Encuesta refuerza que el oficialismo enfrenta el desafío de lograr un triunfo en primera ronda y todos sus adversarios tienen dificultad de atraer a indecisos, que sigue siendo el mayor grupo entre electores y que duda hasta de cuál candidatura rechazar.
La campaña electoral llegó a su punto medio con la solidez de la ventaja de la candidata presidencial oficialista Laura Fernández, que llega a 30% de apoyo y no tiene aún un rival claro para una eventual segunda ronda, en caso de que sí ocurra, como resultado de los acomodos que tenga en enero el grupo más grande de la población: los indecisos, que rondan el 45%.
Este panorama resume el paisaje electoral que presenta la nueva encuesta del Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP) de la Universidad de Costa Rica pasados dos meses desde la convocatoria a elecciones generales y a dos meses de que las urnas se abran para 3,7 millones de costarricenses.
El estudio de opinión basado en 1.759 encuestas realizadas por teléfono entre el 19 y 26 de noviembre refuerza la dinámica del proceso electoral que se resume en tres puntos siguientes.
El primero: el oficialismo posee una fuerte ventaja, derivada de la alta popularidad del presidente Rodrigo Chaves, y tiene el reto de alcanzar al menos el 40% de personas decididas a votar para evitar una segunda ronda.
El segundo: una alta abstención que se acerca a la mitad del total de probables votantes en un entorno de confusión, con la aparente disposición de dejar para el año siguiente la toma de decisiones o en días previos a los comicios del 1 de febrero. Un 68% menciona razones relacionadas a la falta de información.
El tercero: un nubarrón de diversas candidaturas presidenciales con partidos que, pasada la mitad de la campaña, parecen estancados en su afán por erigirse como la alternativa a la propuesta oficialista del Partido Pueblo Soberano (PPSO). Álvaro Ramos, del Partido Liberación Nacional (PLN), tiene 8%, Ariel Robles (Frente Amplio) un 5% y Claudia Dobles (Coalición Agenda Ciudadana), un 4%. El resto está por debajo del margen de error del estudio: 2,3 puntos porcentuales.
En medio hay algunos hallazgos valiosos para comprender el panorama, por ejemplo, el señalamiento sobre Álvaro Ramos (Partido Liberación Nacional, PLN) como el receptor del mayor rechazo de la población. También algunos movimientos, como ese 25% de quienes en octubre tenían una opción favorita y ya no la tienen.
Sin embargo, sobresalen datos que dificultan pronosticar los resultados electorales, como ese 45% de indecisos que, aunque es menos que el 55% registrado un mes atrás, se mantiene como la mayor porción del electorado. Junto a esto, 39% dice que no ve suficiente información disponible y 29% dice que ha tenido tiempo para informarse.
También, se capta un interés manifiesto mayoritario de la población en los asuntos electorales (56,5% expresa “mucho”, 24% “algo” y 20% “poco”), pero en paralelo el 54% dice que nunca o rara vez hablan del tema. Además, un 45% de los indecisos no supo identificar una candidatura por la que jamás votaría.
Incluso el equipo de investigación de CIEP-UCR hace algunas advertencias, pues indica que algunos datos podrían ser distintos, sobre todo esa cifra de personas indecisas, debido al tipo de encuesta desplegada en esta ocasión.
Aunque la muestra del estudio de opinión es sólida y hasta más amplia que las anteriores, los 1.759 cuestionarios considerados son parte de un estudio tipo panel (seguimiento a un mismo grupo de gente encuestada para ver sus variaciones en un lapso específico) y se detectó que hubo un peso importante de indecisos entre quienes rechazaron ser interrogados de nuevo después de haberlo sido un mes atrás.
Este panel empezó con 3.003 entrevistas a finales de octubre, pero 1.264 individuos no quisieron seguir siendo encuestados, explicó el coordinador del estudio, Ronald Alfaro, sobre un hecho que es frecuente o esperable en ese tipo de investigaciones.
Las restantes 1.759 entrevistas que sí se pudieron hacer al acabar noviembre permiten tomar “la foto del momento” del paisaje electoral y sacar las conclusiones mencionadas en los párrafos arriba, pero también resultan útiles para observar los primeros movimientos en un período de un mes.
Así es como el equipo del CIEP reporta que el 22% de quienes apoyaban a una candidatura un mes atrás ahora apoya a otra o nutre el grupo de indecisos. Además, un porcentaje mayor (30%) salió del grupo de indecisos de finales de octubre y reporta ahora tener una preferencia electoral.
¿A quién apoyaban hace un mes y a quién apoyan ahora? Esta pregunta no tiene respuesta aún, pues el estudio de panel por ahora sólo clasifica en dos categorías: decididos e indecisos. Ambas se basan en el total de personas que dicen estar totalmente decididas a votar: 69% del padrón.
Los resultados que se conocerán tras cerrar las urnas el 1 de febrero dependerán de muchos factores, incluso de cuántos costarricenses se queden lejos de los centros de votación y se sumen a un grupo de abstencionistas que podría verse alimentado por el ambiente de campaña difuso y a la vez polarizado entre oficialistas y opositores.
“Hay movimientos que son considerables, aunque hasta ahora no alteran el panorama. No hay quietud, pero para las dinámicas fuertes habrá que esperar a enero”, concluyó Alfaro en alusión a los momentos en que las personas dicen haber decidido su voto en procesos anteriores.