Enio Arroyo: pintar fuera de las fronteras

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Sharon García Cavallini - periodista
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El artista y pintor tico Enio Arroyo, guanacasteco y formado entre Costa Rica y Argentina, expondrá sus pinturas este mes de julio en uno de los barrios más emblemáticos de New York.

 

El artista costarricense Enio Arroyo Gómez será el primer tico en exponer su arte en la galería On The Fringe Gallery en el famoso barrio Tribeca en Nueva York, EE.UU. La exposición se llevará a cabo del 10 al 16 de julio de este año.

La curiosidad ha llevado a Enio a explorar sus mundos. El teatro, la pintura, la escultura y la pedagogía han sido parte de esos lienzos en los que también ha pintado y forjado su sello artístico.

Enio conversó para Radioemisoras de la Universidad de Costa Rica sobre cómo ha sido contar con esta oportunidad y se refirió a sus pinturas y su arte.

¿Cómo nace esta inquietud por el arte, ya que no es solo en pintura sino también en otras ramas?

– No fue una decisión de si lo quería hacer o no lo quería hacer, fue como un hallazgo en cuanto a lo que es la curiosidad, cuando se desata el interés por algo que uno no ha hecho nunca, es una manifestación personal porque el arte nace de ahí, nace de lo que uno es como sujeto y del contexto que uno tiene.

Nada es como solo artístico es también parte de las experiencias que yo había tenido viviendo en Guanacaste, estaba bastante rodeado por cuestiones culturales, no tanto manifestaciones de la industria de la cultura sino que era muy natural el hecho de que en la casa siempre la gente sepa hacer cosas como tallar en madera u otras expresiones artísticas.

En mi casa siempre había herramientas y siempre estaba latente a usar herramientas vinculadas a lo escultórico o al collage que siempre estuvieron vinculadas a mi abuelo que es el que siempre me facilitaba estas herramientas.

Gracias a esto yo tuve mis óleos a los primeros a los 7 años y de ahí en adelante se fueron dando esas oportunidades incluso en cuanto al dibujo.

Entrar al Taller Nacional de Teatro también fue un detonante muy fuerte porque contar con un espacio taller te da otras habilidades. Me facilitó conocer un mundo que yo no conocía.

Hoy como adulto y al haber atravesado estos aprendizajes me doy cuenta de lo importante que es que estos lenguajes hayan sido parte de mis experiencias cotidianas.

¿Cuándo es que decide que la pintura va a ser parte de la exploración artística más cercana?

-Yo soy escultor, mi carrera es de escenógrafo y escultor, pero en la carrera uno llevaba otros talleres de cerámica, pintura y creo que en uno de los talleres de pintura comienzo a conocer técnica, trabajar directamente con los materiales y los profesores me motivan a seguir explorando en la pintura.

Paralelo a esto no he dejado nunca de pintar desde el 2006 y ya una vez que atravesé la carrera igual seguí pintando solo y por interés. En el 2011 comienzo a trabajar piezas de pintura y elegí ponerme a crear series de pintura.

¿Cómo es la pintura de Enio?

Es un trabajo bastante honesto en el sentido que no estoy teniendo ningún tipo de cuidados a la hora de trabajar ciertas temáticas, es mi trabajo auténtico, detrás de estos trabajos hay mucha investigación. Yo me enfoco mucho en cosas que son parte de mi contexto, me parece algo muy serio.

Son indagaciones que me llevan hasta tres años hacerla, por ejemplo, lo que es «Brotes» fue un trabajo que arrancó haciendo investigación en Paraguay y de ahí fueron tres años de trabajo y comenzaron a salir las piezas.

Yo me enfoco mucho en lecturas, me enfoco en sociología, filosofía y ahora estoy trabajando el tema de la máscara social, y estoy también estudiando a psicólogos y al psicoanálisis. También me baso en la cerámica latinoamericana, centroamericana y en Caribe, en eso me baso mucho cuando hago investigación en el color. También me pasé bastantes años explorando las líneas y conociendo cómo es mi línea.

Yo le llamaría una pintura académica sin dejar de lado la importancia que tiene lo expresivo e intuitivo.

¿Cómo surge la oportunidad de exponer en New York?

-Acá es importante empezar con la obra «Ladrón de Casas», fue la que hizo que esto pasara porque yo viví 14 años en Argentina en donde los últimos 7 años trabajé en galerías en Buenos Aires y estando una de mis obras en exposición la ve el que ahora es uno de los mayores coleccionistas de mi trabajo, estaba de vacaciones y por casualidad entró a la galería y en dos años se volvió mi principal coleccionista y algunas se fueron para una colección privada. Al tiempo comenzamos a trabajar juntos y él se convierte en mi coleccionista y representante.

Con el material trabajado (mi biografía, mi carpeta artística, pasarlas en inglés) se da la oportunidad de postular por esta residencia artística (Martín and Lorraine Kaminsky en el Centro Cultural Mana Contemporary, ubicado en la ciudad de New Jersey), eso fue el detonante de cómo surge la exposición. No puedo viajar por tema de tiempos y mi coleccionista decide que para no perder las piezas trabajadas asociarse con una galería que se llama On The Fringe Gallery y organiza y cura la muestra para presentar todo el material producido por la beca.

Hablemos de la importancia para una persona artista centroamericana de exponer en Estados Unidos. ¿Qué hay más allá de hacer la exposición? En un país como estos también hay mucha competencia.

-Para mí es positivo, para cualquier artista que quiera promover su trabajo estar en el lugar donde uno elige. En este caso a mí me toca estar ahí y este tipo de oportunidades es desde todo lado positivo.

Entrar al mercado de arte en New York implica entrar a un mercado que tiene un abanico de culturas exorbitante, entonces yo quiero llevar a Estados Unidos mi región, llevar a Costa Rica y sobre todo a Guanacaste con calidad de todo este esfuerzo.

Contribuir a la escena cultural en New York y ofrecer algo que digo yo un sabor costarricense-guanacasteco, que tiene un sabor único. El menú allá es gigante, pero a veces no tiene sabor a rosquilla, no tiene eso, entonces llevar esa esencia allá me parece importante. Tenemos mucho que mostrarle al mundo como centroamericanos.

¿Cuáles son los caminos deseados después de esto?

-Ahora todo lo que toca tiene que ver con desafíos logísticos en el camino para esta residencia o para otra. Dedicarme solo a pintar, tener mi taller, participar en exposiciones futuras y poder construir una base y entrar a colecciones del mundo. Así lo veo.

 

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