El surgimiento de los organismos internacionales de derecho humanitario está profundamente vinculado a eventos históricos significativos. Uno de los hitos más importantes fue la batalla de Solferino en 1859, que llevó a la creación de la Cruz Roja y la Media Luna Roja. La Primera Guerra Mundial trajo consigo la Sociedad de las Naciones, o la Liga de las Naciones, fundada en 1920, y posterior a la Segunda Guerra Mundial, se fundó la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 1945, para reemplazar los vacíos que había dejado la Sociedad de las Naciones.
Las organizaciones internacionales son fundamentales en el ámbito humanitario. Estos organismos surgieron en marcos donde se daban violaciones a los derechos humanos en los conflictos armados, entonces buscaban humanizar algo inhumano: la guerra. Desde los momentos de su creación, han sido vitales para crear y hacer cumplir reglas que buscan proteger a la población civil.
Para Nicolás Boeglin, profesor y consultor de derecho internacional público, lo anterior significa que desde 1949 existen tratados internacionales que les dicen a todos los ejércitos del mundo, que hay cosas que no pueden hacer en un conflicto armado, porque si las hacen cometen crímenes de guerra. Para ejemplificar, Boeglin mencionó que si en Costa Rica hubiese un conflicto de este tipo, y en este contexto hay un grupo radical armado que se esconde en el sótano del Hospital México, no hay regla que habilite a un ejército, a bombardear todo el Hospital con la justificación de que es legítima defensa. Eso sería un crímen de guerra según lo expuesto en los Convenios de Ginebra y el Estatuto de Roma.
Boeglin profundiza que esto está establecido como crimen de guerra en blanco y negro en el derecho humanitario internacional, donde se determina que no se tocan los hospitales cuando hay un conflicto, no se tocan las ambulancias, los enfermeros de primeros auxilios, y demás.
A partir de lo anterior, hay un retroceso actual en el derecho internacional humanitario en el marco del conflicto en Gaza, lo cual es una masacre perpetrada por el mejor ejército del mundo, con la mejor tecnología disponible en estos momentos. Los Convenios de Ginebra de 1949, fundamentales para el derecho internacional humanitario, establecen que los ejércitos deben diferenciar entre objetivos militares y población civil, durante operaciones militares. Atacar indiscriminadamente campamentos de refugiados, incluso si se sospecha la presencia de combatientes, es un crimen de guerra. Este principio se está violando actualmente en Gaza, donde desde el 7 de octubre se observan bombardeos indiscriminados, afirmó Boeglin.
Lo anterior destaca cómo a pesar de los instrumentos y organismos establecidos, la aplicación del derecho humanitario de manera efectiva es un reto.
«La base del derecho internacional público —y eso a veces nos cuesta entenderlo, sobre todo desde el sector académico y el sector de las ONGs— es la voluntad de los estados». Nicolás Boeglin, profesor y consultor de derecho internacional público.
De esta forma se cuestiona la efectividad de los organismos internacionales, y su capacidad de incidir positivamente en los conflictos armados. Sin embargo, la historia refleja que sí hay una incidencia, solo que hay disparidades en cómo se resuelven los distintos casos por los intereses del medio.
Boeglin hace una observación al apuntar el caso de Sudáfrica en las décadas setenta y ochenta, donde la comunidad internacional aplicó un embargo total a Sudáfrica hasta que no decidiera acabar con el régimen de apartheid, y al final, se logró un cambio político dentro de Sudáfrica, en gran parte gracias a ese aislamiento total, que hacía difícil para las empresas invertir en Sudáfrica, por las regulaciones impulsadas desde el Consejo de Seguridad, el máximo órgano de la ONU.
Con el tema de Israel, no ha sucedido lo mismo por el clima político, y el apoyo de Estados Unidos a este país. Sin embargo, sí se podría accionar con un embargo de armas o de tecnología, o con sanciones económicas.
El derecho internacional humanitario y los organismos internacionales han evolucionado desde sus inicios con el objetivo de humanizar y proteger a los civiles en un conflicto armado, pero la aplicación efectiva de estas normas es un desafío en contextos donde los intereses políticos y económicos de las potencias influyen en las decisiones. A pesar de esto, la historia demuestra que la presión internacional y las sanciones pueden provocar cambios significativos y podrían ser aplicables en otros contextos si hay voluntad política.
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