Es posible sacar el gluten de la dieta y tener salud. Busque asesoría de especialistas, haga una lista de los alimentos que puede consumir e intégrese a grupos de personas que tienen la misma condición alimentaria.
Un diagnóstico de enfermedad celíaca o de alergia o sensibilidad al gluten trae consigo muchos cambios. Dependiendo de la condición, hay que hacer variaciones completas en la manera de comer. ¿Cómo sobrellevar la situación sin afectar la salud?
La nutricionista y especialista en el tema, Arianna Jiménez Cook explica que en estos casos la asesoría nutricional es fundamental. Eso sí, un seguimiento que incluya los alimentos que se deben restringir pero también una guía informativa que permita conocer todo lo que tiene a su disposición. Que le permita a la persona darse cuenta, como dice el refrán, que “cuando una puerta se cierra, otra se abre.”
“Estos cambios deben venir desde el amor y no desde el rechazo. Los familiares deben tener conocimiento al respecto para apoyar a la persona y puede ser abrumador al inicio”, indica Jiménez.
Luego del diagnóstico, el consejo inicial de Jiménez es trabajar en una lista de todo lo que pueden comer en vez de centrarse en lo que no pueden comer. “El mercado que se ha abierto para los productos libres de gluten, es increíble. Si nos ponemos a pensar, un día sin gluten es muy parecido a un día con gluten.”
Haga los cambios a partir del diagnóstico correcto
Eliminar el gluten de la dieta no debería ser una decisión para bajar de peso, una moda o basada en especulaciones. Jiménez recomienda que ante la mínima duda, lo mejor es visitar una persona especialista en gastroenterología.
La biopsia de duodeno es la prueba diagnóstica que se utiliza para tomar la decisión de sacar el gluten de la dieta. Esta prueba arroja el diagnóstico definitivo y a partir de sus resultados, se toman decisiones. No es lo mismo tener el diagnóstico de enfermedad celíaca que el de alergia al gluten o de sensibilidad al gluten.
La enfermedad celíaca es un padecimiento crónico y para toda la vida. Es de tipo inmune y se produce en el intestino delgado. Puede aparecer a cualquier edad y se manifiesta a través de síntomas gastrointestinales y extraintestinales (cuadros de diarrea, dolor de cabeza, migrañas, entre otros, que varían de acuerdo con la persona). Su diagnóstico implica sacar el gluten de sus rutinas diarias así como todos los utensilios y productos que contengan trazas de gluten.
En la sensibilidad al gluten se presentan los mismos síntomas que con la enfermedad celíaca, pero cuando se hacen los exámenes para determinar si la persona tiene la enfermedad, sale negativa. En este caso la contaminación cruzada no es tan perjudicial como en el caso de la enfermedad celíaca.
Por su parte, la alergia al gluten se manifiesta inmediatamente después de haber consumido este producto. La persona puede empezar a sentir inflamación sistémica, anafilaxia, hinchazón o picazón, ojos llorosos o dificultad respiratoria.
Lo importante, según Jiménez, es abordar cada condición con tranquilidad, de manera individual y con seguimiento multidisciplinario: medicina, nutrición y hasta psicología, ya que los cambios pueden ser grandes y de un día para otro.
“El diagnóstico es una oportunidad grandísima de darle todo el cariño a nuestro cuerpo y de incorporar alimentos que antes no consumíamos. Inspirarnos a hacer recetas nuevas, buscar grupos de apoyo y personas que nos puedan ayudar son parte de las claves. La información es fundamental”, enfatiza Jiménez.
Una alimentación libre de gluten
Las opciones de alimentos y productos libres de gluten cada vez son más variadas y están a mayor disposición de todas las personas.
Según Jiménez, la dieta costarricense no depende mucho de los alimentos con gluten. Se puede consumir gallo pinto, tortillas de maíz, granolas (fijarse que no tengan harina de trigo), y también puede incorporar yuca o papa a sus preparaciones. Incluso el casado sin gluten no es muy diferente al casado con gluten.
Otro aspecto importante es buscar apoyo de personas que estén pasando por la misma situación. “A veces uno quiere hacerlo todo solo, pero buscar apoyo siempre va a ser una buena herramienta y va a ayudar que la transición sea más llevadera”, dice Jiménez.
En grupos como Celiacos y celiacas de Costa Rica oficial las personas se dan apoyo, cuentan sus experiencias y brindan opciones que van desde champú y crema, hasta restaurantes libres de gluten.
“Recuerden que todo cambio debe venir del amor y el cuidado. Esto aplica para todo lo relacionado con alimentación. En estas patologías hay que darle mucho amor y cariño al cuerpo y saber que todos los cambios son para cuidarlo y honrarlo” – Dra. Arianna Jiménez Cook, nutricionista.
Encuentre más información en la entrevista de Consúltenos sobre Nutrición.