Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) no tienen una sola forma ni un solo cuerpo. Aunque durante muchos años se pensó que afectaban únicamente a mujeres jóvenes y delgadas, hoy se sabe que pueden presentarse en cualquier persona, sin importar su tamaño corporal, edad o contexto.
Muchas veces creemos que con solo mirar el cuerpo de alguna persona logramos saber si tiene un trastorno de la conducta alimentaria (TCA), pero eso no es así. En el programa Consúltenos sobre Nutrición conversamos con la nutricionista experta en TCA, Emilia Carranza, quien explicó que “se pueden presentar en cualquier tamaño de cuerpo. Son enfermedades multicausales y su tratamiento requiere de un equipo multidisciplinario”.
Según Carranza, más allá de las conductas alimentarias, los TCA impactan distintos ámbitos de la vida. “No solo afectan la forma en que una persona come, también influyen en su vida social. La persona empieza a aislarse y aparecen muchas complicaciones que se van evidenciando con el tiempo”, subrayó.
Entre los comportamientos que pueden alertar sobre la presencia de un trastorno se encuentran la rigidez extrema en la alimentación, la eliminación de grupos de alimentos sin razón médica, saltarse tiempos de comida o evitar actividades sociales relacionadas con la comida. También se presentan ayunos prolongados, atracones, conductas compensatorias y una preocupación constante por la imagen corporal.
La experta señaló que la cultura actual ha convertido la nutrición en una forma de control. “Se pone poca atención en por qué comemos lo que comemos. Hay que eliminar esta falsa concepción de que la comida no nos puede crear placer”.
DETECCIÓN A TIEMPO
Es posible que alguien que se presenta con lo que en nuestra sociedad se considera un peso «normal» o «saludable», «sobrepeso», o con un cuerpo voluminoso, padezca anorexia nerviosa. Esto se denomina anorexia nerviosa atípica.
En Consúltenos sobre Nutrición se habló de que el 30% de las personas con cuerpos grandes pueden presentar anorexia atípica, y que menos del 6% de quienes tienen diagnóstico de anorexia presentan bajo peso.
“El ideal no es que yo ame mi cuerpo de cabeza a pies todos los días, es poder saber que hay partes de mi cuerpo que me gustan y partes que no me gustan” – Emilia Carranza, experta en TCA.
Carranza subrayó en relación con esto que “hay personas con anorexia nerviosa atípica sumamente enfermas, que no tienen que estar bajo esa imagen típica de un cuerpo en huesos para recibir ayuda”. Por eso es que enfatiza en la importancia de ver cada caso y tratarlo lo más pronto posible.
“Si hay algo clave en el tratamiento de un TCA es lo pronto que se trabaje en su rehabilitación. Entre más esperemos, más difícil y más complejo se vuelve el proceso”, enfatizó Carranza.
En criterio de Carranza el apoyo debe ser multidisciplinario, que incluya apoyo psicológico, psiquiátrico, médico y de nutrición. “Es algo más integral y dibujado para esa persona solamente”, agrega.
Acompañar a una persona que enfrenta un TCA requiere empatía y comprensión. De acuerdo con la nutricionista, en los trastornos de la conducta alimentaria no se trata de buscar culpables, sino de trabajar en la recuperación. “Nadie elige tener un TCA, pero sí podemos elegir cómo acompañar”, comentó.
LA PREVENCIÓN, OTRA HERRAMIENTA
Para Carranza, prevenir un TCA implica también cambiar la manera en que hablamos de los cuerpos y de la comida dentro de las familias y en los espacios educativos. “No se trata solo de lo que comemos, sino de cómo nos referimos a nuestro cuerpo y al de los demás. Sin querer, muchas veces enviamos el mensaje de que el disgusto por el cuerpo es algo inevitable”.
“Nuestro valor no está vinculado con el tamaño de nuestro cuerpo. Definitivamente somos mucho más que eso” – Emilia Carranza, experta en TCA.
La regla general en este aspecto es no comentar sobre el cuerpo de alguien en cualquier aspecto, ni positivo, ni negativo. Carranza resaltó que a veces no sabemos lo que esa persona está sobrellevando, y que muchas veces hay todo un proceso o problemática detrás.
“Nosotros deberíamos darles la guía de cómo ver este tipo de cosas de una manera distinta. Trabajar que hay diversidad de cuerpos, y que están en un constante cambio. Si tenemos una planta, el día 1 es de una forma y el día 90 ya no es totalmente igual. De esa misma forma, el cuerpo no es estable y fijo porque cambia incluso durante el mismo día”.



