¡Sí! sí es posible criar de forma diferente sin gastar en constantes premios o fuertes castigos. La Disciplina positiva senta responsabilidades y límites a los niños y niñas.
Salir a hacer un “mandado” con una niña o niño puede convertirse rápidamente en un momento bochornoso por un berrinche. Tal vez no comprar algo que quería, que estén aburridos o hasta que prefieran estar en otro lugar. ¿Cómo afrontar la situación? ¿Qué hacer entonces?
La educadora en educación especial Carolina Díaz, explica en Saber Vivir la disciplina positiva como una forma de crianza empática con los sentimientos que asigna responsabilidades.
Se trata de acciones con impacto a largo plazo que mantiene firmes las decisiones de padre, madre o persona cuidadora, pero brindando herramientas a los niños y niñas para que aprendan a afrontar situaciones difíciles.
Según Díaz los castigos y premios por el comportamiento son eficientes a muy corto plazo, pero arrastran inseguridades y necesidades de aprobación a largo plazo.
La especialista recomienda anticipar eventos, validar cómo se podría sentir y darle opciones para que afronte esta situación. Esto se explica mejor con este ejemplo:
Las personas menores de edad aprenden por imitación. Díaz asegura que la autogestión emocional de padres y madres repercute en la autogestión de los hijos e hijas para el futuro. Esta es una práctica que las personas terminarán aprendiendo poco a poco.
La experta resalta que es importante educar desde los valores y con frases como “Te comprendo”, “Yo te escucho” o “Sé que estás enojado en este momento, mamá va a estar a tu lado, si necesitas algo me avisas”. Esto permite un espacio seguro para expresar sus sentimientos para afrontar la vida..
Otra buena práctica recomendada por la educadora es integrar a los hijos e hijas en las actividades colaborativas como cocinar (con precaución) o limpiar. Esto tenerlo en cuenta en momentos donde los niños y niñas parecen no dejarle realizar esas labores.
“No molestan, ellos juegan (los niños) con quitarnos cosas, salir corriendo. Porque quieren la atención de mamá (su padre y madres)” – Carolina Díaz, docente de educación especial.
Estas prácticas y recomendaciones no quita que asuman responsabilidades. Díaz asegura que asignar labores ayuda a que los hijos e hijas se sientan útiles e importantes en su hogar.
Para esto es importante seguir una rutina y asignar labores para colaborar en el hogar, siempre enfatizando en que NO es un castigo, sino que es para que se haga cargo de sus responsabilidades.
Dependiendo de la edad puede empezar asignando tareas como: limpiar su cuarto, empezar a lavar o planchar su ropa.
Puede escuchar el programa completo en el el siguiente enlace. Así como contactar a la invitada del programa en Instagram y Facebook.