La indecisión se perpetúa en la elección de los 57 diputados para el cuatrienio 2022-2026 hasta alcanzar un 47% de los probables votantes, aunque falte menos de una semana para depositar las papeletas en las urnas.
Considerando el margen de error de la encuesta, se puede decir que la población indecisa para efectos legislativos es la mitad de los ciudadanos y ciudadanos de Costa Rica, a pesar de que la oferta de partidos es aún mayor que para la presidencial.
Este escenario de duda predominante lo advirtió el Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP) de la Universidad de Costa Rica (UCR) en la encuesta desarrollada entre el jueves 27 de enero y el martes 1 de febrero, en la última medición de intención de voto antes de la elección del 6 de febrero.
Sin embargo, la alta indecisión para efectos de los nuevos diputados quedó advertida desde la encuesta de mitad de enero, que señaló que en cinco provincias se superaba el 50% de los probables votantes.
En esta ocasión los encuestadores consultaron por los partidos favoritos entre quienes ya tienen una inclinación electoral y aparecen como favorecidos Partido Liberación Nacional (13,4% de las respuestas) y su rival histórico Partido Unidad Social Cristiana (PUSC, 10,5%).
En tercer lugar Frente Amplio, con 6,8%, pero prácticamente igualado por el debutante Progreso Social Democrático (PSD, 6,3%), cuyo rostro más visible en las provincias es el de la periodista Pilar Cisneros, aunque ella solo es candidata en San José.
Nueva República, del candidato presidencial y legislativo Fabricio Alvarado, aparece en la quinta posición con un 4% de las menciones, un punto arriba del Partido Liberal Progresista (PLP), que lidera Eliécer Feinzaig también con doble postulación, ambos por San José.
Estas cifras no se traducen necesariamente en cantidad de curules, y no solo porque al faltar una semana quedaba aún casi un millón de electores por escoger a una bandera, sino porque las realidades pueden ser distintas en cada provincia e incluso en cantones grandes dentro de ellas.
Los investigadores de CIEP-UCR advierten que la asignación de numerosos escaños acabarán definiéndose por escasas ventajas en la votación para partidos que superen el mínimo de la fórmula electoral, como se ha visto ya en elecciones anteriores en que la definición se da por solo unas decenas.
Tampoco resulta correcto ligar la elección presidencial con la legislativa, pues solo dos de cada tres electores dicen que votarán por el mismo partido en ambas papeletas; es decir, el 35% pretende “quebrar” el voto.
Las motivaciones para asignar el respaldo a las listas legislativas de los partidos tampoco permiten un nexo directo entre ambas papeletas, pues solo el 49% dice que se debe escoger según la bandera del partido y el 22% responde que es necesario conocer quiénes integran esas nóminas hechas por las agrupaciones.