Mujeres, hermanas, hijas, mamás, amigas. Las víctimas de femicidio son muchas cosas y cuando se van, el recuerdo y el dolor queda en familiares y amigos, los cuales enfrentan en el día a día un proceso doloroso, entre la revictimización y una sociedad que continúa culpabilizando y responsabilizando a las mujeres.
Según el Observatorio de violencia del Poder judicial, el femicidio es la más grave de las violencias de género, en la cual una mujer es asesinada por ser mujer, usualmente a manos de su pareja actual o pasada, o de otro hombre. No es un homicidio común, sino producto normalmente de una violencia escalonada y una relación desigual entre la mujer y el hombre femicida. Para el 2022, hubo 21 femicidios, y dentro de este año, se tienen 15.
Cuando se habla de feminicidio, hay muchas carencias. Óscar Morera, padre de Eva Morera, víctima de femicidio en el 2019, y activista por los derechos de las familias sobrevivientes de femicidio con especial interés y énfasis en los hijos y las hijas de las víctimas, considera que el femicidio es un evento mediático que además se espectaculariza en los medios los cuales sacan provecho de esto. Además, usan los femicidios para generar en sus noticias clickbait (crear titulares sensacionalistas para hacer tráfico a la nota) .
Morera, cataloga este fenómeno como innecesario. Con relación a esto expuso que se mencionaba a su hija después de cada femicidio que se produjo por lo menos durante dos años después del femicidio. Mencionó que se siguen haciendo y puso como ejemplo el caso de la doctora María Luisa Cedeño y a Alison Bonilla.
Por otra parte, Angie Fernández Durán, víctima en agosto del 2021 y sobrina de Sonia Durán, psicóloga clínica, amplía lo anterior al mencionar la revictimización de las familias. Indicó casos donde familiares de las víctimas asisten al INAMU por atención, sin embargo cuando tienen atención psicológica deben contar una y otra vez la misma historia a diferentes profesionales y relatar repetidamente una historia así es muy dolorosa.
También, dentro de los juicios se vuelve a dar la revictimización, no solo por la experiencia en sí, dolorosa como ya es, sino por las cancelaciones sin anticipación, donde desde la experiencia de Fernández les programaban a cierta hora, y horas después de estar esperando les decían que ya no se va iba a hacer.
Oscar Morera aborda esta revictimización con el caso de los hijos de las mujeres víctimas, donde como recomendación profesional se les dice a las familias que es mejor establecer lejanía con las familias del acusado. Sin embargo, muchas veces cuando hay hijos de por medio, las familias quieren mantener una relación con este, pero muchas veces esta relación puede servir para vengar el hecho de que su hijo, hermano, o familiar, esté en la cárcel. También menciona dos casos donde a familias en condiciones vulnerables, han llegado a la sala de juicio y les han dicho que el fiscal y el abogado llegaron a un acuerdo, a un proceso abreviado, sin consultar a la familia.
En el caso de Sonia Fernandez, se le intentaba convencer a su familia para que aceptara el abreviado, utilizando argumentos como “para que se va a exponer a eso”, utilizando el dolor para hacer el proceso más rápido, afirma Angie Fernandez,
Morera considera que el espacio de mejora más grande de la institucionalidad costarricense está en el Poder Judicial, donde han habido cambios para bien. Por ejemplo, después de lo que pasó con el juicio de la doctora Cedeño, la institución se planteó la necesidad de volver a hacer el juicio. Para Morera esto remite a que están escuchando y que están dispuestos a corregirse.
En términos de avances,Teresita Ramellini Centella, psicóloga, profesora jubilada de la universidad Costa Rica, integrante de la Red Feminista Contra la Violencia Hacia las Mujeres, abordó la Ley de Penalización de la Violencia Contra las Mujeres, así como la creación de la figura del femicidio ampliado.
Con respecto a este último término, a partir de agosto del 2021, se aprobó la figura de femicidio ampliado, donde ya no es solamente la muerte de una mujer producida por su pareja o expareja sino que amplía, por ejemplo a un pretendiente, o un cliente sexual, o el caso de una niña en un marco intrafamiliar.
Por otra parte, muchas veces se intenta responsabilizar a las mujeres, dejando de lado el rol de los hombres. Morera mencionó que cualquier hombre puede llegar a ser un femicida, no solo los delincuentes, o los que no fueron a la universidad, sino todos. Para Morera no se trata de decirle a las mujeres qué pueden hacer para prevenir este acto, sino decirles a los hombres qué hacer para no profundizar la violencia.
Los avances legislativos, como la Ley de Penalización de la Violencia Contra las Mujeres y la figura del femicidio ampliado, son pasos positivos. Sin embargo, queda claro que aún persisten desafíos, como la revictimización o la tendencia de responsabilizar a las mujeres en la mayoría de los casos.
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