En los últimos años, la salud mental en el ámbito laboral ha tomado mayor relevancia por los incrementos de situaciones que requieren atención. Además, desde la pandemia se ha acentuado esta problemática en muchos países. Las demandas laborales, el estrés, la presión de adaptarse a un entorno, y demás, afecta el bienestar de los trabajadores, y ha hecho que aumenten los niveles de atención.
Marcela León, psicóloga, describe que se ha dado un aumento considerable en la cantidad de personas que buscan apoyo para manejar el estrés y la ansiedad. Según León, muchas personas experimentan niveles elevados de ansiedad al enfrentarse a la rutina laboral diaria, y por ejemplo también por el nivel de tránsito actual, donde presentan mucho estrés en la hora de manejar, de llegar a trabajar, de ser puntual y adaptarse a la presencialidad, después de haber estado en teletrabajo por tanto tiempo.
Para Harold Segura, psiquiatra, una de las claves está en mejorar el ambiente laboral, ya que un entorno positivo puede influir favorablemente en el estado de ánimo y la productividad. Afirma que si el ambiente es bueno, puede fomentar la creatividad, la resolución y la producción, y en contraparte si se llega a un ambiente hostil, puede facilitar que no se logre tanta productividad o rendimiento.
Sin embargo, lograr estos cambios en la práctica no es fácil. Según Segura, el reto está en la fase de promoción y prevención, puesto que en la actualidad muchas empresas y demás, aún priorizan, o permiten que se de, la resolución de problemas cuando estos ya están presentes en lugar de actuar previendo crisis de salud mental.
Se puede buscar una prevención desde muy diversas aristas, por ejemplo con estrategias para reducir la sobrecarga laboral, la flexibilidad de horarios o la creación de espacios de apoyo emocional. Estos aspectos pueden ayudar a mejorar la calidad de vida laboral, lo que a su vez, funciona paralelamente beneficiando también a los empleadores puesto que beneficia los niveles de productividad.
Javier Contreras, psiquiatra, observa un problema adicional: la sobrecarga administrativa y la falta de recursos en instituciones públicas y privadas. Explica que hay un exceso de labores administrativas que muchas veces sobrecargan la función inicial de esa persona, lo cual genera una falta de gratificación y un desgaste mental que puede facilitar el surgimiento de ansiedad, depresión u otros.
Contreras también enfatiza en la urgencia de dinámicas de prevención. Aborda cómo los profesionales de la salud mental se encuentran en la última etapa de la cadena, entonces entran cuando ya la salud salud mental se ha deteriorado tanto que requiere de una intervención, y las intervenciones son más complejas ya que se ven en la necesidad de recurrir a tratamientos farmacológicos u otorgar incapacidades laborales.
“Nosotros como psiquiatras vemos la última parte de esa cadena […] cuando ya fallaron todos los demás mecanismos que debieron haber funcionado antes”, Javier Contreras, psiquiatra.
La búsqueda de soluciones y la creación de políticas y medidas de bienestar emocional no se deben de ver como un lujo, sino una necesidad para el presente, e inversión a futuro. Contreras enfatiza que los problemas actuales en la salud mental afectan también a las sociedades futuras, ya que los trabajadores de hoy son quienes construirán el país del mañana.
Si no se lucha con esta ola creciente de debilitamiento en salud mental, se genera un ciclo de deterioro emocional que puede continuar en futuras generaciones.
León recalca que la atención primaria es la clave en esta problemática, y es necesario que las empresas se involucren en este proceso de manera comprometida, porque solo así se podrá crear un entorno laboral donde los empleados puedan desarrollarse de forma plena, aportando a una sociedad más equilibrada.
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