Las letras LGTBIQ ya se van quedando cortas ante el surgimiento de tantos tipos de personas diversas. Podríamos por supuesto incorporar la H de la gente hetero, y la A de la gente asexual; ésta a la vez contiene por ejemplo a las personas demisexuales.
Y así podríamos seguir mencionando decenas de vocablos que describen a la gran cantidad de seres humanos que se definen de una u otra forma. Comprender esta realidad, más que aprender nuevas palabras o significados, nos plantea una necesidad y es la de reconocer que existe una exquisita diversidad, así como la hay en el planeta y en el universo.
Aceptarlo es bueno no sólo porque nos hace personas más empáticas y abiertas, sino porque necesariamente entramos en ese espacio de lo diverso.
No podemos escapar, porque, estemos de un lado o del otro, pertenecemos a alguno. Una de estas letras nos contiene y nos describe, sea cual sea. Somos diversas las personas, distintas todas, aunque podamos compartir muchas características.
Particularmente en el tema de la Diversidad Sexual, podríamos incluso abrir el abanico y pensar por un momento en la diversidad de cuerpos que existen, en la diversidad de deseos, de gustos, de fantasías, de expresiones de la sexualidad.
Si seguimos abriendo, podríamos incluir la diversidad de vivencias y necesidades en torno al sexo. En fin, no es posible negar la diversidad, más bien, nos haría bien como especie visualizarla y respetarla.
Crear espacios para conversar la Diversidad es justo y necesario. Espacios como el que disfrutamos en el TEC (Instituto Tecnológico de Costa Rica) el pasado martes 16 de mayo, durante la transmisión en vivo del programa Sexo Sentido, como parte de la celebración de la Semana de la Diversidad organizada por Diversidad TEC.
Escuchá el programa especial sobre Diversidad aquí.
View this post on Instagram
