La riqueza cultural e histórica del Caribe Sur de Costa Rica ha sido la inspiración para la Dra. María Suárez Toro para la creación de las 12 crónicas que conforman su nuevo libro “Tona Ina, la misteriosa luz del mar en el Caribe”. El ejemplar fue publicado por el Centro de Investigaciones sobre Diversidad Cultural y Estudios Regionales (CIDICER) de la Universidad de Costa Rica e ilustrado por Héctor Gamboa Goldenberg.
La búsqueda de la identidad de barcos hundidos que se hallan a lo largo y ancho del Mar Caribe, ha motivado una exhaustiva investigación por parte de la Dra. Suárez, apoyada en escasos libros referentes al tema y archivos desempolvados.
Sin embargo, la autora ha basado las crónicas, principalmente, en las vivencias de las gentes del Caribe Sur, en las prácticas ancestrales de buceo, en los relatos no documentados de abuelos y abuelas, de buceadores y pescadores, de personas afrodescendientes, indígenas, arqueólogas e historiadoras que han sido partícipes y constructoras de la historia y la cultura caribeña.
La recuperación de estas prácticas ancestrales de buceo y de gestión comunitaria está coordinada actualmente por el Centro Comunitario de Buceo Embajadoras y Embajadores del Mar (CCBEM-Caribe Sur), proyecto gestionado por la Dra. Suárez y creado para los y las jóvenes que desean bucear y adentrarse en el mundo de la investigación arqueológica desde el fondo del mar.
“El personaje de Tona Ina nació porque en Punta Cahuita, donde están los sitios arqueológicos subacuáticos de los barcos esclavistas que estamos investigando, la gente ha sostenido históricamente que siempre vieron luces en noches oscuras” explica Suárez.
La autora indicó a las Radios UCR que “pescadores que llegaron hace 200 años contaron que veían las luces y cuando fuimos a alta Talamanca a contar el cuento de Tona Ina, las personas mestizas afro-bibrí manifestaron que habían visto las luces. Muchos dicen que estas luces los remiten a eventos ancestrales y Tona Ina representa esta luz ancestral”.
Las investigaciones arqueológicas realizadas en el litoral caribe limonense han reforzado la hipótesis de la llegada de dos barcos esclavistas de origen danés, el Fredericus IV y el Christianus V, que naufragaron en la Isla del Caribe, y que trajeron 650 africanos y africanas.
María Suárez considera que la historia de los barcos esclavistas viene a romper varios mitos, entre ellos el que sugiere que los africanos desembarcaron libres en Costa Rica.
“Este es un mito que yo misma he apoyado y que ahora estoy desmintiendo por medio de las investigaciones, porque nadie que ha sido desterrado de su tierra obligadamente, que pasa nueve meses en el sótano de un barco y que venía a ser esclavizado -porque había esclavitud también en Costa Rica- desembarca en condiciones de libertad”, reflexiona María Suárez.
El rescate de la historia limonense
Este es un proyecto de gestión comunitaria para el cual se ha invitado a arqueólogos de otras partes del mundo a colaborar en el desarrollo de capacidades locales y en la investigación realizada por jóvenes buceadores y buceadoras del Caribe Sur.
Según la autora, no se apoyan solamente en el conocimiento arqueológico sino también en la historia oral que se rescata de abuelos y abuelas, así como en el conocimiento ancestral que tiene la propia comunidad sobre artefactos encontrados en la búsqueda marina, como anclas, cañones, balas de cañón, teteras y esmeriles, que la historia oral sugiere que provienen de barcos piratas, ya que la zona del Caribe fue un sitio perfecto como escondite para estos barcos.
La Dra. Luz Marina Vásquez Carranza, directora del CIDICER, expresa que es un compromiso y una responsabilidad esencial generar investigación y divulgar el conocimiento sobre estudios regionales y diversidad cultural, por lo que desde el Centro se ha brindado un importante apoyo en producción, edición y publicación del libro.
“Tenemos una deuda histórica con la herencia afro y es fundamental el contribuir con el desarrollo social de los diversos grupos humanos, especialmente de estos grupos humanos que han sido estigmatizados e invisibilizados. Retomar la herencia de los ancestros es fundamental en este redescubrimiento de lo que es ser afrodescendiente”, asegura la autora de Tona Ina.