Prepararse antes de las emergencias nos permite mitigar los efectos de los eventos naturales, incluso en términos de seguridad alimentaria.
Bien dice la frase que una persona prevenida, vale por dos. Y cuando se habla de la atención de las emergencias, la clave es siempre contar con planes de prevención.
Según Sergio Vega Cordero del proceso de riesgos de desastres de la Municipalidad de Santa Ana es importante promover que las personas se apropien de las amenazas del cantón, no para tener miedo, sino para monitorear, reconocerlas, y saber cómo responder en caso de una emergencia.
“Deberíamos tener mapeadas la vivienda, las zonas seguras, dónde evacuar, tener un lugar dónde reunirnos los miembros de la familia. Esa misma organización a nivel de vivienda se puede extender a nivel comunal”, indica Vega.
Pero la planificación debería ir más allá. La nutricionista de la Universidad de Costa Rica e investigadora en términos de seguridad alimentaria, Marcela Dumani, indica que en zonas donde se depende de la producción, las emergencias les dejan en condiciones muy complejas.
Dumani explica que no existen seguros para las pérdidas de cosechas. Además la capacidad institucional responde a la atención del momento de la emergencia, y continúa ayudando posteriormente, pero aún falta investigación para conocer cuáles son esas acciones que permiten que las personas se recuperen de mejor manera.
La nutricionista enfatiza en la importancia de tomar previsiones también en estos términos para que las familias se garanticen la obtención de alimentos durante las emergencias y la posterior recuperación de sus labores.
“Si somos conscientes de los peligros que tenemos, tomamos acciones que nos ayuden a contener por ejemplo la tierra, que no se lave terreno. Enriquecer nuestro entorno de manera que podamos mitigar los efectos que tiene una condición climática”.
IMPLEMENTANDO ACCIONES
La recuperación luego de una emergencia no es algo que se hace de un día para otro. En algunas comunidades implica empezar de nuevo a sembrar y esperar para cosechar.
La Organización Panamericana de la Salud indica que la naturaleza de los problemas alimentario-nutricionales luego de un evento natural “depende del tipo de desastre, su duración y extensión, así como el estado nutricional de la población previo al desastre”.
Según Dumani una manera de trabajar por la seguridad alimentaria en estos casos es organizarse y trabajar a nivel personal, comunal y país en identificar algunas de las acciones que nos podrían ayudar a mantener alimentos para el autoconsumo de las familias y para la reactivación posterior de las cosechas.
Asimismo, es importante tomar en consideración estrategias para el resguardo de los animales de producción.
“Es algo que es urgente de hacer. Realmente el panorama poco incierto que nos presenta el cambio climático amerita que utilicemos recursos de investigación para tratar de responder de la mejor manera ante las necesidades alimentarias del país”, dice Dumani.
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