U Latina no pagó $8 millones de renta de bolsillo propio entre 2014 y 2017

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David Bolaños
- david.bolanosacuna@ucr.ac.cr
Editor de Doble Check.

En resumen: La Universidad Latina se atribuyó incorrectamente la transferencia de tributos indirectos, que no provienen de su propio bolsillo, para divulgar que habían pagado $8 millones en impuestos sobre la renta en los años 2014-2017.

La empresa reportó cero utilidades en esos períodos, reveló el Ministerio de Hacienda en diciembre pasado.

Como reacción a ese reporte, el centro educativo publicó en Facebook que “durante el periodo que corresponde al 2014-2017, hemos pagado a la Dirección General de Tributación un monto aproximado de ₡4.605 millones de colones ($8 millones), por concepto de Impuestos sobre la Renta (ISRL)”.

Al ser consultada por Doble Check, la U Latina respondió que la cifra se debe a su responsabilidad legal como agente retenedor de impuestos indirectos de otras personas, como las retenciones al salario de sus empleados o a las remesas al exterior.

Sin embargo, el centro educativo solo retiene y transfiere esos recursos a Hacienda; no son impuestos que provienen del bolsillo propio de la universidad.

La Universidad Latina declinó dar acceso a su información financiera. Las declaraciones tributarias que la empresa hizo a Hacienda en esos años son privadas, por lo que no fue posible constatar el origen específico de los $8 millones. Es decir, no sabemos a qué corresponde el monto. Sí sabemos a lo que no corresponde: a lo que U Latina afirmó.

Reacción a “la lista”

El 5 de diciembre, el Ministerio de Hacienda publicó una lista de 196 grandes contribuyentes que autoliquidaron cero colones en el impuesto a las utilidades en uno o más períodos entre los años 2008 y 2017.

En la lista estaba Universidad U Latina S. R. L., personería jurídica de la Universidad Latina de Costa Rica, con reportes de cero utilidades entre el 2014 y el 2017.

Ese mismo día, el centro educativo publicó un comunicado de prensa donde afirmaba:

Durante el periodo que corresponde al 2014-2017, hemos pagado a la Dirección General de Tributación un monto aproximado de ₡4.605 millones de colones ($8 millones), por concepto de Impuestos sobre la Renta (ISRL)”.

La publicación del comunicado fue reportada por medios como La República, elperiódicocr, y elmundocr.

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Comunicado del 5 de diciembre del 2018 de la U Latina.

El centro de enseñanza repitió la cifra días más tarde, el 7 de diciembre, en un comunicado de prensa más amplio. La empresa omitió en esta versión decir que los $8 millones publicitados fuesen específicamente por pago de impuesto sobre la renta.

La Dirección General de Tributación aclaró a Doble Check que no es posible que un gran contribuyente autoliquide cero en el impuesto sobre las utilidades y que, a la vez, le pague al fisco un monto por concepto de impuesto sobre la renta.

“El contribuyente declara los resultados económicos de su actividad lucrativa y sobre estos resultados debe pagar el impuesto sobre las utilidades. En consecuencia, un contribuyente que autoliquide impuesto 0,  está declarando que no tuvo utilidades en el desarrollo de sus actividades económicas en un periodo fiscal determinado”, explicó Hacienda.

Interpretación imprecisa  

Ante la consulta de Doble Check, la Universidad Latina insistió en que “sí es posible tener cero utilidades y pagar impuestos a la renta por medio de retenciones en la fuente”.

La universidad se explicó así:

La ley del impuesto a la renta contiene varios apartados y conceptos por las diferentes fuentes de donde se pueden originar dichas rentas costarricenses. Una proviene de las utilidades que generan las empresas, pero otras son aquellas de las cuales no somos generadores pero, según lo especifica la misma ley, debemos cumplir con la obligación de retener el impuesto causado. Nos convertimos en responsables solidarios”.

Es cierto que una empresa no solo paga impuestos directos sobre la riqueza que genera. También, actúa como un agente recaudador que custodia y transfiere los impuestos indirectos de otras personas, como sus empleados, o los tributos que son pagados finalmente por sus clientes o consumidores.

La responsabilidad solidaria legal de la empresa sobre los impuestos que retienen no está en discusión. El meollo del asunto es: ¿la empresa pagó los $8 millones o solo sirvió de mediadora entre los contribuyentes y el Estado? Según la información disponible y lo afirmado por la empresa, se infiere lo segundo.

Toda empresa pública o privada  debe actuar como agente de retención o de percepción de impuestos, según el artículo 23 de la Ley del Impuesto sobre la Renta.

“Un ejemplo de retención clásico es la retención cuando se paga salarios. En estos casos, el asalariado es el contribuyente del impuesto y su patrono es el agente de retención.  Como agente de retención, [el patrono] debe declarar y trasladar el impuesto al fisco”, detalló Tributación.

Aparte de los salarios, Hacienda estipula que las retenciones a la fuente por impuesto de renta se aplican a jubilaciones, dietas, remesas, pagarés, valores, remesas al exterior, servicios dados por empresas fuera del país y a los dividendos de los socios.

Así, la afirmación de la U Latina es engañosa.

La Universidad Latina tiene un rol como agente retenedor de impuestos indirectos, pero estos no provienen de su propia riqueza. Otra persona sacó el impuesto de su  bolsillo y el centro educativo se encargó de retenerlo y pasárselo a Hacienda.

Según el director de Tributación Directa, Carlos Vargas, la única manera en que la U Latina podría argumentar que pagó renta de su propio bolsillo por medio de retenciones a la fuente es si pagó impuestos por títulos valores que hubiera adquirido.

Habría que ver si son títulos que le pertenecen a la universidad o si son títulos que emitió la universidad y en los que ellos tuvieron que retener. Por ejemplo, habría que ver si ellos compraron títulos de un banco, o si es que ellos emitieron [títulos de] deuda. Si ellos emiten deuda, en realidad, lo que están haciendo es reteniendo. Si ellos están comprando títulos, a ellos fue a quienes les retuvieron”, explicó Vargas.

No obstante,  en su comunicación con Doble Check, la universidad solo hace referencia a los montos indirectos que esta ha retenido de otros contribuyentes.

A finales del 2018, Doble Check halló un caso similar con Fifco, empresa controladora de Cervecería Costa Rica, que publicó campos pagados donde aseguraba que las compañías de su grupo “pagaron más de 141 mil millones de colones en impuestos en el año 2018”.

El truco estaba en que la compañía incluyó en la misma bolsa los impuestos directos (los que sí provienen de su propia riqueza) y los indirectos (los que vienen del bolsillo de los consumidores). De esa manera, solo una cuarta parte del monto publicitado salió de impuestos al bolsillo propio de la Cervecería.

Respuesta limitada

Además del impuesto a las utilidades, la Universidad Latina debe pagarle a Hacienda con su propio monedero el impuesto a las personas jurídicas y el impuesto de timbre de educación y cultura. “Este último impuesto deben pagarlo las personas jurídicas con base en el monto del capital neto reportado en la declaración del impuesto sobre la renta”, aclaró Tributación.

Desde el pasado 10 de enero, Doble Check solicitó una aclaración a la Universidad Latina sobre la cifra que difundieron en sus comunicados, para aclarar a qué tipo de impuestos se referían.

En dos ocasiones durante enero, la gerente de Comunicación Estratégica y Prensa, Cindy Madrigal, se limitó a contestar que únicamente aquellas notas de prensa eran “la información oficial y formal que estamos facilitando”.

Posteriormente, Doble Check compartió con la empresa que los criterios expuestos por Hacienda chocaban con sus afirmaciones. Se le solicitó una reacción al respecto, la cual no se dio hasta el 7 de febrero.

Cabe destacar que las declaraciones tributarias que la empresa hizo a Hacienda en esos años son privadas. Doble Check le solicitó a la Universidad Latina que compartiera la información financiera que respaldara el monto publicitado, pero el centro educativo no se refirió al respecto. Así, no fue posible constatar el origen específico de los $8 millones.

Puede leer la respuesta completa de la Universidad Latina a Doble Check aquí.

 

 

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