Los indecisos son el mayor grupo con un 55% entre los decididos a votar en febrero, de acuerdo con estudio de opinión que también indica una aparente caída de Fabricio Alvarado y la sabida fragmentación entre opositores.
La candidata presidencial oficialista Laura Fernández inició la competencia hacia las elecciones de febrero con una evidente ventaja ante sus 19 adversarios, pero la fotografía del momento no le permite lanzar las campanas al aire, pues aún está lejos de captar el grueso del alto respaldo que recibe el presidente Rodrigo Chaves, todavía hay 55% de electores indecisos y la incertidumbre es aún mayor frente a la elección de diputaciones de la Asamblea Legislativa.
Este es el panorama que muestra la primera encuesta del Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP) de la Universidad de Costa Rica (UCR) desde la convocatoria a elecciones presidencial y legislativa hecha por el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) el pasado 1 de octubre, en un entorno marcado por el alto protagonismo del mandatario Chaves, que aumentó de 52% a 63% la aprobación popular en el último mes y medio.
La oficialista Fernández, cuya principal bandera es ser la opción de continuidad del gobierno actual, recibe un 25% de apoyo de las personas que están totalmente decididas a votar, aún lejos del 40% necesario para un eventual triunfo en primera ronda. La situación la obliga a intentar atraer a una buena parte de los indecisos, que son el mayor grupo de la encuesta: un 55%.
Otro punto a favor de Fernández es que su inmediato seguidor sólo recibe un 7% de intención de voto. Se trata de Álvaro Ramos, candidato del Partido Liberación Nacional (PLN), que aparece por encima de Claudia Dobles (Coalición Agenda Ciudadana) y de Ariel Robles (Frente Amplio) a quienes el estudio de opinión les acredita un empate con un 3% de apoyo de posibles votantes. El resto aparece con cuotas de apoyo menores al margen de error del estudio.
Este cuadro se asemeja mucho al que presentaba la encuesta CIEP-UCR de septiembre con Fernández de puntera, alta indecisión y una fuerte fragmentación entre opositores; pero se presenta un elemento novedoso: el candidato Fabricio Alvarado del Partido Nueva República (PNR) ya no aparece en segunda posición, y ahora recibe un ínfimo 0,6%, después de varias semanas de aparecer en las noticias por denuncias de presunto abuso sexual contra menores de edad y por su rechazo a renunciar a la inmunidad. En estas semanas, Alvarado también fue protagonista de la votación legislativa que evitó el levantamiento del fuero al presidente Chaves.
Las conclusiones generales sobre el arranque de la competencia electoral apuntan a la incertidumbre y a la posible volatilidad, pues es aplastante el peso de electores indecisos y alta la posibilidad de que se altere el orden de las posiciones actuales, incluso en la primera posición, dijo Ronald Alfaro, coordinador de la investigación realizada con 1.333 entrevistas por teléfono entre el 6 y 15 de octubre con un margen de error de 2,7 puntos porcentuales.
Por eso cobran importancia los rasgos predominantes de la población indecisa. Se trata sobre todo de mujeres, jóvenes y personas con bajo nivel educativo, además de habitantes de la provincia Limón, personas con alto apoyo a la democracia y opositores directos del liderazgo personal de Rodrigo Chaves, aunque también es notoria la indecisión a quienes manifiestan una postura “personalista” ante Chaves, sea a favor o en contra.
Este perfil del indeciso promedio presenta clara diferencia en relación con el perfil de apoyo a Laura Fernández: son más los hombres, personas adultas, con educación secundaria, y de la provincia de Puntarenas, así como seguidores de Chaves e individuos que reportan bajo apoyo a la democracia, según el informe de la encuesta.
Estas circunstancias se mezclan con sentimientos mayoritarios de “esperanza” (62%) y a la vez “preocupación” (56%), mientras 38% dice tener mucho interés en estos comicios.
Además, hay una mayor preferencia por candidaturas que tengan experiencia empresarial (89%), experiencia política (86%) y que representen un cambio (74%), así como paridad entre la “mano dura” (49%) y la actitud negociadora y una leve inclinación por la juventud frente a la edad avanzada.
La oferta de 20 opciones presidenciales es vista con aprobación y reticencia por partes casi iguales, pues 38% dice que le agrada tener muchas posibilidades para escoger y 39% dice que no le agrada, seis puntos menos que quienes desaprobaron 4 años atrás, lo cual sugiere la posibilidad de una normalización de la abundancia de candidaturas.
El estudio de opinión indica que 70% de la muestra aseguró que tiene la intención de votar por el mismo partido para elegir a la Presidencia y a las diputaciones, mientras el 30% pretende “quebrar el voto”, un aspecto que cobra interés frente a la pretensión del oficialismo de tener al menos 38 diputados en el cuatrienio siguiente para poder hacer reformas hondas al sistema político costarricense.
“Un segmento significativo de la población entrevistada muestra interés en una evaluación diferenciada, distinguiendo entre los partidos y su lista legislativas y las candidaturas presidenciales, lo que sugiere una mayor celeridad en las decisiones de voto”, dice el informe de CIEP-UCR.
Otro de los hallazgos de la encuesta es la estabilidad del país en cuanto al apoyo al sistema democrático, que se sitúa en 66 puntos en la escala 1-100. Este indicador es similar a la registrada en el siglo actual y no presenta diferencias considerables entre grupos de población. El menor apoyo a la democracia en el siglo actual en Costa Rica fue de 56 puntos en el 2010 y el mayor fue de 76 puntos en el 2020, de acuerdo con los registros de CIEP-UCR basado en el Barómetro de las Américas.
Según el estudio, los elementos que más asocia la población con la democracia son “tener libertad”, “vivir en paz” y “poder elegir”, con pocas referencias al esquema institucional y al funcionamiento formal del sistema político.