Biblioterapia: Lectura como alimento para la mente y el corazón

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Victoria Santamaría Mena
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No hay nada como disfrutar de un buen libro. Vivir las historias de otras personas en cualquier época y lugar del mundo es de las mayores satisfacciones para las personas lectoras.  La lectura es usualmente catalogada como un buen pasatiempo, pero lo cierto es que esta actividad recreativa tiene funciones terapéuticas. 

La literatura es una actividad que llena a sus lectores y lectoras tanto intelectual como emocionalmente. Se debe a que el alimentarse de historias donde nos podemos identificar con los conflictos y personajes, propicia el desarrollo de la empatía. Resulta ser un efecto secundario del intentar comprender a “la otra persona”, ya sea de quienes viven en las mismas páginas o incluso la persona autora. 

El conocimiento de los efectos de este tipo de terapia es relativamente nuevo, al tener un curioso origen como producto colateral de las guerras mundiales. 

Leer es una actividad que se siente pasiva, pero en realidad el proceso de parar, procesar y comprender las palabras sin prisa contribuye activamente al autoconocimiento. Introduce a distintas maneras de ver el mundo que conducen a pensar a partir del ‘yo’. Es decir, reflexionar en qué pensamos, qué valores tenemos o qué cosas defendemos. 

Como seres sociales, esa reflexión también tiene un gran efecto cuando trasciende a lo colectivo. También es una actividad que data del siglo pasado cuando, en los lugares de trabajo, un individuo leía a los y las demás para acompañar el tiempo laboral. 

Conversar con otras personas enriquece enormemente lo leído porque le abre las puertas a conocer otro ángulo de lo que entendimos, perspectivas que se nos pasaron por alto o la discusión respetuosa de desacuerdos. 

Así como nos nutre desde todas direcciones, en otras personas más bien produce un efecto de ‘limpieza emocional’ donde silencian inquietudes y preocupaciones mientras se dedican a sumirse en esa historia. 

A veces no son las 300 páginas del libro lo que te generan ese bienestar emocional. A veces es una frase, a veces es una página.” – Anita Aldana, directora de ’30 Libros .

CULTIVANDO EL HÁBITO DE LEER

Con todos estos beneficios, los libros funcionan prácticamente como herramienta de salud mental que verbalizan nuestras emociones abstractas. Además, no es una actividad con la que nacemos e implica un esfuerzo para convertirlo en hábito. 

Anita Aldana, directora del club de lectura ‘30 Libros’, comparte varios consejos para aprender a amar la lectura y aplicar esta meditación activa que es la biblioterapia: 

Responde a la pregunta más constante, que es ‘¿La biblioterapia funciona con cualquier libro?’. La respuesta es sí. Cualquier género literario puede brindar esa identificación y validación de emociones, por eso es clave conocer qué tipo de libros nos interesa más. O, si buscamos solventar algo especial, investigar qué libro puede ser la mejor opción. 

La tecnología también brinda varias opciones de lectura; de forma física, digital o hasta audiolibros. Por eso, es importante conocer con qué tipo de formato calzamos y qué tipo de aprendizaje tenemos. Marca una gran diferencia cuando una persona ‘auditiva’ elige un audiolibro que cuando lo hace una persona ‘visual’. 

Para comenzar a cultivar el hábito, Aldana recomienda comenzar con al menos 10 minutos diarios que son suficientes para comenzar a incorporar ese espacio de ‘estar en el momento’, acompañados por una ‘higiene de lectura’ al igual que una constante curiosidad que le permitan surgir el diálogo y cuestionamiento que sana internamente.

Escuche más temas de este tipo de lunes a viernes a las 8 de la mañana en el programa Saber Vivir de la Radio 870 UCR.  También le invitamos a unirse a nuestro Club de Audio Lecturas para disfrutar todos los días de una obra literaria diferente.

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