Las tradicionales reuniones del 24 y 31 de diciembre y la “tamaleada” de fin de año podrían tener un impacto en la cantidad de contagios de COVID-19 en el país, pues no todas las personas se mantendrán en sus burbujas sociales durante esas fechas, según la Encuesta Actualidades 2020, elaborada por estudiantes del curso de Diseño de Encuestas por Muestreo, de la Escuela de Estadística de la Universidad de Costa Rica (UCR).
Aunque una mayoría de la población sí piensa compartir las festividades solo con los miembros de su hogar, también hay un pequeño grupo (una de cada cuatro personas) que entre sus planes tienen mezclar burbujas sociales.
En ese último grupo hay un porcentaje alto que admite tener prácticas habituales de riesgo a contagio del nuevo coronavirus (40%).
La encuesta también advierte que si bien este año solo tres de cada diez hogares planea hacer la tradicional “tamaleada”, esta actividad también podría diseminar el virus que causa la COVID-19, pues en más del 30% de esos hogares residen personas que tienen planeado compartir con otras fuera de casa o que se exponen habitualmente al riesgo de contagio.
La Encuesta Actualidades 2020 entrevistó a 1.280 personas que representan a más del 97% de la población costarricense mayor de 18 años. Las entrevistas se realizaron entre el 10 y 27 de octubre por llamadas a teléfonos celulares.
El estudio también muestra que la población se siente “medianamente vulnerable al coronavirus, pues el riesgo percibido de infección es, en promedio, de 5,6 (en una escala de cero a 10) y la severidad en la salud en caso de padecer el contagio es 6,0”, dice el informe.
Las principales preocupaciones se encuentran en quedarse sin dinero, ser una personas asintomática, ser una persona asintomática o la salud física y mental.