En resumen: Los hogares costarricenses dejaron de contratar a casi 63.500 mujeres. Ellas trabajaban en casas de habitación como trabajadoras domésticas, cuidadoras, encargadas de jardinería y otras labores similares brindadas a los hogares. La caída se observa como comparación del segundo trimestre del 2019 y el segundo trimestre del 2020.
En este artículo, originado de una verificación a un texto de La Nación, describimos cuáles son los principales grupos afectados por el desempleo durante la pandemia de la COVID-19 en Costa Rica. Es cierto lo que señala La Nación cuando indica que casi el 60% de las personas desempleadas no terminaron el colegio. Sin embargo, ese dato pierde de vista cuáles son los grupos más golpeados.
Las empleadas domésticas: el grupo más afectado
Las mujeres que hacen trabajo doméstico pertenecen al grupo con mayor afectación. La mitad de ellas perdieron el empleo. El país perdió 63.500 empleos de trabajadoras domésticas o similares. Ese es el faltante si se compara el segundo trimestre del año pasado con el mismo periodo del 2020, según la Encuesta Continua de Empleo del INEC. El país pasó de tener 139.644 trabajadoras a 76.121.
Esta es la reducción porcentual más importante en cualquier grupo de empleo si vemos los datos para hombre o mujeres. Y golpea principalmente a las mujeres.
La caída es aún más importante si consideramos que, para el 2019, el empleo doméstico era la principal rama de actividad en la que se empleaban las mujeres. Un 16,5% de los empleos se generaba en ese sector.
Se trata de trabajos mayoritariamente informales (la informalidad se mantiene en casi un 90% desde el año pasado). Se localizan en la zona central del país (70% de los empleos para mujeres en esta rama están allí) y relativamente mal pagados. Una empleada doméstica recibiría un equivalente promedio de ₡273.406 por mes, si usamos como base para el cálculo el salario promedio por hora.
Los números de la encuesta no permiten inferir con precisión cuántas mujeres jefas de hogar que se dedicaban a trabajo doméstico perdieron su trabajo entre 2019 y 2020. Sabemos, eso sí, que 35% de las desempleadas que tuvieron como último empleo algún trabajo relacionado con labores domésticas eran jefas de hogar.
“Una gran mayoría de estas trabajadoras son empleadas domésticas pero también hay mujeres que trabajan en manicura o en empleos similares”, explicó a Doble Check María Luz Sanarrusia, coordinadora de la Encuesta Continua de Empleo (ECE), del INEC.
“Esta caída ocurre por varias razones. Por un lado, está la parte de la demanda del trabajo: hay hogares que por la actividad económica ya no están contratando. Por el otro está la oferta de trabajo: podría ser que estas trabajadoras se estén cuidando”, dijo Sanarrusia a Doble Check.
Sanarrusia tiene razón. La crisis económica no solo golpea por el lado del desempleo: también hay muchísimas menos personas buscando trabajar. Tal y como ocurrió con el desempleo, la crisis también recortó la participación en la fuerza laboral en todos los sexos, en todos los grupos de edad.
Para el segundo trimestre del 2019, un 51% de las mujeres en edad de trabajar formaba parte de la fuerza de trabajo. Es decir, la mitad estaba buscando trabajo o estaba desempleada. Hoy ese porcentaje es de un 44%, e implica la salida de 109.789 mujeres del mercado laboral.
Desempleo y secundaria incompleta
La Nación afirmó el 20 de setiembre que un 60% de los desempleados en Costa Rica nunca pasaron por el colegio. La afirmación es correcta, pero hay dos datos de contexto adicionales que deberían agregarse.
En realidad, el fenómeno que La Nación subraya es histórico y replica la misma tendencia que el país viene observando durante los últimos años. Por ejemplo, hoy el 59% de las personas desempleadas no finalizaron la secundaria. En el 2016 y 2017 ese porcentaje era de casi un 67%.
En segundo lugar, no es preciso indicar que se trata de personas que “no pasaron por el colegio”, sino que “no finalizaron la secundaria”.
Puede leer un artículo con un mayor detalle acerca de estos hallazgos aquí.
Nota del editor: Esta publicación es un trabajo colaborativo del equipo de Doble Check, del periodista Álvaro Murillo, del Semanario Universidad, y la periodista Hulda Miranda de Interferencia, de las Radios de la Universidad de Costa Rica. La ilustración para esta nota fue elaborada por Natalia Barquero.