A veces es fácil darse cuenta cuando alguien saca a la mesa una información que no tiene nada que ver con lo que se discute. A veces no.
La caja de herramientas de medios de comunicación, políticos y actores de poder suele contener argumentos que no tienen ninguna relación con lo que se discute. Esa también es otra forma de mentir, y es profundamente tentadora. Con intención o sin ella, las falacias pueden terminar por confundirnos, y hacernos creer que ‘equis’ tiene la culpa de que ‘ye’ ocurra, aún cuando ‘equis’ no tenga vela en el entierro.
Esta es la primera parte de una serie de consejos para identificar falacias, y enfrentarnos a ellas.
“La margarina genera más divorcios”
¡Antes de empezar! El libro Correlaciones espurias, de Tyler Vigen presenta este tipo de gráficos particularmente graciosos. En rojo, la tasa de divorcio en Maine; en negro, el consumo de margarina por persona. A primera vista, los dos fenómenos parecen estar profundamente relacionados, aunque no tienen nada que ver.
Que dos fenómenos coincidan en el tiempo no quiere decir que estén verdaderamente relacionados. Menos aún que uno cause el otro. Preste cuidado cuando alguien le diga que un fenómeno está causando otro (la correlación no implica causalidad). Probar eso siempre es más difícil que encontrar una relación.
Preste cuidado cuando alguien le diga que un fenómeno está causando otro (la correlación no implica causalidad). Probar eso siempre es más difícil que encontrar una relación.
Decime en qué se parecen A y B:
Una persona en la calle le cuenta, preocupada, que la criminalidad en el mundo ha aumentado muchísimo: cada vez salen más noticias en la tele sobre robos y asesinatos.
Espérese un toquecito antes de hacerle caso, separe las dos cosas, piénselas por separado, y luego pregúntese si, en verdad, tienen relación.
- Cada vez hay más noticias sobre robos y asesinatos.
- La criminalidad en el mundo aumentó muchísimo.
El hecho de que cada vez salgan más personas preparando chorreadas en Más que noticias o Informe Once no quiere decir que hay más ticos cocinándolas. Ojo con eso: los medios solemos subrayar lo insólito, lo novedoso, lo extraño, lo atractivo: no necesariamente lo más común porque no es noticia.
Busque en Google las últimas noticias que cualquier medio haya publicado sobre el cantón en el que usted vive y pregúntese si esa es la realidad en la que vive.
(Por cierto, sobre la criminalidad en el globo, el psicólogo Steven Pinker argumenta en su libro Los ángeles que llevamos dentro, que vivimos en una sociedad muchísimo menos violenta en comparación con la de siglos o décadas pasadas. Eso, a pesar de la obsesión de algunos medios de vender la idea contraria. Vale la pena mirar su investigación).
Anthony Weston (en Las claves de la argumentación, recomendadísimo) habla de dos grandes tipos de falacias: la generalización (extraer conclusiones de una muestra demasiado pequeña: pensar que porque un barco se pierde en una isla, esa isla está embrujada) y el olvido de las alternativas (pensar que solo hay dos opciones).
La próxima semana hablaremos de ellas. ?