Esta decimoquinta edición de la marcha del orgullo LGBTIQ+ fue especialmente significativa como respuesta a los ataques del gobierno de Rodrigo Chaves, al anular la declaratoria de interés cultural de la marcha. Además, fue un mensaje al Gobierno y al país que la comunidad está presente y viva en Costa Rica.
El pasado domingo 30 de junio ocurrió la marcha del orgullo LGBTQAI+ en Costa Rica. Donde decenas de miles de personas se manifestaron en demanda de derechos humanos, respecto e igualdad. La marcha se dirigió hacia la Plaza de la Democracia, apreciándose un aumento numeroso al de años anteriores.
Acciones como esta son un recordatorio de que la marcha del orgullo es una manifestación y un llamado a la demanda de igualdad en el país, especialmente cuando jerarcas en posiciones de poder amenazan el progreso que se ha logrado en el tema.
Un ejemplo de este progreso en Costa Rica, es la legitimación e institucionalización del matrimonio igualitario gracias a una la enorme lucha de las organizaciones de sociedad civil al posicionar en la agenda política y social este término del matrimonio igualitario y los derechos humanos que conlleva. Como menciona Janekeith Durán, del equipo jurídico y de incidencia política de ACCEDER, esto se logra al sensibilizar a la gente y hacerles estos temas un poquito más cercanos.
Un aspecto que aún se demanda en la legislatura costarricense es la penalización de los crímenes y discursos de odio en el país. Por parte de la Defensoría de los Habitantes se promovió una ley marco anti discriminación, que Costa Rica no tiene, e incluye la penalización de discursos de odio; sin embargo, dicho proyecto se cayó en la Asamblea aduciendo a un tema de libertad de expresión.
No obstante, esta es una temática que sé debe rescatar y reclamar a nivel jurídico. Especialmente en el ambiente actual.
”Un líder político que habla desde la discriminación y desde el odio. Eso da cierto soporte a ciertos sectores de la sociedad, cierta validación a esas idea de discriminación y odio”, Janekeith Durán, del equipo jurídico y de incidencia política de ACCEDER
Sin embargo, la lucha de la comunidad LGBTQAI+ y el trabajo de las organizaciones que la lideran va más allá de los cambios en incidencia política y legal, del reconocimiento a nivel de normativa. Se está realizando un trabajo para un cambio cultural y social, un reconocimiento de la población de esos derechos.
Como menciona Margarita Salas, psicóloga y especialista en políticas públicas: “el cambio cultural es fundamental porque con el cambio normativo muchas veces no es suficiente, la sociedad y la cultura avanza a un ritmo un poco más lento a lo que avanza las leyes(…)Es un cambio estructural para nuestra sociedad”.
Este cambio es el verdadero reto que se destaca en la sociedad costarricense, las experiencias de exclusiones, discriminación y prejuicios no son resueltas solo con jurisprudencia, también son resueltas con un trabajo de concientización social.
Actualmente, la comunidad enfrenta retos en visibilidad de identidad, en acoso laboral, discriminación y prejuicios en sistemas de salud, en temáticas de acoso en la educación, ataques físicos, pobreza e indigencia. Por lo que las organizaciones de ayuda social están generando espacios de acogida y solidaridad para afrontar estas problemáticas.
Como destaca Salas la diversidad de trabajo por la comunidad es enorme y esta se visibiliza en la marcha donde todos esto se unifica porque “también las personas LGBTQAI+ luchan contras el aislamiento y la exclusión”.
La marcha del orgullo es un recordatorio de las luchas pasadas, presentes y futuras que enfrenta la comunidad LGBTQAI+ para ser tratadas con el mismo respeto y los mismos derechos de todos los demás. Pese a que se ha realizado un gran progreso en el país, la marcha del pasado 30 de junio, es un recordatorio del recorrido que falta y de la necesidad de defender dicho progreso, principalmente frente a un Gobierno homofóbico y excluyente, según las especialistas.
Conozca más sobre el tema en este programa de Desayunos Radio Universidad.