Construcción de nuevo Centro Nacional de la Música se encareció en $8 millones tras 7 años de atraso

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Sharon Bermúdez Benavides, Mariana Cajina Rojas y María Laura Molina Cordero
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Con la llegada de un nuevo director al centro también cambió la visión sobre el proyecto. Se contrató a la agencia Unops y se hicieron decenas de cambios a los planos. Sin embargo, tras varios años, no existe el prometido edificio.

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Elena Loaiza tiene 22 años e ingresó hace más de una década al Instituto Nacional de la Música (INM), el cual está a cargo del Centro Nacional de la Música (CNM), para aprender a tocar el clarinete. El edificio en donde estudia, ubicado en Moravia, es un lugar de pasillos estrechos, sobrepoblado de estudiantes, con pocos espacios para ensayar, cortes de agua frecuentes e instrumentos dañados.

Hace unos 7 años, a Elena la ilusionó escuchar que se construiría un nuevo edificio con salas de ensayos para 800 estudiantes, un teatro con acústica profesional y capacidad para 700 personas.

La promesa del nuevo edificio, que incluso se divulgó en medios de comunicación, fue tener un lugar con condiciones especiales para la educación musical en el país.

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Así sería por dentro el nuevo Centro Nacional de la Música, según el plan. (Imagen: sitio web de Unops).

Elena está a punto de graduarse y de aquel nuevo edificio que las autoridades prometieron no se colocó hasta ahora ni un ladrillo.

Ella menciona que se han comprado sillas y atriles nuevos y que con esos materiales se podrían reemplazar los actuales que están en mal estado, pero que “no se puede utilizar porque el Estado dijo que era material para el edificio nuevo», según ha escuchado que se dice en el Instituto.

El CNM es un órgano de desconcentración mínima del Ministerio de Cultura y Juventud creado para fomentar la formación académica musical. El proyecto de construcción de un nuevo edificio para este centro inició en el 2013 con un costo de $6 millones provenientes de su propio presupuesto y del Ministerio de Cultura, y se tenía previsto que estuviese listo y equipado en el 2015.

No obstante, al día de hoy nada de eso ha ocurrido y el valor de la obra más bien aumentó, según reconocieron el director del CNM, Gabriel Goñi, y la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (Unops), la cual administra el proyecto. Sus declaraciones se dieron ante consultas de un equipo periodístico que analizó todo el expediente de la construcción.

A finales de noviembre, Goñi indicó que el total de realizar la obra se aproximará a los $14 millones, es decir, $8 millones más del costo inicial.

¿Qué pasó durante estos años? Una maraña de trámites que parecen extraídos del manual de la burocracia estatal y que incluyen el cambio en la dirección del CNM, atrasos en la obtención de permisos, permisos vencidos, cambios en los planos y hasta la llegada de una nueva agencia internacional para administrar el proyecto, según se desprende del análisis del expediente.

Cada una de las partes involucradas aduce responsabilidad a distintas circunstancias. Pero para entenderlo, es necesario hacer un recuento cronológico de lo ocurrido.

El primer intento

Cuando inició el plan, en el 2013, el director del CNM era Guillermo Madriz. En su gestión, se solicitó permiso a la Contraloría General de la República (CGR) para realizar contrataciones directas concursadas para los planos y la construcción.

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En este edificio funciona actualmente el Centro Nacional de la Música. (Foto: Sharon Bermúdez).

La contratación directa concursada es un mecanismo por medio del cual la administración del proyecto solicita la posibilidad de elegir directamente a la empresa constructora, debido a la complejidad y especificidad del edificio.

En entrevista con este medio, Madriz adujo que era necesaria una contratación directa para acelerar los plazos en vista de que era una obra de interés público y en la elección de la empresa se tenían que considerar aspectos como años de servicio, metros cuadrados y el perfil de los profesionales.

Según Madriz, este procedimiento era necesario porque “en Costa Rica no se ha hecho una sala de conciertos porque ni siquiera el Teatro de la Aduana lo es, ningún espacio como este se ha construido en los últimos 20 o más, en nuestro país. (…) Entonces, buscamos de alguna forma garantizar el éxito del proyecto a través de experiencias serias”, dijo en entrevista.

La CGR autorizó la contratación directa concursada de la empresa Zürcher Arquitectos para que realizara los planos del edificio. En el 2014, todavía bajo el liderazgo de Madriz, el CNM dio por aprobados los planos elaborados por Zürcher.

No obstante, no ocurrió lo mismo con la contratación de una empresa constructora.

Madriz había propuesto contratar de manera directa a una de las compañías Edificar S. A., Edica S. A., Decisa S. A., Vanderlat y Jiménez S. A. y Volio Trejos S. A., pero la CGR rechazó el proceso porque consideró que era necesario que el CNM justificara la existencia de las pocas empresas capaces de llevar a cabo el proyecto.

Aunque el CNM alegaba haber consultado a varias entidades e incluso al Colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos (CFIA), para la Contraloría la respuesta dada era “ambigua y omisa” sobre la justificación de por qué solo esas empresas podían llevar a cabo el proyecto.

Madriz dejó la dirección del CNM a finales del 2015, sin que todavía la Contraloría hubiese aprobado la contratación de una compañía constructora.

Este es el terreno en Moravia donde se construiría el nuevo CNM. Está ubicado a un costado del edificio actual. (Foto: Sharon Bermúdez).
Este es el terreno en Moravia donde se construiría el nuevo CNM. Está ubicado a un costado del edificio actual. (Foto: Sharon Bermúdez).

Segundo intento: ajustes y tensiones

Tras la salida de Madriz, en el 2016 el cargo de director del CNM lo asumió Gabriel Goñi, quien hasta entonces era el director del INM.

“Cuando entré, yo dije: no me voy a meter en este problema”, comentó Goñi, haciendo referencia al proceso de construcción que había iniciado Madriz.

Goñi decidió entonces buscar a la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (Unops, por sus siglas en inglés). Según contó a este medio, lo hizo por recomendación de la madre de un estudiante del INM, quien era funcionaria en una institución pública y ya había trabajado con esa agencia.

Unops es parte de Naciones Unidas y se encarga de administrar proyectos de infraestructura. En Costa Rica se estableció en el 2013 con la promesa de agilizar los proyectos de obra pública, pero en su paso por el país ha gestionado varias construcciones con cuestionamientos por atrasos en sus proyectos y negar acceso a la información. (Ver recuadro).

Aunque se trata de una organización sin fines de lucro, la Unops cobra los costos implicados en la ejecución de este proyecto. Goñi detalló que ese valor ronda el 11% del total del proyecto.

En octubre del 2017, se dio un primer desembolso de $4.591.378 de parte del CNM a una cuenta bancaria a nombre de Unops. Eso es el 68% del monto total inicial acordado con esta administradora de proyectos ($6.780.510).

Según el actual director, a partir de esta fecha, el planteamiento fue que finalizarían toda la construcción en dos años y tres meses, es decir, aproximadamente en enero del 2020.

No obstante, el proyecto empezó a tener más piedras en el camino. De acuerdo con Goñi, Unops consideró que los planos que ya habían sido aprobados en la anterior administración del CNM no cumplían con sus estándares.

Faltaban butacas, cortinas acústicas, iluminación escenográfica, detalles en el cumplimiento de la ley 7600 y sistema contra incendios, según explicó Goñi en entrevista.

Asimismo, mencionó que hubo que hacer una negociación con Zürcher, ya que los planos se habían recibido a satisfacción.

“Madriz recibe los planos a satisfacción sin que hubiera un técnico que lo haya revisado, los revisa Unops y detectó que habían un montón de errores, como 190. Nosotros no nos hubiéramos dado cuenta, tal vez si hubiera empezado el edificio, se pueden empezar a caer las paredes”, argumentó Goñi.

Ante esto, Zürcher realizó 81 correcciones indicadas por Unops a los planos. Este proceso duró 2 años, en lugar de los dos meses que se tenían previstos inicialmente.

Por su parte, Martha Aráuz, gerente general de Zürcher, dijo en entrevista que, al solicitar los cambios, Unops no entregó cronograma para finalizar con los ajustes y que esa fue una de las razones por las que se retrasó el plan.

Aráuz agregó que la empresa de arquitectura no tenía la obligación de hacer los ajustes porque los planos ya habían sido aprobados en la gestión de Madriz, pero que aún así llevaron a cabo las modificaciones.

Añadió que incluso el consultor estructural se rehusó a realizar los cambios y por ello tuvieron que contratar a otra persona.

Se consultó al exdirector Madriz sobre por qué aprobó los planos inicialmente, pero responsabilizó a la dirección administrativa de ese entonces, de recibir los planos. Asimismo, indicó que “los responsables de la obra también es la firma Zürcher, un arquitecto o un ingeniero mecánico pone su firma en esos planos y asume esa responsabilidad”.

(…) “El recibido conforme se dio creo que por parte de la dirección administrativa (Marianella Sandí), es la encargada de llevar el proceso administrativo como tal. Y obviamente, de hacer el pago respectivo. (…) Y sí, sé que se tuvo el acompañamiento de un par de profesionales dentro del mismo Ministerio de Cultura”, argumentó.

Luego reconoció que pudo haber una falta de control o una omisión, pero no con fin de afectar, sino porque al final “uno no recibió la asesoría o acompañamiento respectivo. Sería incluso injusto poder decir que todas las acciones son responsabilidad de equis persona”, expresó.

Lo cierto es que, a setiembre del 2020 se había invertido apenas un 10% del monto financiero global.

Recientemente, la dirección general del Centro Nacional de la Música dio el visto bueno para contratar a la constructora Eliseo Vargas y Asociados S. A., por un monto de $11,5 millones.

El director del Centro y Unops estiman que el edificio estará construido a inicios del 2022.

Mientras tanto, Elena y las demás personas que estudian, siguen a la espera de un espacio con las condiciones óptimas para continuar sus estudios y aportar por medio de sus talentos a la cultura nacional.

(Este reportaje fue realizado como parte del curso de Periodismo Investigativo de la Escuela de Ciencias de la Comunicación Colectiva en la Universidad de Costa Rica).

 

Características de Centro de Música único en el país

 

– Aulas acondicionadas acústicamente para la educación musical. Cada aula estará especialmente diseñada para instrumentos específicos de viento y percusión.
– Un auditorio interno con capacidad de albergar a 800 personas. 
– Camerinos con lockers para los instrumentos y vestuario de las y los artistas.
– El edificio contará con aire acondicionado, muebles, pizarra, butacas, cortinas acústicas, iluminación LED, inteligencia para ahorro de energía, techo con capa de césped artificial para proteger la acústica, sistema contra incendios de última generación con un tanque de agua que colaborará con la acústica de las aulas de vientos.
– Albergará las bibliotecas tanto de la Orquesta Sinfónica Nacional cómo del Instituto Nacional de la Música.
– La sala de conciertos contará con salas de monitoreo, iluminación y sonido. Además de un anfiteatro externo y un espacio destinado para una eventual cafetería.

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Cuestionamientos a Unops

El trabajo de la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (Unops) en Costa Rica ha sido cuestionado en varias ocasiones por los atrasos en la finalización de los proyectos y aumentos de costos en las obras. Uno de esos proyectos son los pasos a desnivel en Circunvalación, proyecto en que los costos de Unops aumentaron 86% en cinco años, según publicó el diario La Nación. 

Además, en abril de este año la Contraloría General de la República pidió a la Caja Costarricense del Seguro Social investigar a esa agencia por el aparente incumplimiento de cargas sociales de sus trabajadores. La Unops alega estar exenta de esos pagos por ser un organismo internacional. También se le ha cuestionado por falta de transparencia en sus expedientes sobre contrataciones públicas.

 

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