Lineth, Piza y el Dr. Hernández: un duelo particular por la herencia socialcristiana

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Álvaro Murillo (Semanario Universidad, en colaboración para Interferencia)
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La candidata presidencial del PUSC, el de Nuestro Pueblo y el del Republicano compiten por el mismo segmento, de por sí pequeño, y hasta la misma dirigencia, aunque con distintas condiciones cada candidatura
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Hace solamente ocho años Lineth Saborío, Rodolfo Hernández y Rodolfo Piza eran parte de la dirigencia que intentaba resucitar al otrora poderoso Partido Unidad Social Cristiana (PUSC) después del descalabro del 2004.

En 2018 Hernández ya estaba en otra casa fundada con el expresidente Rafael Ángel Calderón, mientras Piza saca una tarea aceptable y se disponía a transar para segunda ronda con Carlos Alvarado (PAC) el mismo día 8 de marzo en que Lineth Saborío participaba en una actividad de figuras del PUSC que apoyaban a Fabricio Alvarado.

En 2022 ya están los tres en casas distintas. Hernández va de candidato presidencial por el Republicano Social Cristiano (PRSC), Saborío arrasó en la convención de junio del PUSC y Piza se alojó en uno de los nuevos partidos, llamado Nuestro Pueblo, después del rechazo que recibió en sectores socialcristianos tras desempeñarse un año como ministro de la Presidencia en el gobierno de Carlos Alvarado.

Así se configura un duelo particular entre Saborío, Piza y Hernández por la población afín al socialcristianismo o a lo que este fue, como una base que les permita comenzar a crecer hasta alcanzar un respaldo suficiente para entrar al menos a una segunda ronda. Son los protagonistas de una competencia particular que corre paralela a la carrera general en la que podrían participar hasta 27 candidaturas presidenciales.

En ello coincide el politólogo Sergio Araya, estudioso del socialcristianismo en Costa Rica desde la Fundación Konrad Adenauer. “Dentro de todo el cuadro de candidaturas hay rivalidades directas y esta es una de ellas. Compiten por un público objetivo inicial que en este caso llegó incluso a pelear por dirigencia local en ese terreno que los tres ya conocen”, comentó.

Araya advirtió que esa población afín al PUSC pudo representar hasta un 9% del electorado en los últimos años, pero también se ha dispersado e incluso se ha reducido por el envejecimiento, al tratarse de personas que militan ahí desde el origen del partido, 40 años atrás.

Sin embargo, subraya que sigue siendo una población valiosa y más aún en un contexto de fragmentación y de indecisión en que cada voto resulta apetecido por los partidos, sobre todo cuando hay núcleos con una mayor propensión a participar.

También Araya explica que otros ciudadanos de identidad socialcristiana o de pensamiento similar podrían también apoyar a otras fuerzas dirigidas por figuras que en algún momento militaron en el PUSC, como Unión Liberal (con Otto Guevata como candidato a diputado) o incluso Costa Rica Justa, fundado por el diputado disidente del PRSC Dragos Donalescu, aunque haya fichado como candidato presidencial al exliberacionista Rolando Araya.

Sin embargo, el mayor foco socialcristiano lo tienen Saborío, Piza y Hernández, cada uno con condiciones distintas. Saborío llega como la poseedora de la bandera histórica y rodeada de la dirigencia más leal, mientras Piza se presenta como un político más conectado con la actualidad y con la medalla de haber dirigido al PUSC en su recuperación en la última década, aunque con el costo o el beneficio de representar un pensamiento más cercano al liberarismo económico. Mientras, Hernández podría apelar al calderonismo más acentuado si Calderón interviene con mayor protagonismo público, lo cual no ha ocurrido hasta ahora.

Como desventajas, Araya mencionó que Lineth Saborío lleva 15 años retirada de la primera línea política, que Piza paga una factura pesada por su gestión como ministro de la Presidencia del gobierno actual y que Hernández ha mostrado ser un político errático y de escaso liderazgo propio, además de que ni siquiera fue la opción número uno para la candidatura presidencial en el PRSC.

Se suma otra diferencia evidente: Piza y Hernández se postulan también para una curul legislativa por San José, lo que los enfrenta en otro duelo directo y también proyectan una señal que para en una parte del electorado puede leerse como poco interés genuino por la Presidencia.

Tanto Piza como Saborío hicieron pública la inscripción de sus candidaturas este jueves, en el penúltimo día del período que dispone el Tribunal Supremo de Elecciones para los aspirantes a los 60 cargos en disputa el 6 de febrero.

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