El nuevo informe del IPCC señala que algunos impactos del cambio climático, como la extinción de especies, ya no tienen forma de repararse. Sin embargo, repensar la interacción entre la humanidad y la naturaleza, ofrece una oportunidad para el futuro.
El cambio climático ha traído algunas pérdidas irreversibles, como lo son las primeras extinciones de especies. Otros impactos, como las afectaciones en las aguas del planeta por el retroceso de los glaciares, o los cambios en algunas montañas, se acercan a la irreversibilidad, según lo establece el último informe del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC), publicado este lunes.
Ante esto, la comunidad científica hace un llamado urgente a tomar medidas ambiciosas de adaptación al cambio climático y a considerar la relación entre la humanidad y la naturaleza, como una oportunidad para construir un futuro seguro.
Según el informe, el cambio climático ha causado un deterioro en la estructura y funcionamiento de los ecosistemas y en su capacidad de adaptación natural, así como cambios en el calendario estacional, lo que trae también consecuencias socioeconómicas adversas.
Debido a estos eventos, millones de personas han quedado expuestas a una situación de inseguridad alimentaria e hídrica, especialmente en África, Asia, América Central y del Sur, así como en islas pequeñas y el Ártico.
“Este informe entraña una seria advertencia sobre las consecuencias de la inacción”, expresó Hoesung Lee, presidente del IPCC.
“En el informe se demuestra que el cambio climático constituye una amenaza cada vez más grave para nuestro bienestar y la salud del planeta. Las medidas que se adopten en el presente determinarán la forma en que las personas se adaptarán y cómo la naturaleza responderá a los crecientes riesgos climáticos”.
El informe recién publicado, corresponde a la segunda entrega del Sexto Informe de Evaluación (IE6) del IPCC y está enfocado en los impactos, la vulnerabilidad y adaptación al cambio climático. La primera entrega del IE6, se publicó en el 2021 y expuso las bases científicas sobre el cambio climático.
En esta nueva entrega, se examinan los impactos del cambio climático en la naturaleza y en las personas de todo el mundo. Además, se estudian los impactos futuros con diferentes niveles de calentamiento global y se ofrecen opciones para fortalecer la resiliencia de la naturaleza y la sociedad.
El informe fue aprobado ayer domingo 27 de febrero, por los 195 Estados Miembros del IPCC e involucró a 270 personas autoras de 67 países.
Proteger la naturaleza y repensar las ciudades
El cambio climático ha causado daños sustanciales y pérdidas cada vez más irreversibles en los ecosistemas terrestres, marinos y de agua dulce y, con el paso del tiempo, disminuye la capacidad de estos ecosistemas y de los humanos a adaptarse a estos cambios.
Sin embargo, el informe aclara que si el aumento de la temperatura global se mantiene por debajo de 1,5 C, se podrá reducir sustancialmente las pérdidas y daños proyectados si hubiese temperaturas más altas, pero no se podrán eliminar por completo.
Para ello, en la nueva entrega, se exponen las posibilidades que la naturaleza ofrece para reducir estos riesgos climáticos y, al mismo tiempo, mejorar la vida de las personas.
Según Hans-Otto Pörtner, copresidente del Grupo de Trabajo II del IPCC, los ecosistemas sanos tienen una mejor capacidad para adaptarse al cambio climático y prestan servicios indispensables para la vida, como el suministro de alimentos y agua limpia.
Bajo esta línea, al restaurar los ecosistemas degradados y conservar entre el 30% y el 50 % de los hábitats terrestres, marinos y de agua dulce, la sociedad puede beneficiarse de la capacidad de la naturaleza de absorber y almacenar carbono, pero para ello, es fundamental contar con el apoyo financiero y político adecuado, explicó Pörtner.
Y es que no solo la naturaleza se ve afectada por los efectos del cambio climático, las ciudades son puntos críticos de impactos y riesgos, pero también una parte esencial de la solución.
Según el informe, la salud, los alimentos, las infraestructuras, así como las fuentes de energía y transporte, se ven cada vez más perjudicados por las olas de calor, las tormentas, las sequías y las inundaciones. Estos impactos, se concentran en su mayoría en las zonas social y económicamente vulnerables.
Además, los costos de mantenimiento y reconstrucción de la infraestructura urbana, incluida la construcción, el transporte y la energía, aumentarán con el nivel de calentamiento global.
A nivel mundial, el cambio demográfico en ciudades y asentamientos ubicados en zonas bajas, hará que aproximadamente 1.000 millones de personas estén en riesgo de peligros climáticos costeros, señala el informe.
“La creciente urbanización y el cambio climático, en conjunto, crean riesgos complejos, especialmente en aquellas ciudades que ya tienen un crecimiento urbano mal planificado, altos niveles de pobreza y desempleo, y una falta de servicios básicos”, agregó Debra Roberts, copresidenta del Grupo de Trabajo II del IPCC.
Sin embargo, las ciudades también brindan oportunidades para la acción climática: los edificios verdes, el suministro fiable de agua limpia y energías renovables, así como los sistemas de transporte sostenibles que conectan las zonas urbanas y rurales pueden contribuir a una sociedad más inclusiva y justa, explicó Roberts.
Adoptar medidas con urgencia
“Ya no es posible continuar con medias tintas”, manifestó Hoesung Lee, mientras el informe expone que las brechas entre las medidas adoptadas y lo que se necesita para hacer frente a los riesgos, son cada vez más profundas y se agrandan entre las poblaciones de menores ingresos.
Además, la resiliencia, entendida como la capacidad de transformación y adaptación, presenta desafíos con los niveles actuales de calentamiento. La nueva entrega indica que el desarrollo resiliente será más limitado si el calentamiento global supera los 1,5 °C y, en algunas regiones, será imposible si aumenta más de 2 °C.
Ante esta conclusión, la comunidad científica señala la urgencia de una acción climática enfocada en la igualdad, la justicia y las particularidades de cada región.
Para esto, el nuevo informe incorpora una sección especial sobre los impactos y los riesgos del cambio climático y las opciones de acción para las ciudades y los asentamientos ubicados junto al mar y en bosques tropicales, montañas, puntos críticos de biodiversidad, tierras secas y desiertos, el Mediterráneo y las regiones polares.
“La evidencia científica es inequívoca: el cambio climático constituye una amenaza para el bienestar de la humanidad y la salud del planeta. Si se sigue retrasando la puesta en marcha de una acción concertada a nivel mundial, se agotará el plazo breve y en rápida disminución del que disponemos para asegurar un futuro digno”, concluyó Pörtner.