Edición Web: Mariana Rivera Ramírez.
En la música independiente nunca falta alguna pieza o artista que nos pueda encantar, pero por su naturaleza, pueden ser raras las ocasiones que trabajos con este orígen llegan a nuestros oídos, sobretodo a través del dial nacional donde abunda lo mainstream.
En el mes de mayo de 2004 hubo un movimiento importante en la parrilla de Radio U para darle espacio la música de sellos disqueros independientes o de bajo perfil. Fue gracias a una propuesta que traía una joven estudiante de Ciencias Políticas, Nadia Reyman, que nació Fin de Pendiente.
La larga trayectoria del programa alberga todas aquellas historias desde sus orígenes hasta las de todas aquellas personas que han incidido en ella; como es el caso de Daniel Ortuño, actual productor del programa y quien ha sido responsable de mantener el espacio vivo la mayoría de este tiempo que lleva al aire.
Con el motivo de mirar atrás a estas casi dos décadas de compartir música fuera de lo ordinario, conversamos con Ortuño sobre lo que significa este aniversario así como el mutuo impacto entre Fin de Pendiente, sus oyentes y todas las personas que han atravesado su cabina construyendo esta esencia única que define al programa.
En la constante tarea de descubrir música nueva
Descubrimientos, piezas nuevas e interesantes, fuera de lo promedio. Son algunas características que definen lo que Daniel valora en la música que escucha y comparte a través del programa.
Este ingeniero de profesión ha vivido la música desde siempre: escuchando la radio con sus papás, tocando la guitarra durante el colegio, desarrollando poco a poco su propio gusto musical, construyendo su colección de CDs y vinilos que resultaron parte de un «efecto mariposa» que lo encaminaron a la cabina de radio.
Precisamente porque uno de los pilares de su programación es llevarle música nueva, al igual que un programa de gran calidad cargado de energía al público, tiene en sus manos varias tareas entre las que resaltan el permanente estado de buscar música, la atención a nuevos lanzamientos, darle orden a las canciones y contenido del programa, especialmente ante programas especiales que requieren de extra investigación,entre otras.
Aunque sean parte de su trabajo, Daniel no falla en incorporar la música en su cotidianidad. Pone algunas piezas mientras desayuna, acompaña con un disco sus momentos de ocio y hasta se acuerda de buscar alguna canción que tenía apuntada.
En general, todos los ámbitos de lo artístico son una pieza motora para él y la conexión con esta rama le ha despertado el sentimiento de que el arte lo podemos hacer todos.
“(espero) que ( a las personas oyentes) les cause el mismo impulso de curiosidad que me causa a mí buscar música todas las semanas”. Daniel Ortuño, productor de Fin de Pendiente
El recorrido hacia la cabina de radio
El programa se ha encargado de darle una luz especial a la música que surge de sellos independientes a nivel mundial e incluyendo una amplia gama de géneros.
La iniciativa de Nadia Reyma, surgió tras haberse empapado de la música independiente de las radios universitarias en Los Estados Unidos, donde ella vivía y cursaba su carrera. Durante una temporada de estudios en la Universidad de Costa Rica, fue cuando Reyma tocó las puertas de Radio U y así se abrió paso el programa en la frecuencia radiofónica.
Desde el primer episodio al aire atrae oyentes, como el hermano de Daniel, Max Ortuño, quien fue su primer puente de conexión con Fin de Pendiente: él le dijo a Daniel que había escuchado en Radio U piezas que nunca se escuchaban en la radio nacional, al siguiente episodio Daniel lo escuchó y el gusto de ambos por el programa los lleva a acercarse a Nadia, y así empiezan a ser parte del proyecto.
La situación cambia a los meses, cuando Nadia regresa a vivir al extranjero y decide heredar a su equipo el programa para que no se cancelara. Con el paso de los años el equipo enfrentó el ir y venir de sus miembros, hasta que en 2008 Daniel se quedó «con las riendas» de Fin de Pendiente.
El programa ha presentado una variedad de géneros, pero los caracteriza la presencia del indie rock, la experimental y la electrónica. Hasta hay una inclusión de trabajos de artistas nacionales pues, evidentemente, el fenómeno de producir independientemente se da en Costa Rica. Así lo explica Daniel:
Ante esta versátil programación, Ortuño menciona que, simplemente hay algunos artistas que han marcado etapas dentro de los años de actividad en Fin de Pendiente. En sus inicios resaltan Pavement, Yo La Tengo, Belle and Sebastian. Otros artistas que han resaltado son Animal Collective, The Microphones y de manera más reciente J Rashad.
Muchos de esos artistas corresponden a las afinidades de Daniel, pero el éxito en entregar música fresca semanalmente es lograr ese balance entre el gusto personal con la apertura a sonidos desconocidos, aclara el productor.
Escuchá en el Programa Pistas Sonoras una entrevista reciente con Daniel Ortuño:
Celebrar la estela que se deja en el dial viendo al futuro
Para Daniel, Fin de Pendiente ha significado una conexión con otras personas, tanto amistades, colegas, artistas y hasta radioescuchas que de otra manera no habría conocido. Expresa sentimientos de honra por seguir haciendo esto en una institución como las Radioemisoras de la Universidad de Costa Rica; espacio que le ha abierto las puertas a compartir experiencias, opiniones, recibir una interacción llena de retroalimentación.
De la misma forma en que encontró un espacio para él, invita a oyentes, músicos y músicas a saber que en Fin de Pendiente hay una plataforma para ellos también desde donde difundir su música.
Se plantea pequeñas metas para continuar con el crecimiento progresivo del programa como el llevar a Fin de Pendiente a una presencia más fuerte en línea, integrar podcasts y cubrir ese terreno para que, tanto sus primeros oyentes como los más nuevos, puedan revisitar el contenido.
Con el hito de los 20 años de aniversario tan cerca, también se propone conmemorar de manera significativa, organizando algún evento, siempre acompañado de la música de corriente independiente que corre por las venas del programa.
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