Rica ha generado un intenso debate sobre seguridad, democracia y el papel de los liderazgos fuertes o “mano dura” en la región. Este evento no solo destaca la estrategia de Bukele en El Salvador, sino también proyecta un mensaje claro por parte del gobierno costarricense.

El Salvador ha experimentado un cambio drástico en materia de seguridad, y Nayib Bukele está detrás de ello. Esto ha generado que el mundo ponga los ojos en este país para comprender la razón de este nuevo contexto, y a su vez aplaudirlo o criticarlo. En el caso de Costa Rica, el tema de la estrategia impulsada por Bukele para combatir el crimen, ha sido un tema de polémica que ha generado una división del debate entre quienes apoyan las acciones, y quienes no.

En la visita de Bukele, se realizó la entrega de la condecoración Orden Nacional Juan Mora Fernández  el lunes 11 de noviembre, por parte de Rodrigo Chaves. Para Carlos Torres, analista, consultor y político, la entrega de dicho reconocimiento tiene un impacto clave en la simbología de lo que se está diciendo, donde se le da el más grande honor a un dignatario visitante y uno de quien aún pesan algunas dudas sobre su proceso de reelección y sobre la estrategia de seguridad, en la cual diferentes órganos han hablado de múltiples violaciones de Derechos Humanos a las personas detenidas.

Fanny Ramírez, consultora en comunicación política, aborda como datos del Latinobarómetro revelan que cada vez se va diciendo más en los diferentes países de latinoamérica que no importa qué tipo de gobierno se tenga, siempre y cuando sean efectivos, lo cual es sumamente peligroso con respecto al autoritarismo que se puede generar y con respecto al giro a la falta de apoyo a las democracias.

“Recuperar los espacios públicos y devolvérselo a los ciudadanos […] fue una gestión muy efectiva para dar legitimidad”, Fanny Ramírez, consultora en comunicación política.

Ramírez menciona que la visita viene a comunicar mucho con respecto a la gestión del presidente Chaves y lo que el Ejecutivo ha querido hacer, donde esta visita le suma a él porque el perfil de las personas que apoyan al presidente, coincide con el perfil que apoya las políticas de Bukele. Torres señaló que existe un riesgo real de que la admiración por figuras como Bukele conduzca a un debilitamiento de las instituciones democráticas, en aras de buscar soluciones rápidas a problemas complejos.

Además, la visita se dio en un momento clave del calendario político costarricense, con un ambiente preelectoral donde la seguridad se perfila como uno de los temas centrales. Ramírez sugiere que Chaves utilizó este encuentro para fortalecer su imagen pública, apelando a un discurso de control y efectividad que resuena con una población cada vez más preocupada por la criminalidad.

Carlos Torres señala que, aunque la visita de Bukele generó un gran impacto, lo que se ha evidenciado en las conferencias de prensa va más allá de la admiración mutua o los comentarios informales, puesto que el presidente Chaves está transmitiendo un mensaje claro: Costa Rica busca aprender de las experiencias de El Salvador. Y a su vez, se dio un mensaje de llamado de atención hacia los otros poderes de la República, a los cuales se les señala como ineficientes.

La cercanía centroamericana ha hecho de este tema recurrente en los medios de comunicación y en un espacio político, y estas conversaciones han aumentado en una Costa Rica que experimenta niveles de violencia y crimen organizado nunca antes vistos. Lo cual ha hecho que se direccionen las miradas desde Costa Rica para comprender sus soluciones.

El cambio drástico, se observa en los datos revelados en muchos medios. Según el Informe de Seguridad Global, revela que un 88% de habitantes afirman que El Salvador se ha convertido en uno de los países más seguros tras años de inseguridad y luchas fallidas contra la delincuencia.

Para Torres, es importante considerar el contexto, puesto que se tratan de dos distintos, donde el proceso salvadoreño se permite por unos factores específicos de la cotidianidad y de la forma en cómo se gestionan las maras en El Salvador, son maras localistas que vivían básicamente de la extorsión local, mientras que en Costa Rica lo que se tiene es un fenómeno derivado del crimen transnacional organizado que de permea diferentes sectores.

La visita de Bukele a Costa Rica trasciende lo simbólico, convirtiéndose en un reflejo del debate regional sobre seguridad y democracia. Mientras algunos ven en el modelo salvadoreño una respuesta efectiva contra la delincuencia, otros advierten sobre los peligros del autoritarismo. En un momento de creciente violencia, Costa Rica se enfrenta a un desafío crucial: encontrar soluciones sostenibles que fortalezcan, en lugar de debilitar, sus instituciones democráticas.

Para ver la entrevista completa acceda al siguiente video:

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